El escritor inglés Aldus Huxley (1894-1963), conocido fundamentalmente por su obra “Un mundo feliz” protagoniza esta historia que, como buen braillófilo, me hace ilusión compartir con vosotros.
Por cierto, no es muy cómodo que digamos, eso de leer tumbado, pero… si se tercia… Imaginaos: una noche de invierno, tapado hasta la barbilla para mitigar el frío y con el libro apoyado en la tripa….
Aunque no estaba ciego, pero tenía vista deficiente, Aldous Huxley aprendió braille para poder dar descanso a sus ojos doloridos, sin tener que renunciar
a la lectura, de la que tanto disfrutaba. Una de las compensaciones, decía Huxley, era el placer de leer en la cama en la oscuridad, con el libro y las
manos cómodamente bajo los cobertores.
miércoles, 11 de febrero de 2009
Aldus Huxley y el braille
Publicado por Alberto en 9:50 p. m.
Etiquetas: Anécdotas, El braillee
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Pues sí que es una buena idea, en invierno se me quedan a veces las manos heladas al leer...será cuestión de planteárselo.
Besos, Alberto.
¡Que bién!...yo confieso que algunas veces me he puesto el atril en el estomago...pero no resulta cómodo y hay que sacar las manos para pasar las hojas ja,ja,ja
besito volado.
Publicar un comentario