lunes, 16 de febrero de 2009

El ombú


El ombú o Bella Sombra es una planta arborescente, nativa de las pampas argentinas y uruguayas. Puede alcanzar una altura de 10 a 15 ms. Con una amplia copa y grueso tronco. Se discute, sin embargo, su naturaleza de árbol, arbusto o hierba. De madera esponjosa no sirve para leña pues se pudre con facilidad.
Contiene grandes cantidades de agua y es de crecimiento rápido.
Las hojas son de buen tamaño, unos 20 cms. De largo y de color verde intenso brillante. Sus frutos son bayas de color rojo.
Ha sido fuente de inspiración de innumerables payadas, versos, poesías y cuentos; abrigo y sombra del gaucho; protagonista de bromas pesadas... el ombú sigue viviendo en la imaginación y el sentimiento popular.
Ésta es su leyenda:



“Cuando Dios hizo el mundo, luego de haber hecho la tierra y el mar, al hombre y los animales, cuando iba haciendo las plantas, a cada una le preguntaba qué deseaba ser.
Al llegar el turno del Quebracho éste le dijo a Dios:
- Tata Dios... ió quiero ser fuerte y duro pa’ resistir los golpes de la suerte, y Tata Dios lo hizo fuerte y duro.
Cuando le llegó el turno al Jacarandá, éste dijo:
- Tatita... ió quiero ser bonito y coqueto como una mujer, y así fué.
Luego le llegó el turno al Cañaveral...
¿Qué querís ser vos?... preguntó Tata Dios...
- Ió quiero ser, Tata Dios, largo y duro pa’ ser lanza ‘e soldado y picana ‘e los bueyes en el trabajo ‘e las carretas, dijo el Cañaveral.
Por último le llegó el turno al Ombú, y al ser preguntado por Dios contestó:
- Tata Dios... ió quiero ser coposo para dar sombra y descanso a los caminantes; ió no quiero flores perfumadas, ni colores vistosos, ni jugo, ni siquiera fruto pa’comer. Que mi tronco sea blando y que ni los clavos puedan quedar clavados en mi madera... Tata Dios.. ió quiero hacer el bien a los hombres...
ió quiero aliviarlos de la fatiga cuando cruzan las llanuras y los montes, los ríos y las montañas, bajo el sol calcinante y muertos de sed en medio de la tierra reseca por el fuego y el calor...
Y Tata Dios hizo al Ombú como él le pidió.
Pasaron los siglos... Vino el Redentor al mundo, salvó a los hombres y éstos lo crucificaron. Cuando el Ombú lo supo pidió hablar con Tata Dios... Tata Dios consintió y el Ombú lleno de dolor y angustia le dijo:
- Tata Dios... cuando usted hizo los árboles les preguntaba a todos qué querían ser... y tuitos querían ser bonitos, lindos y fuertes... ió no quería ser nada d’ eso pa’ que jamás pudiera servir de cruz, como sirvieron otros árboles...
- M’hijito... ¡mi hais ienao ‘e satisfación!... A naides había oído hablar tan lindo, dijo Tata Dios... y abrazándolo le dijo:
- Ió te protegeré por toda la eternidad, pa’ que sigas haciendo el bien a los hombres...”

Si queréis saber más de este árbol, podéis leer la novela de Santa Montefiore “A la sombra del ombú”.

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