miércoles, 23 de diciembre de 2009

Acaba un año


Hace unos pocos días, dejé por aquí mi sentida y sincera felicitación navideña.
Ahora, momento en que procedo a despedir este año tan intenso por lo que respecta a Tiflohomero y a su autor, quiero hacer un pequeño balance de este 2009 que toca a su fin.
Lo que aquí vaya a poner ya lo habéis ido siguiendo a través de vuestra atenta lectura y fidelidad tan grata, pero ¿qué queréis? Me gusta eso de hacer balances.
Por último, antes de reiteraros, otra vez más, mis mejores deseos quiero haceros notar que he vestido este espacio de Navidad. Que os alegre la vista y sea símbolo de mis deseos de alegría.


Que me hayan sido publicados, por primera vez, tres de mis cuentos en libros ha sido todo un triunfo, una enorme ilusión.
Que haya podido viajar, como hacía mucho que no tenía la ocasión de hacerlo, fue toda una aventura.
Que me haya presentado a concursos literarios, gracias al apoyo e impulso de la amiga Mercedes, ha resultado de lo más estimulante.
Que, gracias a Tiflohomero, haya tenido el lujo de encontrar el tesoro de la amistad me ha proporcionado la mayor de las riquezas: el afecto y la compañía, no importa que ésta sea virtual, la noto próxima, a mi lado.
Que os haya podido mostrar un poquito más de mi mundo, y lo hayáis acogido con tanta naturalidad, es de lo más ilusionante.
Y que haya aprendido, junto a vosotras y vosotros, cada día algo nuevo, resulta enormemente fructífero.
Gracias, una vez más, por estar ahí, regalarme vuestro tiempo, alentarme con vuestras visitas y alegrarme con vuestra admiración y afecto.
Besos cariñosos para vosotras y sinceros abrazos para vosotros.
¡¡Feliz Navidad!! ¡¡Feliz 2010!! Para vosotras, vosotros y vuestra gente.

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La primera vez

Bueno, ahora sí que sí. Este es mi último cuento del año.
Lo dicho… ¡Felices fiestas!


_Bueno, Luis. Ya hemos terminado. Nada tengo ya que enseñarte. Ahora, eres tú quien debe volar solo y lo harás. Tú y yo lo sabemos.
-Hija, eso de que no tienes nada que enseñarme… Con lo que sabéis las jóvenes de hoy día.
-Bueno, bueno: no seas picaruelo. Venga, si quieres nos tomamos una última caña de despedida. Aunque, vaya, seguro que nos veremos más veces cuando vayas por la delegación, porque irás, ¿verdad que sí? Quiero que nos veamos y me cuentes.
-Vaale, Anabel. Te acepto la invitación. La verdad es que te voy a echar de menos. Me había acostumbrado a esta rutina diaria, a tus enseñanzas, tus consejos y tus ánimos. Para ti, seguro que seré uno más, pero para mí siempre serás la persona que me enseñó a ser yo de nuevo.
-No creas. Una siempre se encariña un poquito de sus alumnos, siempre. Pero lo que más alegra es saber que el curso haya valido la pena, que no caiga en saco roto. Que el miedo, el qué dirán, la protección familiar, la comodidad acaben enterrando tantas horas de entrenamiento, de esfuerzo. Bah, seguro que tú sí lo vas a aprovechar, que eres una persona con inquietudes y con ganas.
Para Luis, ese jueves, 30 de octubre, va a ser un día histórico. Hoy acaba su aprendizaje de movilidad y técnicas guía con bastón.
Ha pasado poco más de año y medio desde que aquellas malditas esquirlas le saltaran a los ojos, justo en uno de esos escasos momentos en que no llevaba la oportuna protección preventiva. El camino, como el de tantos otros ciegos, había tenido que recorrerlo en soledad. Y no es que su gente le hubiese abandonado, seguían ahí, incluso el Patxi, aquél muchachote brutote, pero noble, que siempre andaba refunfuñándole y que había sido el primero en mostrarle su mano tendida. Ahora que el desconsuelo, la amargura, el miedo, el vencer los complejos y tantas otras sensaciones, todo eso sólo le correspondía a él. Tenía que superar el accidente para luego volver a ser esposo, padre y amigo.
Y ahora esa muchacha, en la que había depositado su futuro, esa profesional amable, comprensiva pero exigente, le dice que ya está, que a partir de ese día, deberá ser él quien tire para adelante. ¿Podría hacerlo? ¿Se atrevería? Con ella detrás, sí se había visto capaz, pero ahora…él solo. El ruido, el tráfico, los obstáculos, los cruces y tantas y tantas otras pruebas se lo iban a poner difícil. Anda que decir que si calibrar una pieza requería precisión y destreza, que engranar una palanca tenía mucha miga y más, y más. Esto de ir por ahí con un palo blanco sí que era chungo, de echarle un par. ¿Cómo iba a saber él qué autobús era el correcto para ir a casa?
-Venga, que te acompaño. Cógete, aprovecha y a partir de mañana…
-Ah, sí, que quiero quedarme con tu brazo, bueno me quedaría con más cosas pero creo que tu novio no me iba a dejar.
-Jejejej.
-Bueno, Charo. Aquí te devuelvo a tu marido sano y salvo. Ya ha terminado el curso de rehabilitación. Ahora a practicar se ha dicho. Y déjate querer, no seas tonta; que él puede hacerlo.
Con gesto escéptico la señora Blasco recibe a los recién llegados. Piensa que todo eso que ha aprendido su Luis está muy bien, pero que ya le tiene a ella para que le vengan todos éstos con bobadas. Con lo que ella quiere a su Luisito.
-¿Te quedas a comer? Ya sabes: donde comen dos, comen tres.
-No, muchas gracias. Que esta tarde tengo un examen. A ver si, por fin, me saco el carnet de conducir. Me marcho corriendo y lo dicho… venga, Luis, dos besos. Por un alumno excelente.
-Gracias por todo. Hasta pronto.
El matrimonio Antolínez Blasco se queda solo.
-Bueno, por fin has terminado el dichoso curso éste. Ya era hora. Qué empeño en que te tires a la calle. Si me tienes a mí, yo que tanto te quiero, ¿qué falta te hace ir por ahí con un bastón blanco? ¿Y encima que te vean los vecinos, la frutera, el…?
-Cariño, sé que me adoras y por eso te pido que me dejes salir solo. ¿Qué me importan a mí todos ésos? Déjame que mañana vaya a hacer la compra. Hazme ese regalo. Confía en mí. No te creas, para mí tampoco es fácil, pero si a la primera ya lo dejo, sé que no habrá servido de nada todo este aprendizaje.
-Bueno, ya veremos. Pero es que no hace falta. Anda, dame un beso y, si te portas bien, igual te doy ese capricho.
Cuando Luis se ha retirado a su cuarto a descansar, Charo envía un mensaje a su jefa: “mañana no podré ir a trabajar. Me ah surgido un asunto urgente. Lo recuperaré”.
-Bueno, querido. Me marcho a currar. Espero que el día sea tranquilo. Y tú, ¿sigues empeñado en hacer la compra?
-Que sí, cariño. Que ya verás qué cosas más buenas te traigo. Y algún día hasta te prepararé la comida y todo. Qué ilusión sería, aunque salga un churro.
Media hora después nuestro ciego protagonista se decide. Está nervioso, titubea, se concentra. Recuerda lo que anabel le enseñó la primera vez: “el bastón es tu tercer pie. Primero va él y luego un paso tuyo y luego otro, y otro. El truco consiste en deslizar la contera, la punta del bastón, a ras de suelo, en una semicircunferencia y ya, así de sencillo.” Pues no; de sencillo, nada.
No sabe Que su mujer le va siguiendo, pocos pasos por detrás. ¿Cómo podía creer él que se iba a ir a trabajar tan campante? DE eso, nada, ni hablar.
Luis lo ha logrado. Ha echado mano de todos sus recuerdos, de lo aprendido y, sobre todo, de las ganas. Cierto era que, el súper no distaba demasiado de casa. Sólo tenía que cruzar una calle y ésta gozaba de semáforo acústico. Y cuando ha llegado, la Merce, ella siempre tan dispuesta, le ha ayudado. Ha comprendido que aquello era especial y le ha obsequiado, a más de con toda su simpatía, con los mejores productos del día.
Ésta ha cruzado la mirada con otra mujer y le ha sonreído en un guiño lleno de significados.
Ya está, ya ha superado lo más difícil: pisar el suelo de la acera, los primeros golpes de muñeca, el pedir ayuda, el pagar (bien que lo ha hecho con la tarjeta), pero está feliz. Aferra las bolsas como lo haría un recién nacido el pecho de su madre.
El semáforo está rojo. Se para, y espera. Aguarda a escuchar el sonido de los pajaritos.
Alguien se sitúa a su lado.
-¿Me permite que le ayude, caballero?
-¡Charo! ¿Qué, qué haces tú aquí?
-¿Qué voy a hacer. Ver cómo mi marido, mi amor, del que tan orgullosa estoy, me demuestra que es un campeón. Vamos, cariño, que te ayudo.
-Pero, pero…
-vale, la próxima lo harás tú solo de verdad, pero es que ésta iba a ser la primera vez y no podía perdérmelo. Ha estado genial. Y eso que creo que he pasado yo más miedo que tú. Cuánto te quiero.
-Bueeeno, te entiendo. Gracias por quererme tanto, gracias por tantísimo. Yo también te quiero, amor.






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martes, 22 de diciembre de 2009

El día de los sueños

Ya se sabe, hoy es el día de la salud por aquello de “no nos ha tocado la lotería, pero salud que tengamos”.
Yo, además de desearos esa salud de alguien que ha tenido al lado el gordo y no quiso salirle al encuentro, quiero hablaros de otro de los signos de hoy: los sueños. ¿qué haríais si os tocase la lotería? Aquí tenéis mi respuesta:


Aparte de aquella fantasía mía de ser arqueólogo y descubrir en las inmediaciones de mi pueblo un hipotético castro prerromano, crearía una librería, cómo no.
Me diréis que eso ya está muy visto, o mejor muy leído. Pero es que…
Ssería una librería cafetería, con un ambiente agradable, propiciador de tertulias literarias y encuentros, con música suave, mesitas con sus velas y decoración agradable, cómodos sillones, mullidas alfombras y ambiente cálido.
En ella, aparte de venderse libros excogidos, se daría cabida a presentaciones de trabajos de autores noveles, se convocaría un concurso de relatos y se representarían lecturas dramatizadas de los clásicos.
Ya la estoy viendo: en un edificio histórico, un palacete de un recoleto barrio. en el pórtico se ha colgado un cartel a modo de pergamino que pone: La atenea del Saber.
¿quéréis pasar? Hoy es su inauguración. Hay canapés, cócteles, cava, y de regalo, como recuerdo, se hace entrega de una edición facsímil de la primera obra que verá la luz en ella: “Memorias de un gurú”. Su autora se pasea por entre los diversos corrillos. Se la ve feliz, sonriente, amable, plena de confianza y simpatía.
Bienvenidos al mundo de la ilusión. La atenea del Saber os aguarda.

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lunes, 21 de diciembre de 2009

El último polvorón

Que os haga reflexionar.

¿Qué podía importarle a aquel último polvorón que se encontrase en una bonita caja de madera con un dibujo de filigranas? ¿Qué más le daba que su envoltorio fuese de papel de seda y que en éste hubiese una frase que rezaba: “lo verdaderamente bueno está en mi interior”?
No se sabía cuál había sido la razón de que nadie se hubiese decidido por él cuando todos los invitados fueron aceptando el obsequio de la anfitriona hasta que…
La señora de la casa se dispone a reponer más provisiones a base de alfajores, roscos de vino, bolitas de coco y turroncitos. No se ha dado cuenta de que en esa caja aún queda algo. La retira y sacan otra nueva, más grande, aunque no tan bonita, con más variedad pero sin polvorones almendrados.
Doña Laura está satisfecha, un año más han alabado su buen gusto y generosidad.
El día de Reyes ha terminado. Es momento de sacar las basuras. Tirar tanto. Botellas vacías, cajas, envoltorios…, restos de tanta ilusión y alegría.
Al día siguiente, unos pillastres se pelean por afanar lo que pueda encontrarse en los montones de un estercolero. Para ellos no ha habido Navidad ni fiestas ni regalos.
El Celes, un mocoso harapiento, olvidado de todos, raquítico, miserable, pero vivo como el águila encuentra algo. Nadie se ha dado cuenta, sus compinches habían quedado deslumbrados por otras sirenas. Ha descubierto una caja.
Es verdad, algo sucia, con los bordes romos, pero…
Me servirá para guardar mis tesoros _se dice_. Un remache de vía, un cromo, un muñeco doblado. Sus míseras posesiones.
La abre y…..
-¡Guuuaaaauuuu! Un polvorón. Y está entero.
Para ese niño, sí; ese año va a haber fiesta. Su Navidad será esa última y abandonada golosina.

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sábado, 19 de diciembre de 2009

Mi personal felicitación navideña

Sí, es verdad; otro año más ha llegado la Navidad.
Yo querría agradeceros tanto vuestro afecto, vuestro calor y vuestro aliento que me gustaría hacerlo de una manera especial, auténtica, sentida y personal.
De todas maneras, si queréis alegraros la vista, al tiempo que seguís leyendo, podéis pinchar en el título de la entrada. Espero que eso de poner imágenes a ciegas, no sea otra chaladura temeraria más de las mías.


Es verdad que circulan mensajes y composiciones de imágenes muy bonitas,, que podría reenviaros, pero ¿qué queréis? Aun siendo lo más cómodo, me apetece escribiros algo mío que, sin duda, no será tan bonito, aunque, estad seguros, sí tiene el máximo componente de cariño, entrega y sinceridad porque está hecho desde el corazón de alguien que, ya lo sabéis, aspira a ser uno más, a hacer de este mundo un hogar más cálido y sé que, gracias a vosotros y vosotras, lo voy consiguiendo cada día.
No pretendo que mis palabras os sepan a tópicos, ¿qué voy a deciros?
Con la música de fondo sonando en mi equipo del salón, espero que los dedos que teclean las notas de esta canción lo hagan guíados por lo mejor de mí, que transmitan…

Mi fe profunda en una Navidad que debe ser celebrada a cada instante, porque Jesús nace, en nuestros corazones, siempre que regalamos una sonrisa, prestamos una ayuda, alcanzamos un nuevo logro. Ésta es la luz que debemos ver, una luz de colores brillantes e increíblemente hermosos.
Mi confianza en que cada vez que un AMIGO (con mayúsculas) te dice: “aquí estoy, no estás solo” una estrella mágica se cuela en nosotros. Por eso, mi vida está llena de estrellas que llevan vuestros nombres.
Mi creencia absoluta en que merece la pena atesorar momentos hechos de pequeños aprendizajes constantes, de escuchas, de sueños, de magia. Todo esto es la FELICIDAD. Por eso, yo soy feliz y deseo que vosotros y vosotras lo seáis también.
Sí, es Navidad. Que ésta no sea un paréntesis en uestras vidas, que las luces que adornan la ciudad, los árboles, los sabores dulces y la sorpresa de los regalos no sea algo impuesto, hijo del compromiso, si no sentido, duradero.
Que queramos seguir mirando más allá, buscando explorar nuevos caminos, que sintamos que lo necesitamos, teniendo la dicha de saber que el frío nunca se colará en nuestras almas porque a nuestro alrededor siempre habrá alguien que esté dispuesto a caldeárnoslas.
Y que sigamos estando ahí, dejando una huella tenue pero duradera, algo pequeño, sencillo pero que a alguien, sin nosotros saberlo, le haga sentirse mejor, más feliz.
Con mucho cariño…
¡¡Feliz Navidad!! ¿¿Feliz año 2010!!




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miércoles, 16 de diciembre de 2009

Anécdotas sobre Beethoven

Por aquello de que tal día como hoy, pero de 1870 naciera el genial compositor alemán, Ludwig van Beethoven, quiero compartir algunas anécdotas sobre su biografía, además de una de sus sonatas. Para escuchar ésta, como siempre, deberéis pinchar en el título de la entrada.
Pretende ser un pequeño homenaje a un genio.


Se sabe que Ludwig van Beethoven fue bautizado el 17 de Diciembre de 1770, en Bonn. Su familia era originaria de Brabante, en Bélgica. Su abuelo era el director de capilla de la corte y su padre era cantor y músico en la corte de Bonn, con una persistente inclinación hacia la bebida. Su madre ha sido siempre descrita como una mujer dulce, modesta y pensativa. Beethoven hablaba de ella llamándola su "mejor amiga". La familia Beethoven tuvo siete hijos, pero solo tres varones sobrevivieron, de los cuales Ludwig fue el mayor.
El 26 de Marzo de 1778, a la edad de 7 años, Beethoven hizo su primera actuación en público en Colonia. Su padre anunció que tenía 6 años, para hacerlo ver como más precoz. Por esto, Beethoven siempre pensó que era más joven de lo que era en realidad. Inclusive mucho mas tarde, cuando recibió una copia de su certificado de bautismo, él pensó que pertenecía a su hermano Ludwig Maria, que había nacido dos años antes, y que había muerto a los pocos días de nacido
Beethoven amaba la naturaleza hasta el punto de decir "Prefiero mil veces a los árboles que a cualquier persona". Sólo hay que escuchar su sexta sinfonía, La Pastoral, en la que nuestro compositor es capaz de traducir la imagen de la naturaleza a los sonidos de la orquesta
Beethoven solía ir por la calle con ropas viejas, con los pelos desordenados, gritando las melodías que se le ocurrían a plena voz (él no podía oírse) y anotándolas en un cuaderno. Por no hablar de sus monumentales e históricos ataques de ira, y fue comparado, incluso, con un "animal salvaje", ya que, en ocasiones, llegaba a destrozar las habitaciones donde se alojaba. Aunque con la gente que quería, como su sobrino Karl, sí que era cariñoso y cambiaba radicalmente de actitud.
En 1782, a la edad de 11 años, publicó su primera composición: "9 Variaciones sobre una Marcha de Erns Christoph Dressler" (WoO 63). Mas tarde en 1783, Neefe escribió en la "Revista de Música", acerca de su talentoso alumno: "Si continúa de esta manera, será sin duda, el nuevo Mozart"
Desgraciadamente, los Nazis utilizaron como código en las transmisiones de guerra las famosas cuatro primeras notas de la 5ª Sinfonía, ya que su equivalente en Morse (3 puntos y una raya) equivale a la "V" de victoria
En Junio de 1784, por recomendación de Neefe, Ludwig fue contratado como músico en la corte de Maximilian Franz, Elector de Colonia. Este puesto le permitió frecuentar la música de los viejos maestros en la orquesta. También le permitió la entrada en nuevos círculos sociales. En los que conoció a gente que iba a convertirse en amigos por el resto de su vida. La familia Ries, los von Breuning con la encantadora Eleonora, Karl Amenda, el violinista; también a Franz Gerhard Wegeler, un doctor y muy querido amigo de Beethoven que también viajó luego a Viena, etc. En la casa de los von Breuning, el joven Beethoven conoció a los clásicos y a aprendió a amar la poesía y la literatura.
El conde Waldstein conoció a un jovencísimo aspirante a músico en su Bonn natal. Este joven Ludwig tenía un talento muy por encima de lo habitual, pero sus circunstancias familiares y económicas (es de todos conocido el grave problema de alcoholismo que padeció su padre) no eran las más adecuadas para que pudiera desarrollarlo en toda su plenitud. Así que se convirtió en uno de sus mecenas, y se encargó de enviarle a Viena para que estudiara con los compositores más importantes del momento y para que se rodeara de un ambiente más propicio para la actividad creadora.
Beethoven hizo numerosas relaciones en Viena. Todos en el mundo aristocrático musical de Viena admiraban al joven compositor. Estos amantes de la música se convirtieron rápidamente en sus leales mecenas y sostenedores. Cada tanto tenía una pelea con uno u otro de ellos, y a menudo hacía las paces honorablemente después. Su gran talento les impulsaba a excusar tanto su comportamiento impulsivo, como sus reacciones que en otro caso hubieran sido juzgadas como excesivas. Su fuerte carácter y conciencia de su valor hicieron que pudiera conseguir para si, un respeto y valoración que no habían sido otorgados a nadie antes.
La famosísima bagatela para piano de Beethoven que todo el mundo conoce como "Para Elisa" (compuesta el 27 de Abril de 1810), en realidad es "Para Teresa", ya que es el título que aparece en el manuscrito original de Beethoven. Se cree que un error en los copistas por la mala caligrafía de nuestro compositor provocó esta 'pequeña' confusión.
Beethoven pasó años obsesionado con una cancioncilla que no paraba de tararear, y en numerosas composiciones la incluyó pero sin definir del todo. Lo más llamativo de esto es que hay una pieza anterior a él de Mozart que es casi igual que esta melodía, cantada por un coro. Se desconoce si Beethoven la conocía o fue casualidad, el caso es que el sueño de Beethoven se cumplió al ver esta melodía integrada en la culminación de su Novena sinfonía.
Recientemente se ha analizado un pelo de Beethoven genéticamente, y se ha descubierto que en su sangre había un alto contenido en plomo, quizá, por beber líquidos que estaban contenidos en barriles fabricados con este material. Es posible que su mal genio y la sordera le vinieran de la presencia de este venenoso metal en su cuerpo.
El primer viaje a Viena tuvo lugar cuando Beethoven contaba con tan sólo 17 años; pero duró poco: su madre estaba gravemente enferma, por lo que tuvo que regresar a Bonn al poco de llegar... pocos meses más tarde, su madre falleció. Tiempo después, en 1792, Waldstein convenció al patrono de Beethoven para que le dejara ir de nuevo a la capital austríaca a estudiar con Haydn. Él le sufragaría los gastos del viaje, la estancia y las clases... Sin haber cumplido aún los 22 años Beethoven marchó de nuevo rumbo a Viena, donde se instaló definitivamente. El conde le escribió: Querido Beethoven: va usted a Viena para realizar un deseo expresado hace ya tiempo. El genio de Mozart todavía está de luto y llora la muerte de su discípulo. Encuentra un refugio, aunque no su plenitud, en el inagotable Haydn. A través de él desea todavía unirse a alguien. Con su incesante aplicación, recibid de las manos de Haydn el espíritu de Mozart.
Una anécdota curiosa con respecto a la sexualidad de Beethoven fue esto que le preguntó su amigo Karl Peters en su Cuaderno de Conversación: "¿le agradaría acostarse con mi esposa?" Parece que en esa época era común que los amigos se compartieran sus mujeres, La respuesta de Beethoven no consta, pero sí su anotación de que "ahora iré a buscar a mi mujer" Y al parecer la esposa de Janitschek, quienes se habían separado poco antes, también estaba disponible para los miembros del grupo. Sin embargo, Beethoven aunque era viejo, aún coqueteaba con algunas damas. A Ries, un amigo suyo le escribió que tuviera cuidado porque besaría a su esposa "cuídese, usted cre que soy viejo, pero soy un viejo joven"
En una ocasión,se acercaron dos hombres a un hospital a visitar un paciente.El hombre fue llevado a la cama del paciente,en cuestión,y el acompañante,se quedó esperándolo,pero una enfermera,se le acercó al verlo demacrado,tan sucio y tan mal vestido,que lo llevó fuera,del recinto a un patio anexo,al vestíbulo,lo sentó en un banco,y le dio una Taza de vino,para que se entretuviera. Al rato la enfermera le dice al Doctor que hay un mendigo en el patio,el doctor se acerca y se queda estupefacto. El mendigo en cuestión era Beethoven.

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martes, 15 de diciembre de 2009

La soltería de los pájaros feos


Vaya vaya, de lo que se entera uno. Resulta que no sólo los feos humanos nos quedamos para la soltería. Parece que también lo hacen los pájaros. Es todo un consuelo.


Cerca del 10% de los pájaros optan por la soltería porque no son los suficientemente guapos para encontrar compañera, según se desprende de un curioso estudio de la Universidad de Columbia, publicado en la revista Nature.
Así, en algunas especies de pájaros, los machos son "más guapos" que éstas, cuentan con mejor plumaje, más colorido y llamativo, mientras que las hembras se llevan la peor parte y sus plumas no se salen de lo corriente.
Los científicos han comprobado que los machos tienen que luchar por encontrar a su hembra y sólo "los más guapos" son quienes finalmente la encuentran.
Además, en estos casos, las hembras "son muy exigentes", especialmente en el momento en el que quieren 'tener familia'.
Esta teoría de selección sexual, ya determinada por Charles Darwin, explica por qué muchas especies cuentan con parejas en la que la hembra es "pálida", mientras que el macho es "exhuberante". El trabajo ha sido realizado por los investigadores Rubenstein y su colega Irby Lovette del Laboratorio de Ornitología de Cornell, de la Universidad de Columbia.
Para su elaboración, se investigaron hasta 45 especies de estorninos de África. Esta especie es muy diversa y algunas aves cuentan con crestas muy llamativas, colas brillantes y grandes, y manchas en las plumas.
Los investigadores han podido explicar por qué la selección sexual a veces funciona de la misma manera en machos y hembras. La selección sexual es más fuerte cuando no todos los individuos tienen la oportunidad de reproducirse. Este comportamiento es, sin embargo, más frecuente en los machos. Las hembras de la mayor parte de las especies tienen más éxito a la hora de reproducirse de forma estable.

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lunes, 14 de diciembre de 2009

El abrelatas y su historia

Ya sabéis que eso de dar la lata, a más de uno se nos da que ni pintado, ahora que abrir una buena lata de ricas conservas… y darse el banquetazo… es otra cosa.
Resulta curioso, a la vez que chocante, observar cómo la lata de conserva se inventó medio siglo antes que el abrelatas. ¿Cómo conseguirían abrir aquellos envases...?


por el comerciante Peter Durand, e introducida en los Estados Unidos de Norteamérica hacia 1817. Pero en esa fecha no se le dio la importancia que tenía dicho adminículo.
En 1812 los soldados británicos llevaban en sus mochilas latas de conserva, pero las tenían que abrir con ayuda de la bayoneta; si ofrecía dificultades se recomendaba recurrir al fusil, y un tiro solucionaba el problema. Y doce años después,en 1824, el explorador inglés William Parry llevó latas de conservas al Ártico: carne de ternera enlatada. El fabricante de aquellas conservas hacía la siguiente recomendación para abrir las latas: "Córtese alrededor de la parte superior con cincel y martillo".
No fueron pocas las ocasiones en que debido al plomo presente en las latas de conserva muchos pagaron con su vida el precio de tanto modernismo.
Cuando a principios del siglo XIX William Underwood estableció en la ciudad de Nueva Orleans, en Lousiana, la primera fábrica de conservas, no consideró importante crear un instrumento para abrir las latas aconsejándose recurrir a cualquier objeto que sirviera al efecto.
¿A qué podía deberse tan absurdo abandono? Tenía cierta explicación. Las primeras latas de conserva eran enormes, muy pesadas, de gruesas paredes de hierro. Sólo cuando se consiguió crear un envase más ligero, con reborde en la parte superior, hacia 1850, se pudo pensar en un abrelatas.
Abrelatas eléctrico
El primero fue idea de un norteamericano muy curioso: Ezra J. Warner. Era un artilugio enorme, de gran volumen, cuya vista impresionaba a cualquiera; era una mezcla mecánica entre hoz y bayoneta, cuya gran hoja curva se introducía en el reborde de la lata y se deslizaba sobre la periferia del envase, empleando alguna fuerza para ello. Entrañaba cierto peligro su manejo, no sólo para quien lo usaba, sino para quienes observaban la operación. La gente optó por ignorar tan peligroso invento, y prefirió seguir con sus sistemas caseros ya conocidos. Pensaban que era mejor quedarse sin comer a morir en el intento.
La lata de conservas con llave fue inventada por el neoyorquino J. Osterhoudt, en 1866. Todos pensaron que era un invento milagroso. Hacía innecesario el abrelatas. Sin embargo, no todas las fábricas de conservas podían adoptarlo. El abrelatas seguía siendo un invento pendiente. Invento que no tardó en aparecer, tal como hoy lo conocemos, con su rueda cortante girando alrededor del reborde de la lata. Fue patentado en 1870 por el también norteamericano William W. Lyman. Su éxito fue instantáneo y fulgurante.
En 1925, la compañía californiana Star Can Opener perfeccionó el abrelatas de Lyman añadiendo una ruedecita dentada llamada “rueda alimentadora”, que hacía girar el envase. Fue esta idea la que más tarde dio lugar al abrelatas eléctrico, comercializado en diciembre de 1931.

Fuente:
“Historia de las cosas” de Pancracio Celdrán

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sábado, 12 de diciembre de 2009

El trozo de madera

Quiero regalaros este pequeño cuento para que, mañana mi patrona, Santa Lucía, protectora de los ciegos, lo tengáis plagado de luz, de afectos, de calor.
Con mis mejores deseos, con mucho cariño.
Que disfrutéis con él.


Aquel invierno estaba siendo, en almudaina del Río, , una estación especialmente atípica, extraña. El frío, menor de lo acostumbrado, era sustituido por un cielo opacado. Otrora, esa atmósfera presagiaba nieve y, sin embargo, ahora no terminaba de extender su lienzo blanco sobre las calles y plazuelas de la población.
Y llegó la inevitable época de cambiar los pequeños escaparates, vestir las puertas y ventanas, mudar sus fríos órdenes por el brillo de sencillos adornos navideños. ¿Quién podía resistirse al ritual?
Sí, un niño había perdido su único juguete, aquél que le regalara el rey Baltasar, hacía ya casi un año. Los demás chicos y chicas de la escuela se habían reído de él porque sólo hubiera tenido ese mísero trozo de madera. Pero, qué quieren, a él le gustaba porque le ayudaba a soñar. Y ahora no lo tenía, no sabía qué podía haber sucedido, si siempre estaba pendiente de él. Corría para llegar a casa y mecerlo, le deseaba buenas noches, se levantaba fijando la mirada en él, lo sentía cerca, era su confidente, su amigo.
Su padre siempre estaba ocupado en el campo y su madre apenas tenía momentos para Luisito, entre sus siete hijos, su marido y las visitas al lavadero para ganarse unas perras extra.
¿Dónde podía estar? ¿También eso le iban a robar? Ya era bastante que se burlasen de su timidez, de su tardío desarrollo, de sus harapos, pero que le hurtasen a su Cabriolo, eso no podía ser.
Si no lo recuperaba, en él, ese año no habitaría la Navidad. Sentía que esa gelidez que en Almudaina faltaba se refugiaría, toda ella, en el hueco más secreto de su alma. Nadie sabría esto, total por un simple tosco trozo de tabla, un pedazo de tronco de chopo. ¿Qué podía importar eso a nadie?
Nadie se percataba de la zozobra del niño, empeñados en envolver Almudaina de lucecitas, campanillas o estrellitas de papel.
-Dicen que Romualdo, el señor alcalde, ha contratado no se sabe a quién para que inaugure la zambomba de este año.
Así dijo la Rosa al resto de comadres que estiraban la ropa con manos azuladas en la era.
-Bah, ese hombre siempre con ínfulas de gran señor. Total para qué. Si con nuestra hoguera, nuestras músicas hechas de botellas de anís y caramillos no nos hace falta más _apuntó la Bernardina_.
-Bueno, bueno, hija; a lo mejor hasta resulta y tó. Escuchemos al Abelardo a ver qué pregona.
-S’hace saber que el día 24 a las 4, en la plaza del pueblo, tendrá lugar la representación del romance “La castañera presumida” pa luego prender la gran fogata. No falte naide, s’asegura el pasarlo de rechupete dándole al moquete.
-Ya te daría yo moquete, ya _refunfuñó la Paula_.
-Vamos Luisito, venga que llegaremos tarde y no veremos ná. ¡Ay, este mocoso, siempre hacendo mala sangre!
-Madree, no quiero ir, quiero quedarme a esperar a mi Cabriolo. Vendrá y no me encontrará. ¿Dónde estará?
-Venga, a que te zurro el culo. A callar y pa fuera. Ponte la bufanda y el pasamontañas, no te vayas a enfriar, encima. ¡Dios, qué cruz, qué hijo!
Francisco, el ciego, se acerca al pueblo. Va montado en un carricoche, tirado por una tordilla conducida por su mujer, la Andrea; y Chispa, el perrillo que siempre le ha guiado bien, aunque ya sea viejo, brinca y mueve la cola espectante, contento siempre. Ah, qué animal más fiel y qué dócil; desde que aquella lejana primavera se acercara a lamerle la mano. Y eso que entonces él lo había visto como un estorbo en sus cuentos. Otra boca más a alimentar, si apenas no les llegaba pa ellos solos, después de que una maladada bala de metralla le hubiese devorado la vista. Quiso morirse, total qué iba a hacer si ya no podría llevar a su moza a los bailes de los domingos ni atender el negocio de su padre. Igual hasta la Andrea le abandonaría y él lo entendería. ¿Quién iba a querer maridar con un inútil ciego? Dijeron que le darían una pensión pero nunca le llegó. Mas su chica había querido seguir a su lado, hacer futuro juntos, fuera como fuese.
Idearon deambular de aldea en aldea, hacerse presentes en las fiestas y aprovechar la inventiva de Francisco y la maña que se daba ella con el carboncillo. Una pizarra, un gorro, un tamboril y pa lante. No les había ido mal. Dios no les había dado hijos, pero sí felicidad, calor, afecto. Esto sí, nunca les faltó. Y lo demás, ¿qué importaba?
Y luego ese animal del demonio. Chispa le habían puesto, que le venía que ni pintao. Se habían acostumbrado a su compañía, a sus muecas, a sus gracias. La gente, se notaba, disfrutaba con ellos y se lo recompensaban como podían, en un tiempo de pobreza.
Como era su costumbre, dejaron el carro y la mula en un corral cercano. Se bajaron, cogieron los trastos y se dispusieron a entrar en otro pueblo más. ¿Y Chispa?
Volvieron atrás, allí estaba entretenido con algo.
-¿Qué hace este bichejo? _preguntó Francisco_.
--está royendo una tabla entre matojos y cantizales.
-Vamos, Chisppi. No nos hagas perder tiempo, que venimos justos y con este frío…
El perro obedeció a regañadientes, negándose a soltar su presa. La llevó a la mano de su amo y se la entregó. Éste la cogió, le dio una suave caricia al cogote de su amigo y sintió algo desconocido, un impulso a no deshacerse de aquello. Lo guardó en el morrarl, ¿para qué?
-¡Ya vienen! _voceó el pillastre del tomás. ¡Un ciego, una guapa moza y un perrillo!
Cada uno hizo su papel. A los almudainenses les gustó aquel romance de ciego, un pliego de cordel con amoríos, tragedia y música. Los actores recibieron una sustanciosa recompensa y Chispa se entretuvo con un hueso que le lanzara la carnicera. ¿Y Luisito? Sólo él estuvo triste hasta que…
Nuestro ciego abrió su morral para guardar la paga y se topó con algo. Lo sacó para hacer sitio.
Un niño abrió los ojos. Gritó.
-¡Es mi querido Cabriolo, mi tesoro!
Francisco había estado tentado de arrojar al montón de leña aquel pequeño pedazo de madera, pero no había podido hacerlo y ahora un niño reía con la voz. Se le había abalanzado para atraparlo, pero él no lo soltó. Preguntó qué era aquello. El muchacho, entre sollozos, contó su historia. Y Francisco le abrazó, le entregó el objeto y más aún. Dijo:
-tu amiguito no puede irse solo. Mi Chispa lo encontró y yo quiero darte algo para él: sacó una peonza, también de madera y se la regaló.
-Para que juegues con ella y te acuerdes de mí.
El alcalde, ajeno a ello, encendió el fuego y unas traviesas llamas rojo púrpura comenzaron a elevarse hacia el cielo. Parecía que quisieran acariciar. Una cara de luna se asomó y pareció besarlas.
Ahora sí, el ambiente, el pueblo, se llenó de luz y magia. Todos eran felices, incluido el pequeño Luisito.








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Un día inolvidable

Acaba un día que, para mí, permanecerá en el recuerdo de una forma imborrable. Quiero compartirlo con vosotros porque sé que os alegráis por ello.


Hoy una familia buena estaba feliz. Y lo estaba porque su hijo, un chico admirable que, además de ciego, tiene otra serie de problemas asociados y que sin embargo es todo un ejemplo de constancia y tesón, se encontraba feliz porque había ganado un premio literario. Y yo sé que ese premio fue concedido en buena parte gracias a mi apoyo. No soy de los que hacen las cosas para que se sepan (creo que hay que hacer sin parecer que se hace), pero sí me enorgullece que, un poquito gracias a mí, esa familia hoy fuese más dichosa que ayer. Ver su emoción me ha pellizcado el alma.
Y he disfrutado además de dos momentos mágicos: la plasmación en sendos libros de dos de mis relatos. Es verdad, no puedo ver que están en ellos, pero sé que en la página 102 del libro “Historias de la vida” de la editorial JdeJ, promocionado por la Cadena COPE y en la 358 del libro “Todos somos diferentes” de la fundación de Derechos Civiles dos pequeñas narraciones mías están allí. Alguien las leerá y tal vez disfrute con ellas, se emocione. Qué orgullo y qué felicidad.
El primer relato ya lo compartí y trataba de las sensaciones que experimenté al visitar los lugares que enmarcaron la vida de Louis Braille y el segundo pretendía poner en valor esa cualidad de la diferencia.
Son instantes pequeños, tal vez, pero enormemente alentadores para alguien como yo, que lucha por superarse, dejar huella y mirar siempre hacia delante.
Gracias por comprenderme y alegraros conmigo.

Además he recibido una carta que seguramente no merezco pero que es toda una declaración de amor hacia una madre. Una misiva en la que expresa sentimientos hacia mí que seguramente son desmesurados pero que son muy alentadores.
Y todas estas emociones de hoy, hacen que mi ceguera se transforme en luz, lo mismo que lográis vosotras y vosotros al leerme y darme tanto apoyo.

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jueves, 10 de diciembre de 2009

El orgullo de acoger


Transcurridos estos días de puente prenavideño en el que he tenido la dicha de estar acompañado, querría expresaros lo que para mí significan esas visitas: acoger a gente que estimo, desvivirme, volcarme.
La foto es una imagen de parte del belén que el ayuntamiento quiso ofrecer a sus visitantes. Una foto en la que estoy muy bien acompañado, por cierto.


Cuando personas muy queridas por mí me dicen que si podré acogerles en mi casa siento, a un tiempo, orgullo y preocupación.
Orgullo por poder recibirles y tener la certeza de que me entregaré para que se encuentren como en su casa, con la calidez del hogar.
Y preocupación por si sabré estar a su altura. Cuidar todos los detalles, interesarme porque todo esté a su gusto, mostrarles mmi mundo, cómo me muevo, hacerles de guía, entregarme. No sé.
Y sentir, plenamente, cuando se van, de que lo he conseguido, que una vez más he superado la prueba que me he autoimpuesto. Que todo ha salido bien, pese a mi ceguera, que el tiempo pasado les ha quedado impreso en su memoria y que me manifiestan su gratitud, su admiración.
Esta experiencia, hecha de hospitalidad, es para mí todo un reto que sé, podré superar, y que me proporciona enormes dosis de felicidad porque, bien lo sabéis, compartir momentos y ser el actor de ellos, tiene un enorme valor para mí.

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viernes, 4 de diciembre de 2009

El último parado

A cuenta de la reciente aprobación, por nuestro Parlamento, de una moción para excluir de los centros educativos los síbmolos católicos, se me ocurre la siguiente chaladura.
Que os haga sonreír, al tiempo que reflexionar.


-Pase, pase. Siéntese-El siguiente. ¿A quién atiendo?Otro anónimo ciudadano más se dirige a la ventanilla correspondiente, otro parado más. ¿Será el postrero? Al menos, para Claudia, sí. El último que atenderá ese día, que ya toca echar el cierre a su ventanilla de la Oficina Estatal de empleo (OEE) e irse a cuidar a su niña, y a lidiar con su cotidianeidad.Es uno de tantos, otro más. Nada parece distinguirlo de los del resto de la mañana, y de los de ayer, y de los de anteayer.-¿Su nombre?-Dios.-¿Cómo ha dicho? Déjese de tomaduras de pelo e indíqueme sus datos para poder darle de alta en el sistema.-No, si precisamente lo que ha pasado es que me han dado de baja. Ya ni en los colegios podré contemplar cómo los niños y niñas recitan la lección, ni servir de motivo al disfrute de la gente, ya no quedan fiestas de guardar ni días que reluzcan más que el sol, ni siquiera ya creo que me van a llevar en... Aunque, uy, señorita, veo que usted sí porta mi símbolo en su cuello _hermosa cadenita, ¿es de oro, verdad?_.-No. Oiga, que la cruz la llevo teniendo que aguantar a chalados y bromistas varios. Lo que me faltaba hoy por oír.-No es una broma, tenga fe, créame.-Pero, pero... Ya sé lo de las últimas leyes, pero... es que no salgo de mi asombro. ¿Y qué hago yo ahora?-Pues nada, ¿qué va a hacer? Seguir los protocolos humanos, a ellos que tanto les gusta protocolizar.-¿Pero cómo relleno yo los datos que me pide la ficha. Que no puede ser.-que sí, que es muy fácil. Verá: titulación académica, no reglada; experiencia, constructor; últimos empleos realizados, arreglachapuzas; disponibilidad, plena. ¿Necesita algo más? Ah, sí: color de la piel, azul celeste; dirección de contacto, sin techo; ¿un teléfono?, 101 000 000, lo cogerá Pedro, que le digan que me pase, si no le han despedido a él también.El anónimo personaje, bueno más que anónimo atípico, sonríe a la señorita Claudia. La mira y ella siente cosquillas por dentro. No sabe bien por qué ni a santo de qué, el caso es que tiene ganas de reírse a carcajadas. Y también de pasarle el caso al genio de su jefe, él tan progre, tan moderno. A ver cómo se las apañaba ahora.Dirán lo que quieran pero para ella Dios no está ni mucho menos parado, sigue estando la mar de activo. Y si no que se lo digan a su corazón y a todos esos milagros que, cada día, contempla a su alrededor. Porque, digan lo que digan, son eso: milagros.

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jueves, 3 de diciembre de 2009

Día de la discapacidad

Más allá de palabras grandilocuentes y de mi ya conocida aversión a eso de que haya establecidos días determinados para causas varias, que no ´sé hasta qué punto cumplen con su objetivo, sí quiero hablar hoy de lo que siento respecto a la discapacidad. Al fin y al cabo, hoy, 3 de diciembre, está establecido que sea el Día Internacional de las Personas Discapacitadas. Seguramente no os voy a decir nada nuevo, a quienes, tanto, me conocéis ya.


Bien está que se hable de nuestro mundo y si hay un día para ello, pues muy bien. Alguna vez dije ya que hemos de hacernos visibles porque, hoy día, lo que no se ve, no existe. Gran paradoja: que un ciego diga esto, pero es lo que hay.
Ha de avanzarse en unas leyes que regulen nuestras limitaciones y desarrollen la forma de sortearlas.Debería no tener que acudirse al voluntarismo con los posibles agravios que esto, a veces, puede conllevar. Pero claro, por muchas leyes que haya si no se desarrollan quedan en papel mojado y estos desarrollos no se hacen en un día, por mucho que sea bueno que los haya. Las cosas, los avances, se hacen de forma constante, día a día.
Qué queréis: dicen que es mi día, pero yo no he notado que nada extraordinario se haya producido en mi vida cotidiana. Aunque quizá sí lo haya habido: he salido a la calle con mi bastón, he ido a trabajar en el Metro, he desarrollado mi actividad laboral y he degustado un pisto hecho por mí _¿no es esto, acaso, ya mucho?_. Es verdad, el señor presidente de nuestro inefable Gobierno ha hecho declaraciones de ésas que parecen marcar un punto de inflexión en la cotidianeidad de nosotros, humildes ciudadanos, pero…
Sigue habiendo mucho por hacer, continúa necesitándose que los bienes y servicios que quiero utilizar, como uno más, sean accesibles desde su origen, que si quiero poner el decodificador para la televisión digital que ya haya en el mercado uno que pueda utilizarlo sin necesidad de adaptaciones posteriores, lo mismo que los teléfonos móviles y tantas otras cosas. Me gustaría poder ir a cualquier tienda y comprarme lo que ahora tengo que adquirir en la ONCE.
No quiero la compasión ni el paternalismo, pero sí quiero que se me trate dándome la oportunidad de demostrar que puedo hacer muchas cosas. Cuidado, no quiero decir que pueda hacerlo todo, no olvido que mi ceguera está ahí y que he de ser consciente de lo que ésta conlleva.
Quiero sentirme útil, no quiero que me jubilen antes, que me den una pensión (por grande que ésta sea), quiero aportar, servir de estímulo, dejar huella.
Quiero pensar que por muy discapacitado que sea (hay un certificado oficial que dice que tengo un 89 por 100) soy capaz. ¿Lo creéis así vosotras y vosotros?

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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Recomendaciones narrativas de diciembre

Comienza un nuevo mes y, esta vez sí, sin omisiones ni olvidos, llegan puntuales mis propuestas de lectura que espero sean interesantes y os den ideas, quién sabe, para engrosar los regalos navideños.



LA CANCIÓN DEL JARDINERO
Kalpana Swaminathan
Ed. Siruela, 20096. 292 págs.
Novela policíaca
Transcurre un verano tan disparatado como los textos de Lewis Carroll, cuando una serie de acontecimientos irracionales e inexplicables sacuden Utkrusha, el Edificio, y Lalli, antigua detective de Homicidios de la policía de Bombay, ha de hacer frente al asesinato en casa. El Edificio tiene cuatro plantas y cuatro pisos en cada planta, lo que suma un total de dieciséis hogares. A quince de ellos les haría mucha ilusión pensar que algo le podría suceder al señor Rao, quien se dedicó a conocer a todo el mundo, aunque muy pronto todos comenzaron a conocerle a él. Por su curiosidad, el señor Rao era en gran medida como el pequeño elefante preguntón de Kipling. Por él se supo que la ginecóloga de la señora Kamath se había negado de plano a realizar un quinto aborto. Por él se supo por qué la boda de la hija de Ramachandran se suspendió de manera precipitada.

EL CLUB DE LAS AMIGAS INCONDICIONALES
Johanne Rendell
Ed. La esfera de los libros, 2009. 400 págs.
Novela realista
Para ellas, el jardín era su más preciado refugio.Así que cuando alguien amenazó con destruirlo, unieron fuerza y coraje para salvarlo y, de paso, luchar por sus sueños. Escondido entre los edificios del profesorado de la Universidad de Manhattan, existe un pequeño y paradisíaco jardín amenazado. Pero cuatro mujeres que han encontrado en él un remanso de paz harán lo imposible por preservarlo: Mary, esposa del arrogante y ambicioso decano empeñado en derruir el jardín para construir un aparcamiento; Sofia, casada con el mayor experto en Edgar Allan Poe del mundo universitario y madre de dos niños de corta edad; Ashleigh, una abogada que vive todavía bajo el dominio de su padre, un político ultraconservador; y Hannah, ex modelo metida a pintora que acaba de descubrir que su profesor de arte le gusta mucho más que su idolatrado marido.

CONEXIÓN HELSINKI
Pedro M. Domene
Ed. Algaida, 2009. 208 págs.
Novela de aventuras
Un divorcio familiar decide al joven Daniel Márquez aventurarse en tierras nórdicas. Antes deberá convencer a una reticente madre documentándose sobre el extraño país de los samis. Su padre, profesor en una universidad finlandesa y cooperante ecologista, ha desaparecido sin dejar rastro, mientras colaboraba en una campaña para salvar las ballenas del mundo. El joven descubre los valores de una cultura ancestral: lapona, y una singular geografía, cubierta de centenares de lagos y bosques inmensos. Otros valores sobresalen en este relato: amistad, amor, diversidad cultural, o sentimientos que se concretan en la memoria y en el olvido. Ofrece una visión humana de la realidad actual, el respeto a la naturaleza y al medio ambiente, referencias para nuestra juventud, incapaz de otorgarle, en ocasiones, el valor suficiente a los aspectos más trascendentes de nuestro mundo.

CUENTOS DE VIAJES Y VIAJEROS DEL VIEJO CONTINENTE
Clan editorial, 2009. 272 págs.
Cuentos y relatos
Estos relatos del viajero eran, junto a las estampas, la única fuente que tenía un español, un francés, un italiano o un polaco en el siglo XIX de conocer el mundo en el que vivían, más allá de sus fronteras. Este libro refleja esa mirada de aquellos europeos que viajaron por un mundo misterioso y exótico y que la prendieron, con sus palabras, en el imaginario de sus contemporáneos.

MAREA DE PASIÓN
Iris Johansen
Ed. Bookspocket, 2009. 352 págs.
Novela romántica
Nadando desnuda en la noche en compañía de sus delfines, Melis había encontrado por fin la paz y algo parecido a la felicidad. Vivía en una isla solitaria alejada del mundo... pero el mundo no estaba dispuesto a olvidarla. Porque esta muchacha hermosa y aparentemente frágil tiene la clave para el mayor descubrimiento arqueológico de la humanidad, un premio que atrae a los hombres como la sangre a los tiburones. Uno de ellos es Jed Kelby, seductor millonario, curtido ex-comando de la Armada y ambicioso buscador de tesoros. El otro es Hugh Archer, traficante de armas y uno de los más despiadados criminales que existen. Melis resiste bien las presiones, pero cuando la gente comienza a morir a su alrededor se ve obligada a aceptar la colaboración de Kelby. Juntos, zarparán en busca de un sueño y se enfrentarán a la muerte que les acecha continuamente.

SUEÑO MORTAL
Greg Iles
Ed. Mosaico, 2009. 456 págs.
Jordan Glass es una fotógrafa de éxito. Estando de vacaciones en Hong Kong, decide visitar el Museo de Arte. Allí observa que muchos la miran con curiosidad. Al cabo de unos minutos se encuentra con una exposición de un pintor anónimo titulada “Mujeres desnudas en reposo”, que exhibe una misteriosa serie de cuadros que han causado sensación en el mundo del arte moderno. Los expertos han llegado a la conclusión de que las telas muestran mujeres desnudas que no están dormidas, sino muertas... Cuando Jordan se acerca al último cuadro de la serie, la sangre se le congela: la mujer del cuadro es idéntica a ella misma.

EL TRAIDOR DE LA CORTE
Borja Rodríguez
Roca editorial, 2009. 216 págs.
Novela histórica
Castilla, 1360. El rey Pedro I de Castilla, el Justiciero para unos, el Cruel para otros, está empeñado en una lucha contra Aragón y contra su hermanastro, Enrique de Trastámara. Pedro sabe que en sus filas hay un traidor. Uno de los suyos, de sus íntimos, de aquellos en los que más confía. Uno de cinco. Descubrirlo es vital. Pero el único hombre que puede revelarle la identidad del traidor, Martín de Utiel, ha muerto. Todo parece indicar que no ha sido una muerte natural; el cuerpo de Utiel aparece destrozado, se diría que aplastado por una fuerza inmensa. No hay junto a él arma ni asesino. No hay nada. Rodrigo Muriel, recién llegado de un viaje que le ha tenido años fuera de Castilla, debe descubrir quién es el asesino de Utiel, dar con aquél que ha traicionado a su rey. Junto a Pero Ruyz, un veterano ballestero del Rey, y Alfonso de Sirga, pesquisidor real, parte para el Castillo de Llaguno, en busca de las respuestas que Pedro necesita con urgencia.

VIAJE A LA LUZ: PASEO CON HITCHCOK POR CÓRDOBA Y GRANADA
Alfonso Corominas
Ed. Alena Media, 2009. 168 págs.
Literatura de viajes
El viaje como descubrimiento y rememoración, como proyección de la propia biografía. Todo eso, y más, puede ser un viaje; depende de quién lo haga, de cómo lo haga, por qué y para qué lo haga. Alfonso Corominas nos brinda una manera diferente de conocer Córdoba y Granada en la que el oído, el tacto y el olfato nos descubren una nueva dimensión de las dos ciudades más árabes de Occidente. Con esos medios describe un viaje real a la capital califal y otro imaginario a Granada, en los que se mezclan la emoción del presente con los recuerdos de esos lugares que ha visto y ya nunca podrá ver; pero, ¿acaso no sucede lo mismo en cualquier viaje? El recorrido por Córdoba y Granada que Corominas nos ofrece se convierte así en otra manera de descubrir la esencia y los tesoros de las dos ciudades andaluzas, y se transforma en este libro de viajes, en el que no se renuncia a la belleza de la luz, pese a que su autor sea ciego, porque ese resplandor de Andalucía vive en su cultura y sus costumbres.

VIAJE MÁGICO A ÁFRICA
Jordi Llompart
Roca editorial, 2009. 192 págs.
Literatura juvenil
'A veces necesitamos encontrar a alguien que nos ayude a descubrir el mundo que hay entre nosotros y las estrellas'. '¿Cuál es el mundo real? Eso depende de vosotros. Cada uno escoge cuál es su mundo real. Este es el país de los sueños, la imaginación, la magia y las criaturas mágicas…' 'A los elefantes les gusta mucho que les lean cuentos. Retienen en su memòria las historias que crean los humanos y que llueven del cielo. Guardan en su cerebro la historia de la humanidad'.

EL VIOLÍN NEGRO
Sandra Andrés Berenguer
Ed. Laberinto, 2009. 447 págs.
Novela de intriga
Hace cien años, unos obreros descubrieron en los subterráneos de la Ópera Garnier de París una sala elegantemente amueblada. Contenía las composiciones e instrumentos del legendario Fantasma de la Ópera, pertenencias que no tardaron en perderse en anticuarios de la ciudad. Ahora, un siglo después, la joven Christelle debe averiguar cuál es el secreto del violín que llega a sus manos, el por qué de la música esotérica que engendran las cuerdas y cómo puede devolvérselo al dueño original antes de que su influjo la destruya. Para ello cuenta con la ayuda de Kyriel, un misterioso joven que sabe más de la leyenda lo que quiere reconocer. Juntos viajarán al corazón de París, con sus edificios emblemáticos y catacumbas pestilentes, todo para llegar a la verdad del Fantasma de la Ópera. El secreto está en su violín.

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