Quiero que empecemos este último fin de semana de enero con un poema en honor a la naturaleza, a la madre tierra, a su calidez acogedora.
Con mis mejores deseos, que seamos capaces de amarla y conservarla porque, en ella, se encuentra la fuente de la vida.
Madre, madre, cansado y soñolientoquiero pronto volver a tu regazo;besar tu seno, respirar tu alientoy sentir la indolencia de tu abrazo.
Tú no cambias, ni mudas, ni envejeces;en ti se encuentra la virtud perdida,y tentadora y joven aparecesen las grandes tristezas de la vida.
Con ansia inmensa que mi ser consumequiero apoyar las sienes en tu pecho,tal como el niño que la nieve entumebusca el calor de su mullido lecho.
!Aire! ¡más luz, una planicie verdey un horizonte azul que la limite,sombra para llorar cuando recuerde,cielo para creer cuando medite!
Abre, por fin, hospedadora muda,tus vastas y tranquilas soledades,y deja que mi espíritu sacudael tedio abrumador de las ciudades.
No más continuo batallar: ya brotasangre humeante de mi abierta herida,y quedo inerme, con la espada rota,en la terrible lucha por la vida.
¡Acude madre, y antes que perezcay bajo el peso, del dolor sucumba;o abre tus senos, y que el musgo crezcasobre la humilde tierra de mi tumba!
Manuel Gutiérrez Nájera
viernes, 29 de enero de 2010
Madre naturaleza
Publicado por Alberto en 10:46 p. m.
Etiquetas: Poemas
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2 comentarios:
Es muy bonito, Albertito. Ha habido fragmentos que me han gustado mucho y me han traído recuerdos imborrables de situaciones y personas, pero sobre todo ese "que el musgo crezca sobre la humilde tierra de mi tumba!" me ha llegado al cuore.
Feliz sabadósculo. Un beso! Mua!
Preciosa la poesía Alberto, me hace percibir el aroma de la rica y oscura tierra, bajo el verde tapiz de una pradera que invita a tumbarse y así en el regazo blando de la madre tierra volver a nuestro ser...al primigenio.
Besitos volados
(Sigo en deuda contigo)
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