lunes, 23 de febrero de 2009

Las botas de Jonathan Swift

Esta anécdota ingeniosa nos invita a que no caigamos en esa tentación de para qué voy a hacer algo, si luego lo tendré que volver a hacer. Vaya, un antídoto contra la pereza.



-En una ocasión el escritor Jonathan Swift (1667-1745), que escribiera su memorable “Los viajes de Gulliver” decidió darse un paseo a caballo, de modo que le pidió a su criado que le llevara las botas de montar. Cuando
vió aparecer al sirviente con ellas completamente sucias, le regañó, advirtiéndole que en otra ocasión las limpiara antes de traérselas.
-Señor-se disculpó el muchacho-pensé que, como se iban a manchar de nuevo, no merecía la pena tomarse el cuidado.
Ahí quedó la cosa por el momento. El genial escritor montó
en su caballo y advirtióal mozo de que no volvería hasta la noche.
-Amo, os olvidáis de dejar la llave de la despensa...
-Para qué la queréis?
-Para preparar el almuerzo
-No hará falta, ¿para qué queréis almorzar? Después de todo, dentro de unas horas querréis comer de nuevo.

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