jueves, 3 de diciembre de 2009

Día de la discapacidad

Más allá de palabras grandilocuentes y de mi ya conocida aversión a eso de que haya establecidos días determinados para causas varias, que no ´sé hasta qué punto cumplen con su objetivo, sí quiero hablar hoy de lo que siento respecto a la discapacidad. Al fin y al cabo, hoy, 3 de diciembre, está establecido que sea el Día Internacional de las Personas Discapacitadas. Seguramente no os voy a decir nada nuevo, a quienes, tanto, me conocéis ya.


Bien está que se hable de nuestro mundo y si hay un día para ello, pues muy bien. Alguna vez dije ya que hemos de hacernos visibles porque, hoy día, lo que no se ve, no existe. Gran paradoja: que un ciego diga esto, pero es lo que hay.
Ha de avanzarse en unas leyes que regulen nuestras limitaciones y desarrollen la forma de sortearlas.Debería no tener que acudirse al voluntarismo con los posibles agravios que esto, a veces, puede conllevar. Pero claro, por muchas leyes que haya si no se desarrollan quedan en papel mojado y estos desarrollos no se hacen en un día, por mucho que sea bueno que los haya. Las cosas, los avances, se hacen de forma constante, día a día.
Qué queréis: dicen que es mi día, pero yo no he notado que nada extraordinario se haya producido en mi vida cotidiana. Aunque quizá sí lo haya habido: he salido a la calle con mi bastón, he ido a trabajar en el Metro, he desarrollado mi actividad laboral y he degustado un pisto hecho por mí _¿no es esto, acaso, ya mucho?_. Es verdad, el señor presidente de nuestro inefable Gobierno ha hecho declaraciones de ésas que parecen marcar un punto de inflexión en la cotidianeidad de nosotros, humildes ciudadanos, pero…
Sigue habiendo mucho por hacer, continúa necesitándose que los bienes y servicios que quiero utilizar, como uno más, sean accesibles desde su origen, que si quiero poner el decodificador para la televisión digital que ya haya en el mercado uno que pueda utilizarlo sin necesidad de adaptaciones posteriores, lo mismo que los teléfonos móviles y tantas otras cosas. Me gustaría poder ir a cualquier tienda y comprarme lo que ahora tengo que adquirir en la ONCE.
No quiero la compasión ni el paternalismo, pero sí quiero que se me trate dándome la oportunidad de demostrar que puedo hacer muchas cosas. Cuidado, no quiero decir que pueda hacerlo todo, no olvido que mi ceguera está ahí y que he de ser consciente de lo que ésta conlleva.
Quiero sentirme útil, no quiero que me jubilen antes, que me den una pensión (por grande que ésta sea), quiero aportar, servir de estímulo, dejar huella.
Quiero pensar que por muy discapacitado que sea (hay un certificado oficial que dice que tengo un 89 por 100) soy capaz. ¿Lo creéis así vosotras y vosotros?

8 comentarios:

Rosa Sánchez dijo...

¡HOLA, ALBERTO!
Pues sí, tienes toda la razón. Por un lado, está muy bien que haya un día especial, sobre todo para que muchos lo tengamos presente, pero, por otro lado, lo verdaderamente "útil" (por llamarlo de alguna manera) es que os hagan la vida un poquito más fácil, que avanzamos hacia el 2010 y el progreso está para el beneficio de todos.
Alberto, me ha encantado esta entrada, sobre todo por la dignidad y la honorabilidad de tu postura y reflexión.
Un fuerte abrazo.

Alberto dijo...

Gracias, Rosa pero es que necesitaba expresarlo así. Es lo que siento y pienso.
Y a partir de ahí, a seguir para adelante.
Besos cariñosos y feliz viernes.

Ana dijo...

Capaz no, eres muy capaz Alberto, en muchas cosas más que el resto.

Tendrías que enviar este post a los periodicos como carta al director porque debería llegar al mayor número de personas posible. Has hecho una buena denuncia de lo que esta pasando desde la cortesia que te caracteriza. Tus palabras han hecho mella en mí.

Besos enormes

Ana

Alberto dijo...

Vaya vaya, Ana jejeje. Gracias por tanto cariño.
Ya pensé en mandarlo, ya; no creas, pero es que se me ocurrió tarde y no sé si aún les interesará, pero es una idea.
Cuídate y feliz día.
Besos cariñosos.

Susi DelaTorre dijo...

Hola Alberto!

Lo peor de establecer un día exclusivo, es que el resto de los días del año, parece que se diluye la buena motivación que lo había creado.

Y sí, estoy de acuerdo contigo, es una buena manera para recordar, que no todos somos iguales y que tenemos carencias ( algunos visibles y otros más ocultas)

Importante aprender "de" y "con" los demás la mejor forma de vivir en sociedad. Diferencias, las tenemos todos, porque... si no son ahora, lo serán presentes o futuras.

No sé si lo he expresado bien...


Un saludiño y un abrazo, Alberto!

Alberto dijo...

Lo has expresado perfectamente, gracias Sosita.
Tienes razón en que, antes o después, todos somos diferentes y menos mal.
Cuídate, biquiños y feliz fin de semana.

amelche dijo...

Yo he comido ya y sé que tienes razón en tu escrito pero, a riesgo de ser un poco superficial, creo que me quedo con el pisto hecho por ti, que seguro que está buenísimo.

Mercedes Pajarón dijo...

Albertito, estoy con Ana en eso de enviarlo como carta al director. Piénsatelo, piénsatelo...

Oye, perdona por no pasar esta semana, pero he estado fuera y sin internet. Puff, y mañana me vuelvo a ir! Ayy, es un no parar...Pero antes, voy a leerme tus otras entradas.

Si haces puente, que tengas un fin de semana inolvidable y largamente feliz! Besósculos viajerósculos! Mua!

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