Un toque de humildad no le viene mal a nadie.
Yo he aprendido que no hay nadie más que nadie. Por importante que alguien se considere, siempre hay alguien que tiene más que aportar.
Cada uno en su justo lugar, siendo conscientes de nuestro tamaño.
En el cuerno de un buey se posó un mosquito.
Luego de permanecer allí largo rato, al irse a su vuelo preguntó al buey si se alegraba de que por fin se marchase.
El buey le respondió:
-Ni supe que habías venido, ni notaré cuando te vayas.
A veces no somos tan importantes como creemos.
Esopo
viernes, 17 de abril de 2009
El buey y el mosquito
Publicado por Alberto en 9:04 p. m.
Etiquetas: Fábulas
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5 comentarios:
bien venido a mi blog y gracias por dejarme entrar en tu blog,hasta pronto...........
Cierto, muy cierto.
besito
Jmc, faltaría más. Cuando quieras, aquí estamos. La gente buena es siempre bien recibida.
Un abrazo.
Buen sábado.
Liliana, ¿nada más? ja. Seguro que tú ibas con tus dotes y agarras al mosquito y... pal manicomio también.
Besito de sábado.
Ah! claro al mosquito al buey y al que se deje Alberto! jajajajaajaja
besosciber
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