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lunes, 19 de marzo de 2012

Para mi padre en el Día del Padre

No es que yo necesite un día especial para reconocer y homenajear a la figura de mi padre, para mí el mejor del mundo, como seguro lo será el vuestro para vosotras y vosotros, pero bien está que aproveche la fecha señalada de san José, para hacerle un regalejo en forma de escrito compartido aquí, pero dedicado a él, en la ilusión de que le haga emocionarse, al menos, un poquillo.
Y es que si fácil me hubiera resultado comprar alguna de las propuestas materiales que la publicidad sugiere a tal fin, he preferido hacerle algo distinto. Cómo no hacerlo, si yo que escribo sobre cualquier cosa, bien o mal, qué menos que hacerle presente mis recuerdos en forma de palabras, palabras que para mí son imágenes inolvidables. Sería pues, un álbum de fotos del pasado, algunas ya desvaídas por el transcurrir del tiempo, pero fotos en definitiva.
La primera foto sería aquella en la que, cogido de su mano, subo a un tren de madera que me lleva a Barcelona a la enésima visita al oculista. Salimos al pasillo de un vetusto tren y nos asomamos a su ventanilla. Es de madrugada, tengo mucho sueño. Volvemos al asiento para desayunar el bocadillo que nos ha preparado mi madre. Alguien me ofrece de lo suyo.
Hay otra foto, ya en Barcelona. Los taxis son amarillos y negros. Cuánta gente, cuántos coches, qué edificios más altos.
Y otra más, en una pensión en la Cl. Puerta del Angel, el mantel a cuadros y la señora que me ofrece un tazón de leche con cola cao.
Y la de la clínica. Señores con bata blanca que van citando a voces, señoras exóticas tapadas con velos hasta los pies, espera, larga espera a que me llamen. Mis ojos tienen pupa, me quieren poner gotas, yo no me dejo, lloro. Un señor muy serio me dice que ponga la barbilla en un aparato, una luz azul y luego otra blanca que me deslumbra.
Y un gran barco negro del que salen señores negros, gigantes. Es el puerto y Colón se ve también.
Pasan los años. Me he empeñado en ir a un colegio interno, lejos de casa. Escribo carta a casa. Mi padre se emociona, es la fiesta del pueblo. “Tomad lo que queráis, que ha escrito el Alberto que está contento y bien”.
Me voy haciendo mayorcito. Me regala mi primera afeitadora eléctrica. Viene con un libro del mundial de fútbol de 1982 con Naranjito. Me pongo a leerlo con voracidad, lo mismo que siempre he hecho con los tebeos que me ha traído tras sus viajes.
Hay otra en la que estoy en su asiento del camión Tames Trader, su cabina es roja. Juego y sueño con emularle conduciendo.
Es invierno, los días son cortos, pronto se hace de noche. Tiene que ir a buscarme porque nadie quiere darme la mano para guiarme hasta el autobús escolar.
Hay muchas fotos de todas esas ocasiones en las que fue por mí, a esperarme y yo cantaba canciones o contaba lo que había aprendido aquel día o soñaba con descubrir tesoros escondidos. Y de tantas ocasiones en las que se quedó conmigo y dijo, al ser criticado: “si el niño quiere estudiar ¿por qué no le vamos a dejar que estudie?”
Hemos comprado coche nuevo. Es azul, lo estrenamos yendo a comer al Moncayo. Hacen una chuletada y ponen a refrescar el melón en una fuente de agua fría.
Ahora voy en el tractor, en su Ebro. Vamos a coger moras. La radio suena con ecos de Carrusel Deportivo. Cómo me pongo de moras, qué ricas son.
Me he empeñado en que me compren una bicicrós. Es una BH. Pesa pero me gusta. Es mía.
Estoy en 3º de carrera. Ya no veo para leer el libro de Historia contemporánea del Mundo. Él me lee como puede, yo escribo con un rotulador negro en letra grande mientras me pego al flexo. Qué calor da su bombilla.
Paseamos juntos, cuántos paseos, cuántas historias me cuenta. Aún veo las líneas blancas discontinuas de la carretera. Pronto dejaré de verlas. Voy con mi libro hablado bajo el brazo.
Subo a la granja de cerdos que tenemos. Es al atardecer. Aún veo el sol ponerse por el Oeste, una bola amarilla. Llegará el día en que no lo vea. Mientras él da de cenar a los bichos, me prepara un asiento a la sombra para que pueda leer / escuchar audiolibros, cómodo. Leo “La cabaña del tío Tom”.
Ya en la ONCE, me mandan a trabajar a Teruel. No sabe cómo hacerlo pero busca un alojamiento digno para mí. Descubre, como por casualidad, preguntando preguntando, el seminario. Todo un hallazgo en el que tan bien estaré tantos años.
Me presento a unas oposiciones que no aprobaré. Venimos a Madrid varios ciegos. Él viene también para ayudarnos y acompañarnos. Qué frío hace en el aula del examen, es una nave enorme. “¿Cómo os pueden mandar aquí?”
Me voy de vacaciones a Escocia con Moisés, un amigo, también muerto ya. Me acompaña al aeropuerto. “Buen viaje, hijo mío” Tú pásalo bien y disfruta”.
Mi amigo Juan Rafa ha muerto a sus 37 años. Lo siento mucho, mucho, mucho porque tantas cosas me enseñó y mostró que podía ser como los demás, el primero que confió en mí, dejar de sentirme un inútil.. Mi padre está a mi lado y me comprende.
¿Y la última foto? Es 11 de marzo, el domingo pasado. Nos despedimos una vez más en la estación de Zaragoza Delicias. El personal que me ayudará a subir al tren me recoge. Le doy un abrazo, nos despedimos hasta el día que venga a Madrid a pasar unos días conmigo.
No sé bien cómo es ahora físicamente mi padre, pero no me importa. Sé que se siente orgulloso de mí y que siempre ha estado a mi lado acompañándome en todo y enseñándome tanto.
Ah, se llama Julio y ahora tiene 82 años, toda una vida de trabajo sin descanso, de lucha y de ejemplo.
Va por ti, padre. ¡¡FELICIDADES!!

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sábado, 28 de enero de 2012

Hoy sí que sí: ¡soy peregrino!

Cuando hace unos días me inscribí para participar en una nueva jornada de senderismo, de las organizadas por la ONCE, no sospeché que sería el comienzo de la realización de uno de mis sueños largamente perseguidos.

Y es que cuánto tiempo esperando con la ilusión de hacer el Camino de Santiago, de poner la oreja atenta cada vez que me juntaba con alguien que lo había hecho, de leer sobre esa Ruta Jacobea tan asimilable a la vida, de fantasear con su Historia y sus historias, su magia. Cuánto hablar de que ése era uno de mis retos por cumplir, de preguntarme y preguntar cómo podría superarlo. Pues ya veis. Hoy sí que sí, hoy me he bautizado como peregrino. 18 kms. entre el puente medieval del Batán en Colmenar Viejo y el pueblo de Matalpino han sido los testigos y a ellos ha querido sumarse un increíble día que más que de un enero invernal ha resultado ser primaveral. Y eso que cuando ayer me llamaron para recordarme la cita, me avisaron de que llevase calzado impermeable y de que fuese bien abrigado, que estaba previsto mal tiempo y, no obstante, nada de eso, muy por el contrario.
Bien, al subir esta mañana al autocar que nos conduciría hasta el punto de partida, alguien ha tomado el micrófono. Se ha presentado como Fernando y nos ha dicho que íbamos a realizar una etapa del Camino madrileño de Santiago, la tercera que se hacía con el grupo de ciegos desde que, el mes de noviembre, diese comienzo en la madrileña plaza de Castilla. Que nos invitaba a que recogiésemos la credencial en la que ir sellando los hitos recorridos y ha recordado la importancia de la peregrinación. A mí, al tiempo que me ha dado rabia no haber participado en esas dos primeras etapas, se me ha puesto cara de ilusión y me he dicho que haría lo posible por buscar el brazo, bien del que así nos interpelaba, o de alguno otro de los miembros de la Asociación de Amigos del Camino que nos acompañaban para, al tiempo que andaba, aprender de sus experiencias, de sus anécdotas, de sus vivencias.
Así ha sido. Tras un breve alto para tomar café en el polideportivo de Colmenar Viejo, hemos llegado al puente medieval sobre el río Manzanares.
Andrés ha sido mi guía y mis ojos hasta Manzanares el Real y, de aquí hasta el final, en Matalpino, Fernando.
Andrés me iba describiendo la naturaleza circundante, las encinas y sabinas, la jara e, incluso, el cantueso. Me ha mostrado, para que viese tocándolo con mis manos, uno de los mojones que señalizan la vía, una vieira en relieve con la bandera de la Comunidad y el punto kilométrico en que nos encontrábamos, el 628, además de una flecha amarilla que apunta hacia el Oeste, hacia Compostela..
Pero también me ha contado de sus viajes a Australia o alrededor del mundo, de las cañadas, cordales y veredas medievales de la Mesta y de cómo el Yelmo de la Pedriza o la Maliciosa apenas si presentaban sus cumbres nevadas.
De la primera vez que él hizo el Camino desde Sarria cuando llegó en tren hasta allí en solitario y lo único que había abierto era la cantina de la estación y que tuvo que atravesar el cementerio en una oscura amanecida o de cuando se despistó y anduvo 40 kms. Hasta llegar a una localidad en la que sólo hubo alguien que le abrió la casa rural y cómo la dueña fue a buscar a Ponferrada morcilla para hacerle, como cena, unos huevos fritos con ese embutido (un manjar de dioses) y cómo estuvieron charlando hasta altas horas mientras degustaba los distintos orujos que hacía de forma artesanal.
Cuando hemos llegado al pueblo en el que viviera el Marqués de Santillana, con su pantano y su castillo en el que se rodó un clásico del cine épico, “El Cid”, con Charlton Heston y Sofía Loren en los papeles principales, Fernando me ha cedido el testigo para continuar hasta la meta.
Este me ha ido narrando las veces que lleva haciendo la Ruta desde 1982, cómo en una parte de la que se denomina Ruta del Ebro, tiene rotulados en braille los mojones y algún otro elemento más. De sus temores, cuando al principio, comenzó a guiar a personas ciegas, y de cómo nosotros le hemos ido enseñando a apreciar sensaciones que a los videntes pasan desapercibidas, de los valores y la cultura del esfuerzo, de que el Camino, como la vida, has de afrontarlo con espíritu abierto, siendo consciente de sus obstáculos pero marchando eternamente hacia adelante, de que tiene partes más duras y otras más suaves, de que debes prepararte y de otros conceptos con los que no he podido estar más de acuerdo.
Hemos comido, lo que cada uno llevábamos, en un agradable merendero en torno a la ermita de San Isidro. Qué curioso, con su pradera y su fuente y sus mesas de piedra como si estuviéramos junto al patrón de los agricultores.
Del punto de avituallamiento hasta el final, en un bar, Fernando y yo hemos seguido charlando de la importancia de la lectura para los ciegos o de la revolución que supuso la invención del braille.
Con el ánimo exultante y el refresco merecido, hemos subido al autocar que nos traería de regreso a la vida urbanita.
Eso sí, aguardando ya la nueva etapa, que será el próximo 25 de febrero y convencido de hacerme con la oportuna credencial antedicha.
¿Qué deciros? Que ha merecido enormemente la pena, que, sin importar el tiempo que emplee en ello, seguiré adelante dispuesto a llegar al final. Que, ojalá, así sea y que cuando me sellen la Compostelana pueda decir, con fuerza, eso de “cada meta alcanzada es el inicio de un nuevo camino”.
Y mientras, espero que, como hoy, pueda hacer que mi espíritu absorva todos esos olores a naturaleza, sonidos de pájaros y encuentros con personas que te dicen: “Buen camino. Ultreia et supreia (más lejos y más alto)”.

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martes, 18 de octubre de 2011

¡No puedo callar!

No, no puedo callar. No puedo obviar el sarcástico esperpento que ayer se gestó en torno al terrorismo ETARRA y su supuesta disolución en la hermosa ciudad de San Sebastián.

Bien sabéis lo poco que me gustan los eufemismos y cómo disfruto con la Historia porque el conocimiento objetivo de ésta nos permite no recaer en los errores pasados.

Pero cuando uno oye pervertir el enguaje y manipular los acontecimientos, no puede resistirse a pasar.

Y luego pienso en esos familiares y víctimas que han tenido que ver cómo sus seres queridos sufrieron en vano la ceguera del fanatismo.

Que, después de tantos años, nos vengan ahora a dar lecciones es indignante. Y más aún, cuando se tiene la absoluta certeza de que todo está preparado, organizado, bajo cálculos electorales y de estrategia, sin importar ni el dolor ni la justicia con mayúsculas ni la verdad.

Vaya mi apoyo para esas personas que, por el mero hecho de cruzarse en el camino de seres fanáticos y sin escrúpulos, han sido ultrajadas y violentadas.

¿Será que quienes lo provocaron estaban ciegos?

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jueves, 2 de abril de 2009

De obviedades y dobles sentidos

Pretendo, con esta entrada, haceros esbozar una sonrisa, o mejor aún, una carcajada. No es mi intención hacer una crítica sino comentar acerca de las obviedades que, al hablar, solemos decir y luego, por aquello de la ironía traer algunas expresiones de doble intención con las que me encuentro cuando me ayudan. De cualquier manera, ya sabéis que cualquier apoyo que se me brinda lo recibo con la gratitud debida.
Aquí van algunas, pero seguro que vosotras tenéis más.



Esta mañana en la oficina: una compañera dice respecto del ordenador de otro compañero: “es que Fulano lo tiene todo tan chiquitito…”. A lo que quienes nos encontrábamos en la sala rápidamente se nos ha ocurrido la respuesta fácil: “no sabemos si su mujer pensará lo mismo”… claro, el afectado no estaba delante. Todo por minimizar los varios programas en uso.
Otra historia: voy a pasar el torniquete de entrada al Metro y viene una señora, toda amabilidad y me dice: “¿me dejas que te lo meta yo”… ummm… creo que se refería al abono transporte y su lectura en la ranura correspondiente.
En el andén de ese mismo Metro: llego justo cuando se encuentra el tren que debo tomar y un señor me dice: “¿va a subir?” Sonrío, pero para mí pienso…”no, que he venido a contar a los pasajeros, ¡pues qué sino!
Te das de lleno en la cara con el portón de una furgoneta de descarga y viene, se supone, que el repartidor: “¿se ha hecho daño?” Yo… “no, que he creído que era una joven y he querido rozarme con ella… ¡no te digo!”
Como la mayoría de las veces es a mí a quien ayudan, cuando yo puedo hacer algo, no dudo en disponerme a ello: abro la portezuela de salida de los torniquetes del Metro y yo, siempre tan galante, digo: pasa, guapa (guiado por el sonido de los tacones) a lo que me responde: “gracias, pero sino le molesta, me llamo Ricardo y llevo barba”. Pequeño fallo de vista.
Voy con mi bastón en ristre por la calle a lo que un señor me dice: “lleve recto el bastón porque alguien va a tropezar con él y se va a dar una leche”. A lo que yo digo: “perdone, pero es que el bastón se lleva haciendo un arco para mayor seguridad”. El señor insiste: “pero es que, oiga, que alguien va a tropezar y…”. Mire, un poco harto de esa sabiduría enciclopédica propia de los españolitos, le digo: “mire, me han dado el carnet de primera en la conducción de bastones, así que…” Y aprieto el paso no poco irritado. “¡qué manía, tenemos que saber de todo!”
En fin, vivir para ver.
Buena noche.

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jueves, 26 de marzo de 2009

A responder se ha dicho

Fijaos que con el tiempo que llevamos por aquí y escribo ahora esto.



Siempre he tenido la duda de cómo devolver vuestras aportaciones y plasmar la alegría con la que las recibo. Algunas veces os he respondido en vuestros blogs y otras, las menos, la verdad, directamente.
Pero bueno, no quiero que penséis que soy descortés si no os contestaba de forma debida y directa. Como espero que no sea así, pues voy a copiar a alguna de vosotras y contestaré a renglón seguido de lo que me vayáis diciendo. Que no quede.

Así que pongámonos a ello.
Preguntad y sugerid que aqhí irán las respuestas.

Un brindis por vuestras visitas y por seguir mejorando en la apuesta por la vida y el crecimiento constante.

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lunes, 2 de marzo de 2009

Todo un baño de Cultura

Pues sí, estos últimos días me he dado un auténtico baño cultural. Alguien diría que vaya castaña, pero os aseguro que, para mí, ha sido todo un lujo.
Una conferencia, un concierto de un cantautor ciego, una zarzuela y un libro. Todo esto, que no se diga. Ahí queda la cosa.
Os cuento.


El viernes fui al Ateneo para escuchar cómo hablaban de los volcanes en Islandia, de la Geografía de este país tan inhóspito, a veces, pero tan hospitalario, siempre. Se habló de sus géiseres, de sus glaciares, de la importancia que se da, como valor, al ser humano, y de lo que supone para el amante de la Geología y la evolución de nuestro Planeta.
El sábado, en la sede de la ONCE, en Madrid, asistí a la presentación del primer disco de un chico ciego. Me pareció que tenía mejor voz como locutor que como cantante, pero fue emotivo también.
El domingo tuve la fortuna, de la mano de mi querida elena, ella que de vez en cuando me obsequia con estos regalos musicales (concierto de Jaime Urrutia), de contemplar, por primera vez, una zarzuela en el marco del teatro del mismo nombre. Me impresionó la afluencia de p´público, el marco en que se representó y la temática: una versión actualizada de La gran vía de Federico Chueca. Todo un homenaje a la ironía y la sátira política desde el respeto y el fino humor.
Y entre medio, la lectura de un librito hermoso, premio nacional de literatura infantil y juvenil: Kafka y la muñeca viajera de Jordi Sierra y Fabra. Otro homenaje a la fantasía, a la ilusión y a la creatividad del genio. Basado en un episodio real del autor de La metamorfosis. Os lo recomiendo vivamente.
Y, claro además disfruté de la compañía de buenos amigos y del aperitivo de rigor de los domingos.
Ah, y aún me dio tiempo a poner alguna entrada en, este mi querido, Tiflohomero.

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domingo, 1 de marzo de 2009

Palabras que se tocan, imágenes que se escuchan

Comparto con vosotros un artículo que publica hoy el Diario Vasco sobre el acceso de las personas ciegas al mundo del Arte.
Ojalá que el ejemplo cunda y se vayan abriendo las puertas de la Cultura cada vez más para, quienes como yo que tanto lo deseamos, ppodamos participar en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos y podamos aportar nuestra visión al resto de la sociedad.
Sabéis que yo me empeño en ello y otros muchos ciegos como yo también lo hacen.
Feliz domingo.


El Arriaga de Bilbao es el único teatro vasco que ofrece obras para espectadores ciegos «Lo ideal es que no se hagan cosas sólo para nosotros, sino que las podamos compartir”
DV. «Ada está en el jardín de la casa de sus padres en Inglaterra. Se incorpora y pasea. Su hija Flora monta en poni». Es lo que percibe a través de la vista quien contempla las primeras imágenes de la película El Piano, acompañadas sólo por los acordes de la banda sonora de Michael Nyman. Una persona ciega o con algún tipo de deficiencia visual -o quien se sumerge voluntaria y temporalmente en la oscuridad para experimentar la sensación de seguir una película sin imágenes- recibe a través de esas explicaciones en off la información que necesita para no perder detalle de la historia.
Porque, en la medida que ver es también «percibir algo con cualquier sentido o con la inteligencia», los ciegos ven. Lo hacen con muchos sentidos, con mucha inteligencia y con la ayuda de recursos y tecnologías que les ayudan a superar el olvido en el que invariablemente incurrimos quienes vemos y oímos: no adaptar los servicios y los productos corrientes a las necesidades de quienes utilizan los sentidos de otro modo. Los productos culturales no son una excepción, por lo que también en este campo se han desarrollado, fundamentalmente por parte de la ONCE, medios y estrategias para que quienes ven de otra manera puedan disfrutar de la cultura. Y en un colectivo en el que la soledad y el aislamiento son riesgos añadidos, el acceso a las distintas manifestaciones culturales cobra un valor singular.
Existen el cine mudo y el teatro sin palabras, pero ninguna de esas dos expresiones artísticas puede concebirse sin imágenes. Sin embargo, con algunos sencillos trucos están al alcance de quienes no ven a través de los ojos. El truco más logrado se llama Audesc, el sistema de audiodescripción cuyos derechos tiene la ONCE. Esta misma semana, Javier García, Director de Servicios de la organización en Gipuzkoa, ha asistido con unos compañeros a la representación de la obra teatral Dos menos, protagonizada por José Sacristán y Héctor Alterio en el Teatro Arriaga de Bilbao. Gracias a un convenio que firmó el pasado año con la ONCE, el Arriaga es el único teatro vasco que ofrece funciones teatrales adaptadas a las necesidades de las personas ciegas. «Por los diálogos te puedes enterar de una parte de lo que está sucediendo en escena o en la película -dice Javier García-, pero al no ver lo que ocurre pierdes una información valiosísima para poder comprender la historia, sobre todo en los tiempos de silencio, y no puedes estar constantemente preguntando al de al lado qué está sucediendo».
Son precisamente esos tiempos de silencio los que, en el caso del teatro, un locutor aprovecha para ir relatando en directo lo que ocurre en escena, siempre sobre un guión cuidadosamente preparado para aportar sólo la información más pertinente y no interferir en el desarrollo de la obra. Los espectadores invidentes, gracias al mismo dispositivo que se utiliza para la traducción simultánea, comparten función con los que ven perfectamente qué ocurre en el escenario, ya que reciben de manera individualizada y en tiempo real la información complementaria que necesitan para seguir la obra. Se cumplen así dos de los principales objetivos que subyacen detrás de todas estas iniciativas: facilitar simultáneamente la autonomía y la integración. El teatro tiene que facilitar un equipo de traducción simultánea y la correspondiente cabina. El resto de los elementos -la tecnología, los guiones audiodescriptivos, los locutores...-, los aporta la ONCE. El Arriaga ya ha adaptado el sistema a dos obras, y hay una tercera en camino, una función de la obra Hermanas programada para el 8 de abril.
Es probable que en un futuro no muy lejano también exista esa posibilidad en San Sebastián.
En el caso del cine en sala podría aplicarse una solución técnica similar para que los invidentes disfrutaran al cien por cien de las películas, pero el mundo del cine es especialmente cuidadoso con cuestiones como los derechos -en su dimensión económica, básicamente-, y de momento los intentos que se han realizado no han fructificado.
Queda, por lo tanto, el cine en casa. «Si nos basta con lo que oímos, muchos se preguntarán para qué necesitamos las imágenes», se pregunta Javier García, y tiene una respuesta: «Porque la idea no es que escuchemos las películas nosotros solos, sino que podamos verlas con otra gente, que las podamos compartir».
Los afiliados guipuzcoanos a la ONCE tienen a su disposición más de 350 títulos en DVD que llevan incorporado el sistema Audesc, aunque, según García, «tanto en el caso del cine como en el resto de los campos lo ideal sería que todos los productos integraran en origen opciones que respondieran también a nuestras necesidades. Lo que buscamos no es hacer cosas sólo para nosotros. En los enormes costes que tiene una película, seguro que el de añadir una pista con la audiodescripción sería insignificante».
Según el último estudio sobre Hábitos, Prácticas y Consumo de Cultura en Euskadi, cuatro de cada diez vascos visitó un museo o una exposición en 2007, y no es previsible que la tendencia haya cambiado de manera drástica en los últimos tiempos. El estudio no recoge el dato correspondiente a las más de 3.000 personas con discapacidad visual que residen en Euskadi pero, ciertamente, no parece que tengan mucho que hacer en espacios fundamentalmente consagrados a la imagen donde el cartel más utilizado es el que conmina a «no tocar».
Sin embargo, cada vez hay más excepciones, y no sólo se esconden en los denominados museos tiflológicos, especialmente concebidos para los invidentes. Esta misma semana, un grupo de asociados a la ONCE vio con las manos la exposición de esculturas de José Zugasti que permanece abierta en la sala Kubo de Kutxa de San Sebastián, a cuyas exposiciones se organizan visitas adaptadas a las necesidades de ese colectivo. Desde el pasado año, el Museo de Bellas Artes de Bilbao tiene en marcha en colaboración con la ONCE un programa pionero entre los museos del País Vasco que facilita la visita a sus exposiciones de las personas con discapacidad visual.
Porque, en el fondo, el reto está en rebatir a José Saramago y probar que no ver, como él escribió en Ensayo sobre la ceguera, no implica «vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza».

nazurmendi@diariovasco.

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lunes, 16 de febrero de 2009

Cambio de ruedas


Como cualquier buen coche que se precie, sea un Ferrari o un Mercedes, mi bastón también necesitaba un cambio de rueda. El pobre hace sus buenos kilómetros, con lo andarín que soy. Así que me he dicho que de hoy ya no podía pasar y más, después de que ayer, en ese paseo por el Retiro, se quedase enganchada en una rejilla y tuviera que pelearme con ella para liberarlo. Se trata de la contera.



La contera actualmente es giratoria y ha supuesto un avance respecto de las antiguas fijas. Mi modelo de bastón es canadiense. Se trata de un modelo plegable de cinco tramos, algo pesado pero muy seguro, que al fin y al cabo es lo importante.
Hay otros tipos que la ONCE nos ofrece pero yo prefiero éste, por lo dicho, primero porque la contera es más duradera que la de los otros y la estructura de doble goma y ensamblaje de los tubos lo hace más resistente.De las versiones de bastones que existen os cuento: están los llamados síbmolo que son simplemente un distintivo de que quien los lleva padece una deficiencia visual. Y los denominados guía que se adaptan a la altura del ciego y que son para los que no vemos nada. Luego tenemos los plegables y los rígidos. Aquéllos son más cómodos pues te permite recogerlos cuando no los necesitas y llevarlos en el bolsillo, pero a cambio pueden perder algo de información; y los rígidos dan mayor información, pero son más incómodos.
En cuanto a la técnica para llevarlos consiste en imaginar que la contera, o punta del bastón, hace de pie, por tanto sabremos que lo que vamos a pisar es seguro, porque antes lo habremos verificado a través del bastón. Se trata de hacer un arco deslizando la contera a ras de suelo. Antiguamente se enseñaba a marcar los puntos, es decir, el ciego iba punteando el suelo, pero claro eso supone que entre punto y punto había una zona intermedia que no se rastreaba, con el consiguiente riesgo.
La cuestión es que la contera sólo detecta los obstáculos o agujeros que hay a ras de suelo, no avisándome, por tanto de lo que haya por encima: el manillar de las motos, los toldos, los carteles… que inevitablemente me llevaré por delante.
Este elemento de movilidad esencial para esa tan deseada autonomía ha de valorarse con la importancia debida, el hecho de portarlo supone que interiorizas que tienes una discapacidad visual grave, y esto no creáis que es fácil asumirlo. Es verdad, da mucha seguridad y te garantiza el respeto de quienes se cruzan contigo, pero a la vez es un estigma de una realidad que cuesta, no poco, asumir.
La ventaja que tenemos es que no necesitamos carnet, aunque sí adiestramiento y por ello no estamos sometidos a la presión de la temida pérdida de puntos. Ahora bien, esto no significa que hayamos de ir por la calle como si de una apisonadora se tratase. Pienso que, por una mera cuestión de respeto hemos de estar pendientes no sólo de no tragarnos los obstáculos, sino de no avasallar.
El mayor miedo que he pasado es el sentir que a tu paso, alguien tropieza con el bastón y cae al suelo: ese sonido de un cuerpo que cae os aseguro que es dramático. ¿qué habrá pasado, se habrá roto algo?
Y bueno, para terminar ppor el principio, como cualquier coche, ha de llevarse limpito, bien cuidado y someterlo a la operación Renove con regularidad.

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jueves, 29 de enero de 2009

Novedades en tiflohomero

Sin duda que, como buenos observadores que sois, os habréis percatado de que desde hace unos días se han introducido algunos cambios en esta ventana virtual que es Tiflohomero.
Quiero explicaros las razones que me han movido a ellos y cuáles son éstos: presencia del braille, opción de”Leer más” y recomendaciones de narrativa de forma periódica.
Sabéis que cada día busco mejorar y para ello me esfuerzo tanto en los contenidos como en la parte visual.
Vamos a ello.


La presencia del braille es para mí una obligación y más este año en que se cumplen 200 años del nacimiento de su creador. Dicho aspecto se traduce en una nueva etiqueta titulada “El braille”, en la que iré poniendo noticias y artículos relacionados con el sistema.
El otro apartado dentro de esta faceta es la inclusión en la parte lateral, a modo de imágenes, de esas palabras que representan mi pensamiento y su traducción a puntos salientes. Son como mis señas de identidad, como esos carteles que nos hacen saber donde estamos.

La opción de “Leer más” era una aspiración perseguida desde los inicios de Tiflohomero, pero mis nulos conocimientos de lenguaje HTML me lo habían impedido hasta ahora. Gracias a Josean, un amigo virtual tan eficaz como generoso, lo ha hecho posible. A mi entender esta opción aligera notablemente la visión de la página y no obliga a leer todo el contenido de la entrada, sino que os deja libertad. Y para mí me ayuda notablemente al reducir la cantidad de información que ha de revisar mi síntesis de voz, mi amigo Jaws, a la hora de repasar lo que voy poniendo.

Recomendaciones de narrativa. A estas alturas, ya sabéis la importancia que le doy a todo aquello relacionado con las letras y la literatura, no en vano, es mi profesión y mi vocación que forma parte del mundo de los libros y la literatura. Quiero, ya lo venía haciendo de forma esporádica, dar un paso adelante en mi afán por compartir y promover la pasión por la lectura poniéndoos cada mes un abanico de propuestas que puedan incitaros a este sano vicio de la lectura.

Bueno, esto es todo de momento aunque iremos introduciendo cosillas para que Tiflohomero os merezca la pena. Ya sabéis que para mí es todo un reto y un orgullo el saber que soy merecedor de vuestra atención.
Pa lante con una sonrisa.

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sábado, 17 de enero de 2009

Un trozo de mi pueblo

EL ÁRBOL DEL RÍO MANZANO

¿Quién de los que vivimos la niñez en nuestro pueblo no recuerda aquellas tardes veraniegas en que merendábamos en el Plantío o la Carreduela? Era una época en la que los mayores segaban y las piezas daban su fruto, el aire se preñaba de polvo seco, el color teñía de oro el paisaje y nosotros, los chicos y chicas, sentíamos la libertad de poseer el tiempo. Jugábamos a constructores: hacíamos cabañas en las cunetas de la carretera o en la copa de algún árbol frondoso. El Añamaza y el Manzano veían fluir las aguas, hijas de las nieves invernales y las lluvias primaverales, además de albergar en su seno cangrejos, de los de verdad, y algunos otros pececillos. De todo aquello ha quedado un testigo mudo, el árbol del río Manzano. Es viejo ya, pero ahí sigue, resistente e inmutable. Me gustaría invitaros a que os paráseis un instante delante de él y fijáseis la vista en alguno de sus pliegues nudosos. Son éstos las hojas de un libro que dio cabida a aquel mundo de juegos, fantasías y travesuras.
¿Cómo nació? ¿Cuándo estuvo enfermo? ¿Qué recuerdos tendrá?
Yo he posado mis manos en su corteza. Estas manos que para mí son la luz y el vínculo con el mundo de los sueños, de las formas. Estas manos prestas a combatir el desaliento. He recorrido las líneas de un mapa que me ha conducido a todos sus rincones, lugares de fantasía. El Árbol me ha hablado. Tiene como una voz de guijarros que ruedan arrastrados por la yasa.

-¿Quién se ha detenido aquí? ¿Qué manos rozan mis arrugas centenarias?
Al principio me ha sobresaltado esa voz cascada que brota del interior
del tronco. Me parece increíble. ¿Me habrá afectado el calor? No puede ser, pero es que no hay nadie más por allí. La voz se oye desde dentro de la grieta que siempre creí habría sido provocada por algún rayo y que ahora descubro que es la boca del árbol.
-Soy alguien que recuerda su infancia. El tiempo ha volado como en un soplo y no he podido resistirme a acariciar este vínculo con mi pasado, y con el de tantos otros que fueron niños.
-Ya a nadie puedo contarle mi historia. Nadie se sienta en ese puente con los brazos sujetando las rodillas y dejando vagar la mirada, yo qué sé adónde. Y es que claro, todos se fueron a lugares más ricos, más grandiosos, en busca de oportunidades. Las tórtolas, las codornices, los mirlos, las lechuzas me han traído sus noticias. Y no creas, no todos los que se fueron encontraron la felicidad ansiada.
-¿cómo es que puedo entender lo que dice? Yo trepé por su tronco, me apoyé en sus ramas buscando la más alta, anhelando ir más allá y jamás supe, ni nadie supo nunca, que usted hablase.
-Es que la soledad me ha hecho parlanchín y tú has abierto los oídos. Otros también me escucharon, pero creyeron oír al viento del solano con su ulular. Pero no, era yo que necesitaba de su compañía. Sí, es verdad. Ya no viene nadie a jugar sobre mi cuerpo, ya no escucho los sueños ni las aventuras de nadie. Me siento solo. Querría morir, pero aquí sigo.
-Es un regalo que me hace. Cuántas cosas no guardará. ¿Querría contarme alguna de ellas? Yo le prometo que no las olvidaré.
-Ah, pero creerás que soy loco, ya viejo. Aburrido. Me dicen mis pájaros amigos que ya no se escucha a los ancianos, que se les deja… Pero si quieres, tenemos tiempo; cómo no.
El sol empieza a declinar, una bola de fuego asoma por las Sazas. Los grillos afinan su melodía y el ambiente se ha detenido.
-Hace muchos años me contó una venerable lechuza que fui plantado para celebrar que la astucia había vencido a la violencia, gracias a la intervención de un anciano y un niño, y que los hombres malvados fueran derrotados allá lejos, al Norte, en el Gurugú. Que me plantaron aquí porque ésta era la frontera del poblado. La semilla fue traída por un personaje que venía de lejos. Llegaba cada año con sus mercaderías extrañas, orfebres, telas, licores, y sobre todo traía historias lejanas de gentes maravillosas, animales increíbles, romances. Su llegada coincidía con el final de la cosecha, cuando se festejaba a la diosa de la fertilidad con danzas y ritos, acompañados del brebaje que les unía a los dioses. Les dijo que esta semilla venía de muy lejos y que, allá donde era plantada, la vida se rendiría ante su fruto. era símbolo de eternidad. Parecía traer otro prodigio más, cómo no lo iban a creer después de haber sabido de la venganza que Obeck había sufrido.
Y aquí crecí. Los tiempos fueron cambiando. Contemplé cómo pasaban los años, mi tronco engordaba con nuevos anillos, las cabañas de paja y adobe dejaron paso a hogares de ladrillo y tejas, supe de gentes que peregrinaban en dirección a una tumba de alguien cuyos restos habían sido trasladados en una barca de piedra hacia el Fin del Mundo, un tal Santiago. Y vi cómo los pastores conducían a su ganado hacia los pastizales de ahí arriba. El poblado de los brunos fue sepultado por la maleza y el devenir del tiempo, y nuevos moradores cruzaron la frontera. Trazaron calles y casas de tres pisos, algo inaudito, pero sus gentes siguieron pasando a mi lado, tal y como dijera aquél que me trajo. Aguanté la helada, las tormentas con sus rugidos y algunos fuegos. Fui horadado por gusanos hambrientos, pero también sobreviví a ellos. Mas, ahora ya no me quedan fuerzas. La soledad es la peor de las plagas. Siento cómo la madera se deshace y sé que ni siquiera servirá para calentar a algún anciano en la lumbre.
Noté que mis manos se humedecían con una película viscosa, pero fría. ¿Serían sus lágrimas? ¿acaso se me mostraba esa madera en descomposición? ¿Qué podía hacer?
-Siento que el tiempo se agota.
-Entonces, ¿no se cumplirá la profecía de aquél contador de historias que le trajo hasta aquí?
-Sólo si vuelven los niños a jugar sobre mis ramas, a escribir en este tronco apergaminado el dibujo de sus ilusiones de primeros amores; sólo entonces la vida volverá a fluir por mis entrañas, la savia refrescará mi amargura.
La voz, que había ido debilitándose enmudeció. El silencio y la noche se adueñó del lugar. En mi estómago se había alojado un nudo opresivo. Aún así quise mirar al cielo y sí, a lo lejos noté un destello de esperanza. Mis ojos velados, por un instante, creyeron ver. Vislumbraron un relámpago… ¿qué se encerraba dentro de él? ¿tal vez los signos de un futuro para nuestro pueblo? Volví a sentir un calor vivificante que, sí, de nuevo venía de ese chopo centenario.

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Los perros guía

Hoy, día de san Antón, patrón de los animales, quiero hablaros un poquito de esos fieles compañeros que, a veces, usamos los ciegos para movernos de forma autónoma: el perro guía o perro lazarillo.
Son mucho más que mascotas o animales de compañía, son nuestros ojos y están cuidados de forma impecable. Además de por todo esto, porque nos ampara la ley, desde aquí quiero hacer un llamamiento a que se les acepte, que no se nos pongan obstáculos para acceder a restaurantes, taxis, etc. Es muy desagradable tener que recurrir a la ley o pelear por esto. Ni son un capricho ni van a molestar a nadie.

La historia del perro guía, nos remonta a la fundación del Instituto para Ciegos de Viena, por parte de Johann Whilhelm Klein en 1819, donde recoge las ideas de Joseph Resinguer, quien enseñó a sus tres perros para que le ayudaran en sus tareas cotidianas. Ya en 1827, Leopold Chimani publicará esta historia.
Antes de que las ideas de Klein se pusieran en práctica, aparece un nuevo libro acerca del adiestramiento de perros guía, escrito por el alemán Jacob Birrer.
El proyecto de Klein, inspiró a Gerhard Stalling, quien abre una escuela de entrenamiento de perros, destinados a acompañar a ex combatientes alemanes de la Primera Guerra Mundial, que habían quedado ciegos. Durante la década de los años veinte, es introducida en Estados Unidos la primera escuela, a cargo de Morris Frank, quien también era ciego. Ya en los años 70, se trasladará a Inglaterra e Italia.
Las primeras prácticas de adiestramiento, tuvieron como modelo al pastor alemán, pues es la raza más popular en Alemania.
En la actualidad, las razas más empleadas son: pastor alemán, labrador, golden retriever, sin distinción de sexos, siendo ambos aptos por igual.
Los criadores están abocados a conseguir el cruce perfecto, para potenciar al máximo las aptitudes del animal.
El estado físico del perro guía debe ser óptimo, no debe superar la talla mediana.
Deben destacar entre sus rasgos, la obediencia, la serenidad, el sentido del equilibrio, y la sociabilidad.

Fases del adiestramiento del perro guía:
Primeramente tenemos la etapa familiar, comienza a las seis semanas y dura hasta el año de edad. En esta etapa el perro se habitúa a las situaciones, objetos y sonidos del hogar, y alcanza un nivel de obediencia básica. También aprende a caminar al lado izquierdo de la correa y distendido. Además aprende a ser limpio en la casa, a reprimir sus impulsos destructivos, se lo introduce en el transporte público, etc.
La segunda etapa transcurre en el centro de adiestramiento, y dura seis meses o un año, recibe adiestramiento específico, donde se lo expone progresivamente a situaciones más complejas.
La etapa con el usuario, requiere de un acoplamiento. El perro llega con un año y medio o dos años, previa selección, donde se busca un perro que se amolde a las características y necesidades de la persona ciega. El nuevo propietario deberá asistir a un curso de tres semanas en el centro de adiestramiento, donde aprenderá a cuidar y manejar al perro guía. Luego el curso continúa en la residencia, desde donde se trabajan las rutas y necesidades específicas del nuevo dueño.
Esta es la etapa más compleja.
El perro es visitado una vez al año, por personal de la unidad de adiestramiento, para monitorear el desempeño del animal.

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martes, 6 de enero de 2009

Mi carta a los Reyes Magos

A vosotros, Melchor, Gaspar y Baltasar, a quienes os acompañan y representan encarnados en toda esa gente buena que me quiere, aspiro a pediros con la sencillez y la fe que me ha sido enseñada:
Que no se borre la sonrisa de mis labios. Que no se pierda cuando vea a unos niños jugar con su inocencia, cuando alguien me ofrezca su ayuda, cuando yo pueda hacer algo por los demás.
Que la paz no se marche de mi corazón. Que no huya por no saber acogerla con la calidez necesaria en mí día a día, en mi trabajo y en mi trato con quienes me rodeen.
Que sepa ser luz. Esa luz que vosotros supisteis seguir cuando adorasteis a aquel Niño. Que esa luz sea guía para quien la necesite, que el mal humor, la estrechez de miras o la debilidad de mi ánimo no la apaguen.
Que recorra los caminos. Sí, esos caminos por los que vosotros os aventurasteis en pro de una misión. Que no ceje en afrontarlos a través de cada reto que se me plantee.
Que atesore el afecto de tanta gente buena como me aprecia por lo que soy y por lo que aporto: mi familia, mis amigos y compañeros.
Y que mantenga la ilusión como un regalo, el mejor de los presentes. La utopía y el empeño en lo que haga, en dejar huella, cómo no.
Ojalá que el próximo 6 de enero pueda deciros que me habéis obsequiado con todo esto, con cosas pequeñas pero de enorme valía. Así será, sin duda y así lo sabré, ojalá que no os falle, agradecer.

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martes, 23 de diciembre de 2008

2008: año de encuentros


Quiero con ésta, la última entrada de 2008 en Tiflohomero hablar de una de las características por las que recordaré en el futuro el año que estamos terminando, un año que tendrá 1 segundo más, imaginaos qué fortuna.
Sí, se trata de que he tenido varios encuentros, que no encontronazos, y que parecen haberse consolidado en proyectos de amistad.
Encuentros virtuales a través de Tiflohomero con vuestra fidelidad y aliento o mediante la visita a otras páginas relacionadas con los viajes y la cultura en general: aquella princesa de sonrisa de colores. O esa otra que tuvo la sensibilidad de pedirme cartelitos en braille para su jardín..
Y encuentros físicos, desde el que se dio en una estación de autobuses aquel comienzo del puente de mayo hasta el que me ha hecho conocer la sencillez personificada en Paloma y Alfonso.
De todos ellos he aprendido cosas, me he sentido estimulado por su aliento y me ha emocionado su aceptación hacia mi persona por encima de la ceguera.
A todos ellos, a vosotros,… ¡¡gracias sinceras por todo ello!!
Que en 2009 pueda consolidar estos encuentros como algo vivo y enriquecedor, que pueda seguir dejando mi huella (cómo no) y que tenga la suerte de superar nuevos retos.
2009 para los ciegos será un año especial. Se cumple, el día 4 de enero, el 200 aniversario del nacimiento del genio que nos legó la llave para nuestro acceso al mundo de la cultura y el conocimiento. Sí, hablamos de Louis braille. Gracias a él, a partir de 1825, podemos decir que los ciegos entramos en la Historia con toda legitimidad.
Que podáis decir lo mismo que yo: nos sentimos plenos porque hemos sido útiles, hemos ayudado a alguien y hemos sabido granjearnos el calor de gente buena.
Un abrazo y a disfrutar de la buena mesa, una compañía deseada y una ilusión siempre viva.
Aquí seguiremos.
Pa lante siempre con una sonrisa.

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jueves, 18 de diciembre de 2008

El braille y mi vida diaria

Cada vez es más común poder encontrarnos el braille no sólo en el ámbito de libros y escritos, sino en muchos aspectos de la vida diaria que hacen la vida más fácil a las personas que utilizan este sistema de lectoescritura.
Imaginemos por un momento que cuando volvemos de la compra diaria del supermercado o la farmacia las cajas y envases no estuvieran rotuladas sin saber qué contiene cada una, siendo toda una sorpresa cada vez que tuviéramos que abrir una lata o envase: nos tomaríamos unos mejillones en vez de unos guisantes, una aspirina en vez de una vitamina, etc… Para evitar esto, tendríamos que tomarnos nuestro tiempo en rotular y etiquetar cada envase para que esto no ocurriera. Cualquier ciudadano, como consumidor, protestaría ante esta circunstancia.
Sin embargo, para muchos ciudadanos, las personas ciegas, esto forma parte de su rutina diaria a no ser que los productos vengan también etiquetados en braille. El braille en estos casos facilita la vida diaria.
Igualmente lo hace a través de otras muchas formas: afortunadamente cada vez es más común encontrarnos con señales de la vida diaria que incluyen el braille: botones de ascensores, rótulos señalizadores de dirección o de localización.
Muchos usuarios de este sistema lo utilizan también para organizar su vida de forma más eficiente: rotular los cd para escuchar la música preferida; incluir etiquetas en la ropa para saber que se va conjuntado; incluir el braille en juegos de mesa para poder competir en torneos de mus o dominó al igual que sus contrincantes; saber qué botones ha de pulsar en una lavadora o cocina para que funcione correctamente.
El braille también está presente en las actividades profesionales y formativas. Cualquier profesional en su trabajo diario tiene que manejar información escrita, cualquier estudiante precisa leer para retener los temas de los que se ha de examinar. En el caso de las personas ciegas, el braille cubre estas necesidades perfectamente.
Por supuesto, un ámbito muy importante donde el braille también está presente es la cultura y el ocio: poder leer el último best-seller, conocer los contenidos de un museo a través de la señalización de piezas con cartelas, disponer de mapas en relieve con información en braille para hacer una ruta turística.
En suma, el braille es algo más que un sistema de lecto-escritura para las personas ciegas: es una herramienta que les permite vivir con mayor autonomía y normalidad.

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sábado, 13 de diciembre de 2008

Santa Lucía: sentimientos a flor de piel

Sí, hoy día de santa Lucía, es mi patrona. Un día cargado de nostalgia para mi.
Ha sido una celebración, este año, algo pobre y deslucida por el mal tiempo.
Como cada año la misa la he dedicado a aquellos seres que me aceptan pese a mi ceguera, a recordar a esas personas que fallecieron, pero que siguen vivas en mi memoria y a rogar porque pueda seguir dejando huella, aportando algo a este mundo, para ayudar un poquito a que sea un hogar más cálido.
He recordado los tiempos en los que me tocaba organizar la fiesta que, aun siendo de mucha responsabilidad, era gratificante por ver cómo se conseguían dosis de armonía y superación.
He pensado en las paradojas: santa Lucía llevaba por nombre la que posee luz y sin embargo fue privada de la vista por despecho y fanatismo y Louis Braille se quedó ciego, a los tres años, en el taller de su padre, al jugar con una lezna de guarnicionero, y luego otro punzón serviría al resto de los ciegos para comunicarse gracias a su alfabeto de puntos salientes y que lleva su nombre. Es curioso.
Un día más, un año más he vuelto ya a casa después de comer con amigos. Mientras otros estarán participando en una macrofiesta; yo he querido retirarme, escribir esta pequeña reflexión y desear que sigáis portando luz.
Que el frío no se apodere de vuestras almas y que ningún fantasma os robe la sonrisa.
Adelante con una sonrisa y que pueda seguir ahí, con la ayuda de Dios, de santa Lucía y de mi voluntad para hacerme digno de vuestra atención y afecto.

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viernes, 5 de diciembre de 2008

Entrada nº 300

Quiero que la entrada nº 300 de esta aventura virtual que comenzara allá por septiembre de 2007, sea un paréntesis en lo que vamos compartiendo por aquí.
Que sea un punto de parada y sirva para dejaros mi cariño y reconocimiento.
Hoy, día en que Susana, mi sobrina; ella, tan buena, tan cariñosa cumple 12 años. Que sea muuuy feliz, que vuele alto, muy alto, en busca de nuevos mundos de fantasía, esfuerzo y aprendizaje.
Que ojalá sea capaz de continuar despertando vuestro interés y no os aburra.
Que pueda dar a tiflohomero mayor luminosidad, más atractivo, a pesar de que no me resulte nada fácil el tratar de manejarme con el revisor parlante de la pantalla a través del que accedo al ordenador.
Que mi ejemplo y aportaciones sobre la ceguera sirvan para que otras personas que duden de sus capacidades, no lo hagan. Que sepan que, con esfuerzo, ayuda y formación, se puede hacer mucho. Aunque uno siempre querría hacer más.
Que sigáis estando ahí, dedicando vuestro tiempo a acompañarme, aunque sea de forma virtual. Gracias por vuestra fidelidad.
Yo ahí seguiré, buscando nuevos posts. Merece la pena, de verdad.

“Creedlo, para hacernos amar no debemos preguntar nunca a quien nos ama: ¿Eres feliz?, sino decirle siempre: ¡Qué feliz soy contigo!”
Jacinto Benavente
(1866-1954) Dramaturgo español.

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sábado, 22 de noviembre de 2008

II Feria de tecnología para ciegos

Yo estoy en el stand del Servicio Bibliográfico mostrando la Biblioteca virtual que tenemos en la Organización Nacional de Ciegos y a través de la cual podemos acceder a la lectura de más de 20.000 libros de forma accesible y cómoda desde nuestros domicilios en un tiempo muy breve.

Madrid acoge desde hoy hasta el próximo domingo, 23 de noviembre, "Tifloinnova 2008", la feria internacional de la tecnología diseñada para mejorar la vida de las personas con discapacidad visual, en la que puede verse desde una lavadora que verbaliza sus programas y temperaturas, hasta teléfonos móviles que además de hablar, permiten programar electrodomésticos.
El encuentro, organizado por el Centro de Investigación, Desarrollo y Aplicación Tiflotécnica (Cidat) de la ONCE, reúne a un total de 15 países, que a través de 42 empresas exponen, por ejemplo, sistemas de movilidad GPS aplicados a los teléfonos móviles; utensilios para la vida diaria como electrodomésticos parlantes o medidores de glucosa accesibles para las personas ciegas, además de los últimos avances en reproductores MP3 y libros sonoros.
La feria, inaugurada ayer, quiere además hacer un llamamiento a las administraciones, a las empresas, a los investigadores y a la sociedad en general en defensa del diseño en origen de bienes y servicios accesibles para todas las personas.
Y es que, afirmó durante la inauguración del evento, el director general de la ONCE, Ángel Sánchez, las tecnologías deben ser un instrumento de integración, y no de exclusión, como ocurre a veces. En este sentido, añadió, "hemos luchado para implicar a las administraciones públicas y privadas" en la tarea de hacer desde su inicio accesible para todos los ciudadanos la Televisión Digital Terrestre, conocida como TDT.
A este respecto, el director general del Desarrollo de la Sociedad de la Información, David Cierco, que inauguró la muestra, afirmó que se está financiando ya un proyecto para que la TDT sea accesible a todas las personas.
En este sentido, la directora del Cidat, María Jesús Varela, reconoció el trabajo de las empresas que diseñan en origen sus productos pensando en todas las personas y se refirió, en la misma línea, a la llamada "Declaración de Madrid", un documento suscrito por empresas y visitantes que apuesta por la accesibilidad universal y por el diseño para todos.
El manifiesto, leído durante la inaguración de la muestra por un representante de Vodafone, destaca la importancia de que las tecnologías sirvan para hacer más fácil la vida a todos los ciudadanos y no para aumentar las diferencias entre ellos.
Empresas como Abbot Diabetes Care o Roche Diagnostics presentan en "Tifloinnova 2008" tensiómetros y medidores para el control de glucemia, así como varios productos y servicios de diagnóstico para el cuidado de personas con diabetes.
Del mismo modo, el visitante podrá encontrar en la feria relojes parlantes de bolsillo o un metro electrónico, así como básculas de baño y balanzas de cocina también parlantes.
Los interesados en conocer "Tifloinnova" pueden pasarse por el Paseo de la Habana, número 208, donde se encuentra instalada la exposición, hoy hasta las ocho de la tarde; mañana entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde, y el domingo entre las diez de la mañana y las tres de la tarde.

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domingo, 16 de noviembre de 2008

Acceso al transporte público para ciegos

Un proyecto desarrollado por varios investigadores asturianos que busca facilitar el uso del transporte público a las personas con discapacidad visual ha recibido el V premio de I D de la ONCE. Se trata de un dispositivo para a través del teléfono móvil se conozca en tiempo real la posición de autobuses y trenes.
La aplicación permitirá a los usuarios escoger la mejor ruta "Shinobu" es el nombre del proyecto galardonado, un asistente de navegación que mantiene en contacto el móvil y los servicios públicos de transporte, de manera que la información es servida en tiempo real a la persona ciega en su propio teléfono.
Martín González Rodríguez, coordinador de este programa, ha señalado que esta herramienta permitirá obtener "una realidad aumentada", que consiste en conocer "más allá de lo que ocurre". La aplicación permitirá a los usuarios escoger la mejor ruta para desplazarse de un punto a otro de la ciudad y, para ello, éste deberá decir en primer lugar la calle y número al que desea ir.
Una vez procesados los datos, el dispositivo informará al usuario de la línea, por ejemplo de autobús, que debe coger.
Esto será posible porque el sistema entrará en contacto con los sistemas de gestión informatizada de la red de transportes, utilizando los canales de radiocomunicación inalámbrica del teléfono móvil y, durante el desplazamiento, el sistema irá proporcionando todo tipo de información hasta alcanzar el punto final de destino.
Para que la persona pueda identificar cuál es el autobús que debe coger después de que el móvil se lo haya dicho, se deberá instalar en los vehículos una "baliza de geolocalización", que, según los investigadores asturianos, no costará más de 60 ó 70 euros.
La ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera ha presidido la entrega de este premio, dotado con 240.000 euros, en el Centro de Investigación, Desarrollo y Aplicación Tiflotécnica de la ONCE (CIDAT), y ha afirmado que el desarrollo de la I D al servicio de la discapacidad requiere del trabajo conjunto de las Administraciones Públicas, de las instituciones de investigación y del mundo empresarial.
Por su parte, el presidente de la ONCE, Miguel Carballeda, ha indicado que "queremos disfrutar de los avances tecnológicos igual que nuestros conciudadanos" y ha añadido que de lo que se trata es de mejorar la calidad de vida y la igualdad de oportunidades de mucha gente, al tiempo que ha dicho que aún es necesario "mejorar" algunas leyes.

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domingo, 2 de noviembre de 2008

Líbrame, Señor... (Oración)

Líbrame, Señor de caminar por la vida sin hacer el bien.
Líbrame, Señor de que al fin de mis días no pueda decirse que he pasado en balde por ellos, sin dejar ninguna huella.
Líbrame, Señor de no regalar una sonrisa a todas aquellas personas que me ayudan generosamente.
Líbrame, Señor de no darte gracias por lo que soy y lo que tengo, lo mismo que a todos los que me ayudan y valoran.
Líbrame, Señor de no saber apreciar las pequeñas cosas de las que disfruto.
Líbrame, Señor de no tender mis manos a quien me necesite.
Líbrame, Señor de no ser capaz de perdonar y pasar página.
Líbrame, señor de que olvide a quienes me dieron su afecto y ahora están junto a ti.
Líbrame, Señor de dejar de lado a mis amigos en sus momentos de necesidad.
Líbrame, Señor de no ser digno de mi familia y seres que me tratan con afecto.
Líbrame, señor de no mostrar algo con que ayude a una mejor calidad de vida de los seres que me rodean.
Líbrame, Señor de no saber escuchar.

De todo ello, te pido, Señor que me apartes en la seguridad de que, con tu apoyo y mi voluntad, seré un poquito mejor persona cada día. Gracias

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domingo, 12 de octubre de 2008

Jugar a hacer puzzles

Al hilo de una noticia que escuché ayer sobre cuál era el puzzle más grande del mundo, un puzzle dotado de 24.000 piezas y 9 metros cuadrados de superficie, me viene a la mente un sentimiento nostálgico.
Recuerdo que de pequeño, como otros muchos de vosotros y vosotras, seguro, jugaba a construir con el Tente o el Exin Castillo, juegos que me entretenían grandemente y desarrollaban el ingenio, y que ahora han pasado a ser sustituidos por juegos de videoconsola.
La ceguera me impidió seguir con esa afición de hacer puzzles, esa sensación de buscar la pieza entre otras muchas, pensar dónde podría encajarla y ver al final el resultado, una obra bonita. Mi último puzzle es uno de 500 piezas, recrea la imagen de una vista de Salamanca y lo enmarqué. Le tengo mucho cariño porque lo hice ya casi sin vista, vislumbraba sus formas,. Envidio a quienes los siguen haciendo y me dicen que tienen una habitación destinada a ese juego maravilloso de encaje, de magia.
Ojalá alguna vez pueda volver a confeccionarlos, aunque sea en tres dimensiones.

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