lunes, 25 de mayo de 2009

El canto de los pequeños


Me parece ésta una información muy aleccionadora. La naturaleza, siempre tan sabia, ha dotado a unos pajarillos, aparentemente insignificantes, de voz, bueno mejor digamos de trinos.



Lo que sigue es una especie de catálogo emplumado de pesos y medidas. Entre las aves también rige la ley de la acústica por la que a un cuerpo pequeño le corresponde un sonido agudo. Por el contrario, las llamadas de los grandes son más graves y rotundas.
Los pequeños se comunican por medio de tenues siseos, agudas estridencias y sutiles silbidos. Entre los pesos pluma, las aves con un peso corporal de unos pocos gramos, plumaje incluido, la finura es la norma.
En el palmarés de los pequeños reinan los dos reyezuelos, el sencillo y el listado, los más livianos de nuestros pájaros. Siete u ocho gramos, y eso si están bien alimentados, producen al hablar un siseo pulsante, una señal que roza los límites de lo audible para los más duros de oído, que se propaga bajo las copas de los bosques. En ocasiones ser tan pequeño es una ventaja. De nuevo las normas de la acústica actúan, ya que los sonidos muy agudos, las vocecillas de los reyezuelos, resultan muy difíciles de localizar espacialmente. Y esto, en los bosques llenos de merodeadores, puede ser una gran ventaja.
El desvanecido canto de los reyezuelos contrasta con la voz aguda pero poderosa, de los chochines. Un gramo más de peso da para mucho, y el trino torrencial de estas aves, de carácter mucho más exhibicionista, estalla y se propaga con gran eficacia a distancia. De los ocho o nueve gramos del chochín emana pura potencia.
Frecuentemente, entre la espesura de las riberas se escucha el silbido del ruiseñor bastardo, una llamada tan imperativa que parece una orden. Estos pajarillos, que poco tienen que ver con aquellos de los que les viene el nombre, viven siempre ocultos entre la vegetación de las riberas. Son virtualmente invisibles, aunque su presencia nunca pasa desapercibida.
Los humedales, las encañizadas y carrizales de las orillas, son un buen escenario para los pesos pluma. Varias especies diminutas viven y cantan sobre los largos tallos sin llegar a flexionarlo con su peso.
Es el caso de la buscarla unicolor, con una voz ronroneante y continua que se parece más a la llamada de un insecto que a la de un ave. A pocos metros por encima, un pulso agudo, una señal intermitente, pespuntea el ambiente: silba un buitrón en pleno vuelo de demarcación territorial.
Volvemos a los bosques, pero aún dentro de la misma escala de tamaños y frecuencias. El catálogo de los sutiles se completa con la llamada del agateador común, nueve gramos siempre agarrados a los troncos. Y con la liviana y repetitiva melodía de los mosquiteros comunes, entre los más ubicuos por todo tipo de arboledas. Pasa, aguda, una bandada de mitos, la sutileza hecha voz. Y un carbonero garrapinos pone, al fin, el sentido del ritmo y del compás.
Todo este barullo procede de las gargantas de once pájaros. Entre todos ellos, no suman más de cincuenta gramos de peso.

15 comentarios:

Viperina dijo...

Si hay un sonido que me encanta y nunca me molesta, es el trino de los pájaros, y te aseguro que lo conozco bien, pues tengo la inmensa suerte de vivir en una zona montañosa donde me despierto con el canto de los tordos posados en los tejados llamándose unos a otros, y cada día acuden a mi jardín varios petirrojos en busca de las migas de pan que les dejo en un rincón, sobre todo durante el invierno. Es una maravilla que cuerpecitos tan frágiles y livianos nos deleiten con su música.
Un beso, amigo.

Carmina dijo...

Querido Alberto este es uno de los grandes placeres de la vida que yo me pierdo. A causa de una varicela, mi nervio auditivio quedo muy tocado, me diagnosticaron años mas tarde hipoacusia bipolar... el resultado para que tu lo entiendas es que yo no oigo los agudos, por lo tanto el trino de los pajaros es un placer del que no disfruto, asi que creo que tu y yo hariamos un buen duo, tu me describes el trino de los pajaros y yo sus colores y sus emplumados cuerpos...besos

Alberto dijo...

Así es, Viperina. El escuchar el sonido de los trinos es maravilloso, sobre todo en libertad. Mi salón da a un patio grande con árboles y ahora, en primavera disfruto de su melodía al tiempo de levantarme.
Disfruta de su música mágica. Al menos, de esto yo sí puedo disfrutar aunque me pierda su colorido.
Besos también para ti.

Alberto dijo...

Carmina, cómo no te voy a entender si yo me pierdo tantas cosas bellas que se os ofrecen a los que véis.
En fin, como bien dices... vaya lo uno por lo otro y la gracia está en la complementariedad, qué remedio.
Pues hecho. Sus sonidos son variados, como lo son sus formas y colorido de su plumaje. De los que habla el artículo son como de una tonalidad suave, cálida, relejante coo si fuesen de color pastel.
Luego los hay que son abigarrados, potentes, intensos como el rojo oscuro, el verde de los trigos en primavera, el marrón, casi negro de la tierra fértil.
Bueno, espero que te haya hecho ver los trinos. Hoy me siento orgulloso, por fin puedo hacer algo que yo siempre os pido a vosotras: pintar con palabras la realidad, hacérmela visible. Bueno, pues gracias a ti, hoy he pintado los sonidos, espero que lo haya hecho tan bien como tú me describirías una imagen.
Besos cariñosos.

Carmina dijo...

nunca me habian descrito el canto de los pajaros... y si lo has hecho muy bien, al final ne esta vida te acostumbras, en nuestros paseos por el campo mi marido me describe los sonidos, es musico y se le da muy bien, ya me acostumbre a no disfrutarlos y ser la cadencia de mi marido la que me los acerque... por eso posiblemente te entienda tan bien, a mi me gustan sobre todo los canarios, con sus plumas de seda, de unas tonalidades que van del amarillo pastel, al pardo... unos son mas larguiruchos y otros mas redonditos... y sus cantos me han dicho que varian segun las formas... yo tenia una canaria amarillita pastel que se dejaba tocar y sus plumas tenian el tacto de la seda... tambien me gustas los petirrojos con esos colores tan llamativos el rojo y el verde que brillan a la luz del sol... pero se que no los oire nunca cantar, porque para mi no hay soluciones auditivas... besos Alberto ahora quizas entiendas porque admiro tanto tu capacidad de lucha, el no sentarte a que te lo den todo, yo soy igual que tu

Alberto dijo...

Carmina, sin duda que suponía que alguna razón por la que me mostrabas tanta sensibilidad y comprensión. Somos luchadores y unidos por la diferencia. Ahí estamos.
Tú tienes la suerte de tener a un músico a tu lado, pero yo no la tengo porque no disfruto de una pintora al mío, jejejejejje. Pero... vaya ahí vamos babndeándonos.
Y nada, nada... pa lante con una sonrisa.
Feliz día.
Besos coloridos de tonalidades hermosas.

Mercedes Pajarón dijo...

La semana pasada (el martes veinte, para ser exactos), tuve la suerte de disfrutar de un correo electrónico cuyo fondo era el hermoso trino de unos pájaros. No sé cuánto pesaban, pero... me hicieron soñar!

Un besósculo por las ramas!

brujita dijo...

Por aquí no suelo oir demasiado a los pajaritos pues las gaviotas y las palomas se encargan de que no se detengan, pero si lo hago cada día en Salamanca me divierte mucho escucharle en los alborotos que cada atardecer preparan para ocupar las ramas de los árboles, parece que todos quisieran ocupar la mísma, son como familia mal avenida Ja,ja...En Santander como vivía en un chalet era maravilloso escuchar a los jilgueros que anidaban en el jardín , lo hacían cerquita de la casa para que las urracas no les destrozaran los nidos...tambien venían petirrojos tan redonditos y con su babero rojo que me parecían dibujitos animados...¡Una preciosidad el mundo de éstos pequeñines tan sonoros y tan brillantes.

Besito volado.

Alberto te dejo unas risas para que notes que estoy bién ¿Vale? ja,ja,ja,ja, Gracias por tu interes...se que en tí tengo un amigo

silvia zappia dijo...

En este momento, a las 5.30 de mi tarde de otoño, tengo todos esos trinos en mi ventana,tus pájaros están preparándose para dormir en el jazmín de mi patio.
Buenísimo texto de divulgación, amigo Alberto.

Mil besos!(o besósculos!)

Liliana dijo...

Un pequeño detalle solamente, creo que MerC estaba tan Feliz, que hasta el día confundió, o la fecha? o era martes 19 o miércoles 20! jajajajaja

la euforia y la alegría son contagiosas, jajajajaajajaj

jejeje perdón! =)

Mercedes Pajarón dijo...

...Pues, sí, exactamente era el martes veinte....¿o fue el miércoles cuatro? ¿O el lunes dieciocho? Dios mío, ¿qué ha hecho Selene con mi única y pobre neuronaaaaaaa????

Oh, vaya, qué confusión más tonta! Prefiero no seguir... Bueno, que tengas buena noche, Albertito, digo, un buen día!!! Muamua!!!

Alberto dijo...

Brujita, me alegro de que estés bien de verdad. Sabes que sí, que en mí tienes a un amigo que brinda por la vida y la ilusión.
Lo importante es ecuchar a los pájaros porque ellos son signo de vida.
Feliz miércoles.
Besitos volados y sentidos también para ti.
Cuídate.

Alberto dijo...

Muchas gracias, Rayuela por compartir tus trinos y tus besósculos.
Seguro que por tu tierra también hay pájaros bien lindos.
Feliz día y gracias de nuevo.
Besos

Alberto dijo...

Merceditas, que sí que ya sé que aquéllos pájaros que recibiste eran hijos de Selene y por eso, y por la variedad de sus mensajes hicieron que el calendario se diese la vuelta y le diese por jugar.
Pero ¿qué importa qué día fuese si al fin te alimentaron cuerpo y esíritu?
Feli, miércoles. Besos

Alberto dijo...

Liliana, creo que fue la alegría de escuchar lo que la confundió, no sé. Lo importante es la alegría con que escuchó. Selene debió tener algo que ver.
Besos alegres

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