Una respuesta ingeniosa que equivale a unos buenos reflejos. Hay que tener temple para reaccionar como reaccionó aquel bibliotecario. No me habría importado ser yo:
Luis XIV visitaba, un día la biblioteca de una capital de provincias y formuló al bibliotecario una serie de preguntas peregrinas, que el empleado no supo contestar.
Cuando el rey oyó que le contestaba una y otra vez: “no lo sé, Sire”, dijo:
- Y entonces, ¿porqué os pagan?
- El funcionario contestó:
- -Me pagan por lo que sé, si me pagaran por lo que no sé, no habría dinero en vuestras arcas para abonarme los honorarios.
-
miércoles, 4 de febrero de 2009
La paga del bibliotecario
Publicado por Alberto en 9:58 p. m.
Etiquetas: Anécdotas
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1 comentario:
¡Muy buena respuesta! que podríamos dar muchas veces en nuestra vida...
besito volado
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