martes, 19 de mayo de 2009

El mono que quiso ser escritor satírico

Al tanto con la moraleja de esta fábula que me parece muy ilustrativa.
Cuidado con dejar de ser uno mismo por pretender quedar bien con todo el mundo.



En la selva vivía una vez un Mono que quiso ser escritor satírico.Estudió mucho, pero pronto se dio cuenta de que para ser escritor satírico le faltaba conocer a la gente y se aplicó a visitar a todos y a ir a los cócteles y a observarlos por el rabillo del ojo mientras estaban distraídos con la copa en la mano.Como era de veras gracioso y sus ágiles piruetas entretenían a los otros animales, en cualquier parte era bien recibido y él perfeccionó el arte de ser mejor recibido aún.No había quien no se encantara con su conversación y cuando llegaba era agasajado con júbilo tanto por las Monas como por los esposos de las Monas y por los demás habitantes de la Selva, ante los cuales, por contrarios que fueran a él en política internacional, nacional o doméstica, se mostraba invariablemente comprensivo; siempre, claro, con el ánimo de investigar a fondo la naturaleza humana y poder retratarla en sus sátiras.Así llegó el momento en que entre los animales era el más experto conocedor de la naturaleza humana, sin que se le escapara nada.Entonces, un día dijo voy a escribir en contra de los ladrones, y se fijó en la Urraca, y principió a hacerlo con entusiasmo y gozaba y se reía y se encaramaba de placer a los árboles por las cosas que se le ocurrían acerca de la Urraca; pero de repente reflexionó que entre los animales de sociedad que lo agasajaban había muchas Urracas y especialmente una, y que se iban a ver retratadas en su sátira, por suave que la escribiera, y desistió de hacerlo.Después quiso escribir sobre los oportunistas, y puso el ojo en la Serpiente, quien por diferentes medios -auxiliares en realidad de su arte adulatorio- lograba siempre conservar, o sustituir, mejorándolos, sus cargos; pero varias Serpientes amigas suyas, y especialmente una, se sentirían aludidas, y desistió de hacerlo.Después deseó satirizar a los laboriosos compulsivos y se detuvo en la Abeja, que trabajaba estúpidamente sin saber para qué ni para quién; pero por miedo de que sus amigos de este género, y especialmente uno, se ofendieran, terminó comparándola favorablemente con la Cigarra, que egoísta no hacia más que cantar y cantar dándoselas de poeta, y desistió de hacerlo.Después se le ocurrió escribir contra la promiscuidad sexual y enfiló su sátira contra las Gallinas adúlteras que andaban todo el día inquietas en busca de Gallitos; pero tantas de éstas lo habían recibido que temió lastimarlas, y desistió de hacerlo.Finalmente elaboró una lista completa de las debilidades y los defectos humanos y no encontró contra quién dirigir sus baterías, pues todos estaban en los amigos que compartían su mesa y en él mismo.En ese momento renunció a ser escritor satírico y le empezó a dar por la Mística y el Amor y esas cosas; pero a raíz de eso, ya se sabe cómo es la gente, todos dijeron que se había vuelto loco y ya no lo recibieron tan bien ni con tanto gusto.Augusto Monterroso

4 comentarios:

Mercedes Pajarón dijo...

Albertito, buenos días! Hoy ha salido el sol en mi casa antes, curiosamente en cuanto he encendido el ordenador...Sus cálidos rayos me han salpicado y me han hecho muy feliz...¿Sabes algo tú de este extraño fenómeno, acaecido este veinte de mayo?

Oye, la fábula me ha hecho recordar algo que me pasó con mi blog. Quizás es la idea contraria, pero está en la misma línea: una vez escribí algo relacionado con el desamor (te aseguro que era algo totalmente personal, una experiencia propia),y lo puse en mi blog... Pues una amiga mía, que estaba pasando un mal momento en su matrimonio, se dio por aludida!! De hecho, fue su marido el que pensó que hablaba de ellos dos...Fue desagradable...

Excelente fábula, con final irónico y cierto, para empezar el día con una reflexión!!!! Gracias, Albertito! Te mando cuarenta y cuatro besósculos mayúsculos!!! Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

Alberto dijo...

Pues no, Merceditas; no tengo ni idea de qué haya poddido ser.
La verdad es que a veces uno escribe cosas que luego la gente las malinterpreta y sí es desagradable y triste.
En fin, bueno espero que esos rayos de sol de los que hablas no te deslumbren y te dejen ciega.
Que para cegatos con uno ya hay bastante.
Feliz día, hoy más que más.
Cuídate y a disfrutar.
Besos cariñosos.

brujita dijo...

¡Hola Alberto!...estaba pensando sobre la fábula del mono y claro por una parte todos somos un poquito "mono" cuando nos medimos por la parte de la educación y no queremos meter el dedo en el ojo de nadie...pero si habláramos de que solo se hiciera por quedar bién, para que todos te quieran...ahí estás perdido, pues tu fingimiento acaba por notarse y acabarías sin libro y sin admiradores...como le pasó al mono

Mil besitos volados.

Alberto dijo...

Así es. Mi interpretación, Brujita, es que sin perder las formas hemos de ser sinceros, no pretender quedar bien con todo el mundo por fingimiento porque al final uno se queda solo.
Se pueden decir los fallos con delicadeza, sin ser hiriente, con una sonrisa o la ironía, p ero al fin decir lo que uno piensa. Tener criterio.
Besitos volados y sentidos también para ti.

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