miércoles, 24 de junio de 2009

Carta a Louis Braille

Es verdad, Merceditas tenía razón.
Cuando mi amiga Elena compartía su primera vez, ésa en la que leyó en braille ante el público, aludía al motivo por el que lo había hecho.
Yo, tan amante del género epistolar, escribí una carta al homenajeado, a Louis Braille en la que se explica. Así que aquí la pongo también.
Que os guste.



Madrid, a 19 de junio de 2009

Mi muy admirado Louis:

Estoy seguro que la sencillez de tu persona y los dones que ofrecen la inmortalidad de tu genialidad comprenderán el que apee el tratamiento de usted para dirigirme a ti, que lo haga más cercano a través del tuteo. Esto no significa, por mi parte, ni mucho menos, falta de respeto ni pretender rebajar tu dignidad. Aspiro a que sea una muestra de mi reconocimiento hacia alguien que tanto aportado a las personas ciegas y siempre fue un ejemplo para quienes tuvieron la dicha de saber de ti y de tu gran obra.
El motivo de esta pequeña carta es el hablarte de un grupo que, privados de la visión, como lo estuviste tú, nos reunimos cada miércoles para celebrar tu sistema de puntos salientes, para rendirte homenaje.
Llevamos ya cuatro años haciéndolo y esperamos continuar por otros tantos, al menos.
Estoy convencido de que te halagará el saber que nos esforzamos por mejorar la práctica de tu método, por hacerlo cada día mejor. He de decirte, sin duda ya lo sabes, que es muy hermoso ver cómo quienes disponen de mayor destreza se adaptan a quienes la tienen menor, pero que luchan denodadamente por superarse.
Hoy están aquí algunos de ellos para esbozar los principales rasgos de tu figura, para darlos a conocer y recordarte, sentirte más cercano.
Hemos tratado de extraer lo más sobresaliente de lo que fuiste y de cómo creaste esa llave que nos abrió las puertas de la Historia y del acceso al conocimiento.
Es solamente un pequeño detalle, hecho desde el más profundo sentimiento de gratitud que, demuestra, una vez más, que se puede, que merece la pena seguir mirando hacia adelante.
Ojalá que con este acto, como aquéllos en los que tú participabas, cuando fuiste alumno, te hagan sentirte orgulloso de que doscientos años después de tu nacimiento, tu huella permanece ahí, que tus sacrificios merecieron la pena.
Si así lo conseguimos, será para nosotros el mayor de los premios.

Un abrazo lleno de admiración

Alberto




2 comentarios:

Mercedes Pajarón dijo...

Emotiva, hermosa, sensible...¿Cómo no ibas a compartir esta carta con tus lectores? Gracias!

Besósculos juevósculos! Feliz, feliz, feliz día, Albertito!

Alberto dijo...

Bueno, Merceditas. Sí que trataba de que esta carta fuese todo eso que dices.
Si lo conseguií, me alegro mucho.
Feliz viernósculo.

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