lunes, 29 de noviembre de 2010

Al fin, la respuesta

Puesto que para mí la semana laboral comienza mañana, aquí va mi cuentecito de costumbre.
Que el frío no se apodere nunca de vuestras almas.

Llegó noviembre y, como cada año, los copos de nieve extendieron su manto por todo aquel antiguo jardín.
Abelardo continuaría su sempiterna búsqueda en pos de Eloísa pero los caminos serían estériles, inútil seguirlos.
Desesperaba ya de su destino. Maldecía al amor y, no obstante, este año creía que sí, esta vez lo conseguiría. ¿Por qué?
Internet se había hecho compañero suyo. El comentario de un seguidor de su perfil le había dado una clave, la clave.
¿Se atrevería a seguirla?
Unas coordenadas extrañas, la entrada a una gruta. ¿Y al final? Una ilusión, una figura de mujer. No era como él la recordaba, pero supo que la meta estaba allí para ser franqueada. Dudó, tuvo miedo. Se dejó ganar por la chispa de la intuición y un abrazo le dio la respuesta. Ya nada más le importó.
Eloísa había estado siempre allí, aguardándole. Bien era cierto que no se parecía a la imagen que su memoria le pintaba, pero es que, al fin, lo comprendió: su existencia era Eloísa.

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jueves, 25 de noviembre de 2010

El libro sellado

Os pongo, que hace ya tiempo que no lo hago, una reveladora anécdota acerca del acicate que supone, para el ser humano, lo misterioso y cómo, en no pocas ocasiones, una vez desvelada, la sorpresa no resulta agradable.Bueno, al menos, habrá que intentarlo porque quién sabe. ¿Y si resulta que merece la pena atreverse?
Cuando en 1738 murió el célebre físico y químico holandés Herman Boerhaave, dejó un libro sellado con el título "El Único y Más Profundo Secreto del Arte Médico". Muchos años más tarde, la obra fue vendida por 20.000 dólares en oro a un terrateniente americano que, al romper el sello, se encontró con que 99 de las 100 páginas estaban en blanco. Al final, había una nota manuscrita: "Conservad la cabeza fría, los pies calientes y convertiréis en pobre al mejor médico".

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lunes, 22 de noviembre de 2010

Solidaridad con personas sordociegas

Si ya de por sí, ser ciego suppone toda una carrrera de obstáculos para desenvolverse en la vida cotidiana, de forma autónoma, imaginaos el aislamiento que provoca añadirle la sordera. Por eso, me parece necesario daros a conocer esta acción solidaria que hoy da comienzo.

La Fundación ONCE para la Atención de Personas con Sordoceguera (FOAPS) y la Fundación Solidaridad Carrefour ponen en marcha, a partir del lunes 22 de noviembre, una iniciativa a favor de los afiliados sordociegos.
Aprovechando la campaña navideña, la cadena de grandes superficies Carrefour va a poner a la venta, en 200 de sus centros por toda España, una serie de DVD´s dirigidos al público infantil, con personajes bien conocidos por los más pequeños (Pocoyo, Bob Esponja, Caillou…). El precio simbólico de cada uno de ellos es de 5 euros, de los que 1,5 euros se van a destinar a la FOAPS.
Tal y como reza en los expositores de Carrefour, “…de cada venta, 1,5 euros se destinará a la adquisición de materiales que permitan disminuir el aislamiento de niños y jóvenes con sordoceguera favoreciendo la comunicación y su desarrollo personal”.
El propósito de la FOAPS es dirigir la recaudación en dos direcciones:
- Área educativa: Dotar a los mediadores, que de forma diaria acuden a los centros escolares a trabajar con los niños y jóvenes sordociegos, de nuevo material de estimulación y comunicación dirigido a las capacidades perceptivas, cognición y comunicación, material simbólico, matemáticas, lenguaje, desarrollo motor, etc.
- Ayudas técnicas a personas sordociegas que puedan mejorar el aislamiento comunicativo y social en el que se encuentran muchas de ellas.
Los títulos de los 10 DVD, protagonizados por personajes de sobra conocidos por el público infantil, son los siguientes:
- BOB y sus amigos
- Caillou el bombero
- La banda de música de Caillou
- Clifford
- El Jardín de los sueños
- Juan y Totola
- Lazy Town
- Pocoyo aprende riendo número 9
- Pocoyo aprende riendo número 10
- Thomas y sus amigos
También se puede encontrar referencia de este producto en el catálogo de juguetes de Carrefour y en su revista “Hacerse grande”, sobre los más pequeños de la casa.

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jueves, 18 de noviembre de 2010

La Odisea de un Homero de nuestro tiempo

Muchas son las conquistas de quienes padecen minusvalías en el terreno de la discriminación, barreras arquitectónicas y psicológicas, en su lucha por obtener facilidades ante la Administración. El acceso a la función pública es uno de los reductos donde formalmente las convocatorias abren las puertas a quienes están discapacitados, se facilitan turnos específicos e incluso la adaptación de las pruebas. Sin embargo, cuando se trata de superar pruebas de alta exigencia intelectual, la ceguera se alza en una barrera de hecho brutal. Por eso, desde estas páginas no puedo menos de felicitar calurosamente a Iván Argote Pérez, comentarista del blog y ciego de nacimiento que acaba de superar con todo merecimiento las duras oposiciones al Cuerpo Superior de Administradores de la Junta de Castilla y León.I. Veamos el reto que tiene alguien con ceguera para afrontar unas oposiciones a un Cuerpo Superior que exceden el centenar de temas, que cuentan con ejercicios teóricos y prácticos y en que la competencia es feroz.1.1. En primer lugar, por la dificultad de acceso a la información y sus fuentes como cualquier opositor. Hoy día todo está en papel y el opositor está en permanente tejer y destejer de temas, cortando y pegando, leyendo y acumulando, mientras que el invidente debe aprender los temas recitando y para ello precisa, tanto de unos familiares o amigos que le filtren y adapten la información, como de unos programas informáticos que lean los documentos o temas previamente escaneados.De hecho, como me confesaba Iván: "Al estudiar con una síntesis de voz, y para evitar perder el oído, me ponía los temas a bajo volumen. La velocidad en el repaso era esencial. Los temas los escuchaba a velocidades de 400 palabras por minuto, ininteligibles para alguien no habituado, ya que la velocidad del habla humana se encuentra en torno a 200 palabras por minuto."1.2 En segundo lugar, el invidente carece de la memoria fotográfica de los temas, tan útil para el común de los aspirantes, para desarrollar los temas de forma ordenada y enlazando ideas.1.3 En tercer lugar, la realización de un examen oral sin el contacto visual de los miembros del Tribunal, sin recibir esa información sensorial vital sobre sonrisas, guiños, asentimientos, reprobaciones y otros gestos de aquéllos, constituye un duro hándicap. Aunque tiene sus ventajas, como comentaba Iván con humor: "También me decía mi novia que, si alguien no versado en Derecho me escuchase temas que le aburriesen, podría quedarse dormido sin problemas. Lo esencial es que no ronque a fin de no perturbarme."1.4 En cuarto lugar, porqué no decirlo, un opositor invidente juega contra la incomprensión de los restantes aspirantes que, verterán palabras amables, pero la oposición es una jungla y cuantas mas plazas vacantes mejor.II. Por todo eso, para alcanzar el éxito, hace falta una personalidad sólida, una inteligencia notable y disciplina de hierro, además de grandes dosis de optimismo.2.1. En el caso de Iván, al que no conozco personalmente (aunque es difícil no ser cautivado por su nobleza), su personalidad sólida se advierte ante su serio planteamiento al encarar la oposición. Sabía lo que quería y sabía como luchar contra los elementos. Los correos electrónicos que me enviaba iban exponiéndome sus dudas y estrategias, siempre ávido por profundizar en cuestiones puntuales o disponer de jurisprudencia o libros que analizasen determinadas materias. Incluso me expuso su receta para aprobar que comparto plenamente: "Siempre he pensado que hay que tener cuatro cualidades en la oposición: disciplina en el estudio; equilibrio, ya que las cosas de la vida, aunque sean buenas, pueden alterar la tranquilidad necesaria; ganas, para no desfallecer, y suerte, aunque los temas se tienen que llevar todos bien preparados."2.2. Su inteligencia es patente. Sus comentarios al blog, primero, y sus correos después, me demostraron una agudeza intelectual poco común. Pese a no ver físicamente creo que es capaz de "ver" todas las dimensiones de los problemas y eso le ha sido útil en la vida y le será utilísimo en la vida profesional que le aguarda.2.3. Su disciplina es ejemplar. Si todo opositor debe contar con disciplina para estudiar en solitario temas y temas, tan áridos como extensos, en el caso de Iván, esa disciplina resulta mas meritoria cuando sus competidores van por la autopista de la información y el por un sendero secundario y con baches.2.4. Su optimismo me maravilló desde un primer momento. En efecto, hay que decir que acometió primero las oposiciones a abogado del Estado. Desistió de tal cruzada, y se embarcó en las de Letrado de la Junta de Castilla y León, donde me consta que puso todas las esperanzas y esfuerzo. Derribado del caballo, orientó su esfuerzo hacia las del Cuerpo Superior de la Junta de Castilla y León y su esfuerzo obtuvo recompensa al superar todos los ejercicios. No es que sea cierto lo de "el que la sigue, la consigue" sino mas bien que "el que la sigue con optimismo y una mente maravillosa, la consigue". Es más, dice en su favor, que incluso me confesaba con prudencia antes de este éxito, que si no las superaba, seguiría opositando a cuerpos superiores de otras comunidades Autónomas.III. Pero aprobó la oposición, a la edad en que Jesucristo y Carlomagno perdieron la vida, Iván renace como funcionario de carrera, de nivel superior y además para aplicar la disciplina jurídica que le apasiona y domina con un braille mental lucidísimo.3.1 Aprobó, y demostró su elegancia hacia el Tribunal: "La actitud de la Administración de la Junta de CYL y del Tribunal, en cuanto a la accesibilidad de las pruebas, ha sido encomiable. Aportaron Ordenadores con los programas instalados para permitir que leyese la pantalla, aunque yo ofrecí llevar el mío, si lo preferían; me permitieron utilizar LaLeyDigital, la mejor base de datos jurídica en cuanto se refiere a su accesibilidad, y una de las mejores y de más intuitivo manejo del país; me permitieron aportar el programa en braille durante las pruebas orales. La ley les obligaba a proporcionarme la accesibilidad necesaria, pero además actuaron con una humanidad y una sensibilidad que son de agradecer."3.2 Aprobó, pero no sufrió el mal de altura de la soberbia que suele adornar al opositor exitoso: "Nunca me cupo duda de que lo esencial es la salud, mi novia de quien tanto he aprendido, la familia, los amigos, la fuerza interna, la oposición conseguida es algo estupendo, pero sin ella mi carácter sería igual y mi entusiasmo por la vida no variaría."Y todo ello, con buen humor. Basta esa pincelada con que firma sus correos:" Ivan ovienen"IV. En fin, mi enhorabuena para Iván, mi respeto hacia el Tribunal Calificador que ha sabido evaluar el esfuerzo y el resultado, soslayando la cómoda anticipación de cerrar el paso por estúpidos prejuicios. También mi admiración hacia su compañera Marina, y sus familiares, que sin duda han prestado esa dosis de apoyo que tan necesaria es en las carreras de fondo.

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lunes, 15 de noviembre de 2010

La solidaridad tiene nombre: Fundación Alaine

El pasado sábado tuve ocasión de asistir, por primera vez, a una cena solidaria, benéfica. Me apetecía mucho hacerlo por la nueva experiencia y por la buena causa que se promovía.
Quiero, cómo no, haceros partícipes de ella. ¿Os parece?

El motivo, juntar a un grupo de personas unidas por el deseo de sembrar sonrisas en los niños. Ayudar a que otros que no tienen oportunidades, puedan soñar con ellas. Os pongo la dirección de la página web en la que se explica con todo detalle el origen y fines de la Fundación alaine. Os animo muy vivamente a que la visitéis:
www.fundacionalaine.es
En cuanto a lo que yo percibí del acto, a lo que experimenté, podría resumíroslo con unos breves flashes, no precisamente fotográficos:
Mi ceguera queda en segundo plano. Los organizadores cuidan que no quedemos al margen. Nos van a buscar, a mi amiga Elenita (la “culpable” de esto) y a mí, al Metro, nos ubican en una mesa de privilegio a la hora de la cena y me traen a casa como si me conociesen de siempre.
El marco era muy prometedor, digno de lo que allí se iba a compartir: el Real Café Bernabeu, nada menos que en pleno campo de fútbol madridista.
El menú de diseño, todo muy fino, exquisito.
Y las anécdotas: camisetas firmadas por futbolistas de élite que se subastan, una canción que suena y que era la que yo tenía como sintonía de un programa de recomendaciones literarias, recordamos al Lazarillo de Tormes y coincido con alguien que escribe.
Pero lo más importante, es la expresión de lo que puede hacerse cuando el corazón manda, cuando uno deja de querer ser uno y se entrega a los demás, siendo mucho.
Para mí fue muy gratificante estar allí, ser partícipe.

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domingo, 14 de noviembre de 2010

Que me dejen solo


Aquí estoy otro domingo más para auguraros una semana dichosa y pletórica.
Que se cumpla.

-Que me dejen solo. Que no quiero las migajas de su compasión. Que nadie venga.
Ring ring rin. Díndong, díndong
Qué pesadez. La puerta y el teléfono a un tiempo. Y mira que insisten. Si yo nada más que quiero comerme esas sardinas en lata que me ha dejado la Ana y escuchar la radio mientras juego la enésima partida de damas contra mí mismo.
¡Maldita sea! Siguen aporreando mi mundo. Tendré que salir a echarles. Ah, son ellas.
-vamos, Ramiro. Sabemos que estás. No vamos a permitir que te encierres en la autocompasión y la desidia. Queremos que salgas con nosotras, que nos guíes en esta tarde.
-¿Guiaros yo? ¡Un ciego de mierda que no sirve para nada, un despojo varado!
-Sabes que no es cierto, que tienes mucho que contarnos.Déjate pedir que vengas y paseemos. Es verdad que hace frío, que pronto será de noche, pero qué más da. Salgamos y tomémosnos aunque sea un simple café. Si bien, habíamos pensado ir a la última bocatería que hemos descubierto. Es muy chula. Ponen baladas tranquilas y el sitio es acogedor.
-Pero con lo a gusto que estoy en casa…
-Déjate de milongas y vístete. Ale, que cuántos querrían presumir de andar cogidos del brazo de dos señoras como nosotras.
Al fin, Ramiro cede. Su máscara de reproches encubre un cosquilleo de gratitud. Sabe que esas dos auténticas amigas han venido a buscarle porque le quieren de verdad. No lo esperaba. Pensó que se irían al cine con otros o quién sabía si con alguien que les diese más que él. Y, no obstante, allí están, empeñadas en rescatarle. Se viste deprisa, a regañadientes, mientras Elvira y Noelia aguardan en el recibidor del pequeño piso que nuestro protagonista comparte con su hermana, hermana que ha salido a pasar la tarde con su chico.
A su pesar, el alma de Ramiro se ha teñido de alegría. Y él que pensaba quedarse en aquel espacio, mientras sabía que otros y otras disfrutaban, vivían, amaban.
-anda, bobo. ¿A que te ha gustado que viniésemos por ti?
-Bien lo sabéis. La verdad es que sí. Gracias.
-Bah, no te pongas tontorrón. Que nosotras te queremos. ¿Es que aún no lo sabes?
-De veras que no lo hacéis por ganaros un trozo de cielo? ¿Por compasión?
-¿Compasión contigo? Compasión la tenemos hacia los niñitos desnutridos. Pero contigo, lo que tenemos es afecto, cariño.
Bueno, pues sí qe se está bien aquí. Y hay gente maja. ¿Y ponen bocatas?
-Claro. La idea era cenar aquí los tres y hablar de lo que se tercie. ¿Te hace una hamburguesa de pollo con aritos de cebolla?
-aaaahhh, qué buena pinta tiene eso.
-Está rica, sí sí.
-Venga, brindemos porque la próxima vez seas tú el que venga a buscarnos a nosotras.
-Hágase. Mira que sois… Me habéis hecho feliz.
-Venga, que nos quiten lo bailao. Cuéntanos cuando fuiste a bajar del autobús y te equivocaste de brazo, ¿cómo fue aquello?
-Ah, qué apuro. No es que me equivocara de brazo, es que busqué la barra y lo que encontré fue… una melena y unas curvas. Callad, callad, que es que pasan unas cosas…
-Pues y a mí, que un día alguien me dijo que quería ser mi albañil para allanarme el suelo que pisara. ¿Cómo lo ves?
-Ja. Y a mí, otro me dijo que quería ser jardinero para ser el cuidador de la flor más bonita.
-Ala. Otro brindis por los buenos piropeadores. Y, por lo que pueda pasar, ahí va uno para mis mujeres: quiero que seáis un espejo, porque mirándoos, veo la gracia y lo mejor que Dios ha creado.
Ana, la hermana de Ramiro llega a casa. Son alrededor de las 12.
-Qué raro. Si Ramiro no está. ¿Adónde habrá ido? Las sardinas sin probar, todo recogido… Mira que me extraña. ¿Y si alguien ha venido a buscarle? Cómo me alegraría que así hubiera sido. Bueno, ya contará. El pobre… se siente tan solo.

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Vuelve el Jardín de Encuentros

Permitidme que comparta aquí una noticia que es señal de que mi mente vuelve a querer estimularse con la creatividad literaria.
Hace un año, la amiga Merceditas y yo, creamos a dúo otro blog. Se trataba de poner en él relatos escritos entre los dos. Por unas razones u otras, el proyecto quedó varado hace unos meses.
Hoy, queremos hacer el buen propósito de retomarlo, regarlo adecuadamente y proppiciar que alguien encuentre acogedor cobijo bajo sus plantas. Ojalá que así sea.
Me gustaría invitaros a que nos visitéis y animéis. Para ello, entrad en:
http://jardindeencuentros.blogspot.com/2010/11/volvemos-regar-el-jardin.html

Que disfrutéis de él y de la naturaleza otoñal tan preñada de colores.

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viernes, 12 de noviembre de 2010

Símbolos, simbolitos


Os preguntaréis que dónde he andado esta semana en la que Tiflohomero ha dejado de asomarse a vuestros espacios.
Pues el caso es que fui a Barcelona. ¿El motivo? La boda de una compañera y la visita, siempre grata, a mis queridos Noemí, Jaume y Merceditas.
Más allá de la mera descripción de otro viaje, querría esta vez, recoger una serie de símbolos que representan mi definición de felicidad:

Atesorar entre mis manos la primera novela hecha libro en papel de Merceditas. Se la acababan de entregar y me hizo una enorme ilusión saber que sus sueños, al fin, se habían visto cumplidos. Paseé mis manos por la cubierta, deslicé las páginas, imaginé cómo serían las letras. El título es bien llamativo: “Sé tú mismo aunque seas un gilipollas”. Es una sátira con moraleja del mundo de los gurús empresariales. La envidié porque ella ya tiene su libro y yo…
Poner una vela a cuatro manos, en la capilla de Santa Lucía, en la catedral. Rezar por tantas cosas, tantas personas, dar gracias. Luego pondríamos otra en Santa María del Mar, a los pies de san Honorato, patrón de los panaderos (cómo no, con lo golosón que es uno).
Desenvolverme con normalidad entre personas sin problemas visuales, ser aceptado como uno más y atendido como el que más.
Degustar exquisiteces en forma de dulces monacales en El Caélum, un antiguo convento convertido en tetería. Su ambiente de lo más agradable y los productos, sublimes.
Sacar fotos y encima hacerlo bien. Diréis que cómo. Pues Merceditas me enfocaba la cámara y yo, con pulso firme, pulsaba el botoncito correspondiente. El escuchar su click era todo un estímulo.
Pisar la Historia paseando por lugares cargados de acontecimientos, desde ese palacete que ahora alberga la Junta de Distrito de Sans hasta el barrio gótico.
Impregnarme de la naturaleza en jardines o esa plaza del Pino. Pisar las hojas,sentir la textura de troncos de árboles, oler la tierra mojada.
Esas charlas en torno a una mesa compartiendo sabrosas viandas, desde un menú nupcial a base de lubina,solomillo y tarta con sorbete de mango hasta esa escalibada o hamburguesa de las de verdad.

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Los seis sabios ciegos y la forma del elefante

Espero que esta historia os resulte interesante y os mueva a la reflexión.
Hace más de mil años, en el Valle del Río Brahmanputra, vivían seis hombres ciegos que pasaban las horas compitiendo entre ellos para ver quién era de todos el más sabio. Para demostrar su sabiduría, los sabios explicaban las historias más fantásticas que se les ocurrían y luego decidían de entre ellos quién era el más imaginativo.Así pues, cada tarde se reunían alrededor de una mesa y mientras el sol se ponía discretamente tras las montañas, y el olor de los espléndidos manjares que les iban a ser servidos empezaba a colarse por debajo de la puerta de la cocina, el primero de los sabios adoptaba una actitud severa y empezaba a relatar la historia que según él, había vivido aquel día. Mientras, los demás le escuchaban entre incrédulos y fascinados, intentando imaginar las escenas que éste les describía con gran detalle. La historia trataba del modo en que, viéndose libre de ocupaciones aquella mañana, el sabio había decidido salir a dar un paseo por el bosque cercano a la casa, y deleitarse con el cantar de las aves que alegres, silbaban sus delicadas melodías. El sabio contó que, de pronto, en medio de una gran sorpresa, se le había aparecido el Dios Krishna, que sumándose al cantar de los pájaros, tocaba con maestría una bellísima melodía con su flauta. Krishna al recibir los elogios del sabio, había decidido premiarle con la sabiduría que, según él, le situaba por encima de los demás hombres. Cuando el primero de los sabios acabó su historia, se puso en pie el segundo de los sabios, y poniéndose la mano en el pecho, anunció que hablaría del día en que había visto él mismo la famosa Ave de Bulbul, con el plumaje rojo que cubre su pecho. Según él, esto ocurrió cuando se hallaba oculto, tras un árbol, espiando a un tigre que huía despavorido ante un puerco espín malhumorado. La escena era tan cómica que el pecho del pájaro, al contemplarla, estalló de tanto reír, y la sangre había teñido las plumas de su pecho de color carmín.Para poder estar a la altura de las anteriores historias, el tercer sabio tosía y chasqueaba la lengua como si fuera un lagarto tomando el sol, pegado a la cálida pared de barro de una cabaña. Después de inspirarse de esta forma, el sabio pudo hablar horas y horas del los tiempos de buen rey Vikra Maditya, que había salvado a su hijo de un brahman y tomado como esposa a una bonita pero humilde campesina. Al acabar, fue el turno del cuarto sabio, después del quinto y finalmente el sexto sabio se sumergió en su relato. De este modo los seis hombres ciegos pasaban las horas más entretenidas y a la vez demostraban su ingenio e inteligencia a los demás. Sin embargo, llegó el día en que el ambiente de calma se turbó y se volvió enfrentamiento entre los hombres, que no alcanzaban un acuerdo sobre la forma exacta de un elefante. Las posturas eran opuestas y como ninguno de ellos había podido tocarlo nunca, decidieron salir al día siguiente a la busca de un ejemplar, y de este modo poder salir de dudas. Tan pronto como los primeros pájaros insinuaron su canto, con el sol aún a medio levantarse, los seis ciegos tomaron al joven Dookiram como guía, y puestos en fila con las manos en los hombros de quien les precedía, emprendieron la marcha tomando la senda que se adentraba en la selva más profunda. No habían andado mucho cuando de pronto, al adentrarse en un claro luminoso, vieron a un gran elefante tumbado sobre su costado apaciblemente. Mientras se acercaban el elefante se incorporó, pero enseguida perdió interés y se preparó para degustar su desayuno de frutas que ya había preparado.Los seis sabios ciegos estaban llenos de alegría, y se felicitaban unos a otros por su suerte. Finalmente podrían resolver el dilema y decidir cuál era la verdadera forma del animal. El primero de todos, el más decidido, se abalanzó sobre el elefante preso de una gran ilusión por tocarlo. Sin embargo, las prisas hicieron que su pie tropezara con una rama en el suelo y chocara de frente con el costado del animal. -¡Oh, hermanos míos! -exclamó- yo os digo que el elefante es exactamente como una pared de barro secada al sol.Llegó el turno del segundo de los ciegos, que avanzó con más precaución, con las manos extendidas ante él, para no asustarlo. En esta posición en seguida tocó dos objetos muy largos y puntiagudos, que se curvaban por encima de su cabeza. Eran los colmillos del elefante. -¡Oh, hermanos míos! ¡Yo os digo que la forma de este animal es exactamente como la de una lanza...sin duda, ésta es!El resto de los sabios no podían evitar burlarse en voz baja, ya que ninguno se acababa de creer lo que los otros decían. El tercer ciego empezó a acercarse al elefante por delante, para tocarlo cuidadosamente. El animal ya algo curioso, se giró hacia él y le envolvió la cintura con su trompa. El ciego agarró la trompa del animal y la tanteó de arriba a abajo notando su forma alargada y estrecha, y cómo se movía a voluntad. -Escuchad queridos hermanos, este elefante es más bien como...como una larga serpiente.Los demás sabios disentían en silencio, ya que en nada se parecía a la forma que ellos habían podido tocar. Era el turno del cuarto sabio, que se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos que le molestaban. El sabio prendió la cola y la rastreó de arriba abajo con las manos, notando cada una de las arrugas y los pelos que la cubrían. El sabio no tuvo dudas y exclamó:-¡Ya lo tengo! - dijo el sabio lleno de alegría- Yo os diré cual es la verdadera forma del elefante. Sin duda es igual a una vieja cuerda.El quinto de los sabios tomó el relevo y se acercó al elefante pendiente de oír cualquiera de sus movimientos. Al alzar su mano para buscarlo, sus dedos encontraron la oreja del animal y dándose la vuelta, el quinto sabio gritó a los demás:-Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano - y cedió su turno al último de los sabios para que lo comprobara por sí mismo. El sexto sabio era el más viejo de todos, y cuando se encaminó hacia el animal, lo hizo con lentitud, apoyando el peso de su cuerpo sobre un viejo bastón de madera. De tan doblado que estaba por la edad, el sexto ciego pasó por debajo de la barriga del elefante y al buscarlo, agarró con fuerza su gruesa pata. -¡Hermanos! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera. Ahora todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera del elefante, y creían que los demás estaban equivocados. Satisfecha así su curiosidad, volvieron a darse las manos y tomaron otra vez la senda que les conducía a su casa. Otra vez sentados bajo la palmera que les ofrecía sombra y les refrescaba con sus frutos, retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante, seguros de que lo que habían experimentado por ellos mismos era la verdadera forma del elefante. Seguramente todos los sabios tenían parte de razón, ya que de algún modo todas las formas que habían experimentado eran ciertas, pero sin duda todos a su vez estaban equivocados respecto a la imagen real del elefante.

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lunes, 1 de noviembre de 2010

Dos manos y una luz

Estos días en que se recuerdan, yo también lo hago, a esos seres queridos que nos han dejado, por medio de flores y lamparillas encendidas, quiero invitaros a que vosotras y vosotros también encendáis una luz en vuestras vidas.
Con mucho cariño y gratitud por estar siempre ahí, a mi lado.

Dos seres unidos, de alma pura y corazón noble. Qué importan sus rostros, sus destinos o que sean hombre y mujer, que uno _o los dos_ sean ciegos, unen sus manos entorno a una vela. Tal vez no la vean, pero sostienen unallama encendida. Esa lumbre les dará calor cuando el invierno de la tristeza o la escarcha del dolor quiera envolverles.
Se preguntan dónde depositarla, se inquietan por si se apagará o no, y lo que no saben es que da igual. Lo esencial es que con ese pequeño gesto la mecha se ha quedado prendida, prendada, de sus corazones. Siempre permanecerá viva. Bueno, siempre no. Sólo siempre si saben alimentarla con entrega, miradas cómplices y sonrisas regaladas al aire.

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Al agua, loros

El sábado, día 30 tuve ocasión de participar en una jornada de deporte para discapacitados organizada por la Fundación También. Se trataba de recorrer una parte de la vía verde de La Jara, en Campillo, cerca de Talavera de la Reina, Toledo. Aunque el tiempo fue lluvioso, la ilusión y empeño de los que allí estuvimos la hizo posible. Una organización excelente y mucha armonía fueron el marco que le dio brillantez.
Os animo a conocer las actividades que lleva a cabo esa Fundación, visitando su página web:
www.tambien.org

Por mi parte, aquí va mi recreación de la aventura, de la mano, mejor dicho del pico, de mi inefable loro Perejil.
A sonreír y a atreverse.

Ggggggggrroooaaaaaac gggggggrrooooooooaaaaaaccc ¿z’acuerdan de mí? Zoy er Pere, er loro guía de don Romuardo. Rezurta que dimpué de nueztra ezcurció a Talavera, a mi jefe le dio por trazladarce a la capitá, a Madrí. Y pallá que noz fuímoz. ¿Qué porqué le dio eza ventolera? Poz porque ce dio cuenta de que en Cazcajález pal invierno hase mu malo y zuz huézoz ce recienten ya. Llamó a la recíencia de loz cecretárioz jubiláoz pa pedí praza y aquí eztámoz.
No lez diré que yo no eze de ménoz er pueblo, pero como zu ceñoría ez tan movío, la verdá ez que no parámoz. Zolémoz ir a un parque mu rumbozo con zu eztanque y zuz bárcaz y zuz buénoz pacéoz.
¿Y zaben uztéz? Que za echao una amiga con la que ce zuele ver y mu a guzto qu’eztán loz doz. Bueno, que mi Romuardo tiene maz amígoz pero eza… éza ez mu pero que mu buá amiga
Y er cazo ez que ce jueron ar campo, pa montá en bisicreta. ¿Que cómo lo iban a hasé ci zon siégoz? Poz en un trazto que ce llama tandem o argo ací. Que ez una bisi pa doz y er que va adelante ve y er d’atraz e er que no ve.
Yo no me lo perdería por na der mundo.
Zaldríamoz d’un citio mu retirao de caza y pa ir hazta allí zubiríamoz a ece tren que sircula bajo tierra y que le disen Metro. Un Metro mu nuevo y mu largo, com’una culebra, oigan. Y que cuando teníamoz que bajá que no z’abría la puerta y ez q’había que zalí por er otro lao q’habíamoz entrao. Y mi amo con zu dedico dale que te pego al botonsico y yo p’ayudá dejándome er pico en er criztá. Qué cózaz hay en la capitá. ¡Qué zuzto!
Er cazo ez que mi Romuardo, zu amiga y ezte loro zuyo zalímoz pa fuera. Un ceñó mu dizpuezto y mu zalao noz ezperaba. Era er voluntario que noz pucieron pa que no noz perdiéramoz.
Y cuando llegámoz… ¡qué cózaz! Ceñóraz con mu málaz piérnaz y gente mu apañá. ¡Y qué tráctoz! Un autobús con un azsensó y unas bisis mu ráraz, que paisían trisícloz. Una, hazta dijeron quera eletrica.
Ahora que cómo llovía. Ce me puzieron miz plúmaz com’una ezponja. Y mi dueño tan felí con zu cazco que paisía un bombero. Jijiiji. Ci lo ven laz comádrez der pueblo.
Ce veía que lo pazaban mu requetebién. Y hazta lez dieron una borza con zu bocata y zu refrezco. ¿Y pa mí? ¿Pa mí no iba a haber na? La amiga de mi Romuardo, qué guapa ella, me dio una naranja ya pelá y to.
Pazaba er rato. Ceguía lloviendo. Y otra ve par autocá. Ya noz veíamoz compuéztoz y cin paceo. Ezo cí. Yo me ovillé ar regaso de l’amiga de mi dueño, que bien calentito que c’eztaba.
Que ci, q’ar finá zalríamoz. Mi dueño ce zube ar tandem. Caci ce dezcoyunta la pierna. Que no eztá ya pa éztoz trótez. Ya me veía cin amo. Tódoz ce fueron camino adelante. La amiga de mi Romuardo tambié. Era un camino mu llano y mu zuave, como la pié d’una guacamaya.
Y na. Q’er c’ayuda a mi Romuardo le dise:
-Pedalea Romuardo, pedalea que noz parámoz.
Y er Romuardo que ce deja er aliento y na. Que la bisi no anda.
-Uy, ci za doblao er freno.
Y na, que no tié arreglo. Ací que a paceá.
Y m’amo cogío der braso d’un ceñó mudizpuezto que paice tenía zu shiquillo mu malamente.
Y otra moza zalúa a mi amo que le icse llamarce la Miranda. Toma… mi amo siego cuar topo y la niña Miranda. Shúpate eza. Y yo que la miro y…zaaaaaz ar río que me meto.
Y que frío y qué d’agua. To por er intrépio lanxao de mi ceñó jefe.
Ezo cí qué güena comía que noz dieron. Hazta pa mí hubo arrosito rico.
Y la amiga de mi Romualdo encantá con zu vuerta siclizta y mi amo fruztrao porque que le ijeran rompecorasónez, vale; pero rompebisicreta ezo cí que no.
Y a la hora de vorvé mu a guztico oyendo a otro sagalico queriendo intimá con la Miranda y ella dándole palique ar sagalico. Y mi amo zoñando, que bien le conosco yo. Y felí d’habé ío de viaje otra ve.

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