miércoles, 25 de noviembre de 2009

Historia del sacacorchos

El sacacorchos es, a buen seguro, el elemento más importante desde el punto de vista del somellier, ya que el arte de abrir una botella alcanza la categoría de ritual cuando el vino a degustar es de calidad, cuando los invitados a degustar de él están más o menos inmersos en la cultura del vino, y mucho más cuando la cita tiene cierto carácter protocolario.


La creación del sacacorchos se basa en un utensilio en espiral que era utilizado para extraer las balas del cañón de los fusiles hace aproximadamente cuatro siglos, y su aparición, como tal, data del siglo XIII cuando comienzan a taponarse las botellas con corcho. Hoy en día es un utensilio tan familiar y cotidiano que no sólo es utilizado para el trabajo del sumiller sino que si buscamos en el cajón de los cubiertos de cualquier casa encontramos uno.A lo largo de la historia se han diseñado muchos tipos de sacacorchos de los que citaremos algunos:
Primero fueron los de hélice, también llamados T, que con el tiempo han ido cambiando, ya que al tirar se remueve el líquido.
Los de doble palanca, de gran belleza y práctico manejo.
El más común y personal es el sacacorchos que llevan los sumilleres, llamado de impulso, que casi nunca nos falla.
Los seguros Screwpulls para la extracción del corcho con el mínimo esfuerzo.
Los de pared, sin duda los más rápidos.
Ahora sólo queda citar aquellos tipos de sacacorchos llamados especialistas a los que únicamente se recurre en algunos casos:
El de cava o champagne, con una pinza que agarra el corcho por la parte superior y permite su extracción con facilidad.
El de láminas, especial para botellas muy viejas.
Las tenazas para degollar los oportos vintage, en los que la física-química juega un papel muy importante pues han de calentarse las tenazas al rojo vivo, se abraza en cuello de la botella con ellas y al cabo de pocos segundos se retiran y se vuelve a abrazar con una pinza que previamente ha estado introducida en un recipiente con agua fría, con lo que se consigue un corte totalmente limpio.

La propagación del sacacorchos se sitúa históricamente a partir del siglo XVIII (aunque existen algunos modelos del XVII), coincidiendo con la difusión de las botellas de vidrio soplado y del corcho como el elemento destinado a mantener el líquido en su sitio hasta el momento del consumo. La primera referencia textual a un sacacorchos procede de Inglaterra y corresponde al Tratado de la Sidra, escrito por James Worligge en 1676, donde habla de "un tornillo de acero utilizado para extraer los tapones de las botellas". Técnicamente, no se trataba exactamente de un sacacorchos tal y como hoy lo conocemos, sino más bien de una especie de barrena similar a la que se empleaba para limpiar las armas de fuego. A partir de entonces, y con la imposición del espiral metálico como elemento básico para la extracción de los tapones de corcho, la evolución del sacacorchos se centra en el desarrollo del método más cómodo para realizar la operación, es decir, en el perfeccionamiento del mango y el sistema mecánico.
La primera patente de un sacacorchos es también inglesa, del año 1795, aunque en los años subsiguientes se produjo un boom en el registro de diferentes modelos, en todo el mundo: Francia, Estados Undios, Canadá... Tan sólo en Inglaterra, en el siglo XIX se patentaron hasta 350 modelos diferentes de sacacorchos.Si bien los primeros se basan en el sistema de una básica T con espiral, a partir de 1850 comenzaron a llegar los sacacorchos de palanca, que reducían notablemente el esfuerzo en la extracción. A finales del siglo XIX apareció el modelo primitivo del que quizás sea el sacacorchos más importante de la historia: el de una sola palanca, el preferido de los camareros y sumilleres de todo el mundo, incluso en nuestros días.Evidentemente, de forma paralela al desarrollo técnico se producía la estilización estética, con aplicaciones de madera, nácar, grabados, etc., además de la incorporación de accesorios prácticos como cuchillas, escobillas para limpiar la boca de la botella...
Los sacacorchos para botellas de Champagne tienen su origen a finales del siglo XIX, época a la que corresponde también un invento en forma de grifo que permitía perforar el corcho y dosificar en copas sin que el resto del contenido de la botella perdiera efervescencia.En la actualidad prevalecen algunos modelos clásicos, como el de camarero o el sacacorchos de láminas -adecuado sobre todo para extraer corchos dañados-, que conviven y comparten escaparates con otros de última tecnología, como los modelos de palanca desarrollados por la casa Screwpull, de una gran precisión y comodidad.Mientras el placer por disfrutar de un buen vino se mantenga intacto -y se mantendrá, qué duda cabe- el cerebro humano continuará pergeñando artilugios y nuevos modelos de sacacorchos para hacer más fácil y confortable el momento del descorche, aquel en el que se abren las puertas del placer.

7 comentarios:

Rosa Sánchez dijo...

Bueno, Alberto, eso de que si buscamos en el cajón de cualquier casa encontramos uno habrá que discutirlo... siempre que busco el mío acabando tocando el timbre de la vecina...
Cosas interesantes donde las haya. Buen ejemplo de cómo cualquier cosita tiene también todo un pasado por descubrir.
Un saludo.

Susi DelaTorre dijo...

No hubiese escogido una herramienta tan aparentemente simple para conocer su historia. Será porque no suelo tomar vino...
pero me ha gustado conocer todos los pormenores que nos cuentas.

Gracias, a partir de ahora... los miraré con más detenimiento y atención!

Un abrazo, Alberto!

Alberto dijo...

Así es, Rosa. Todo tiene un interesante pasado por descubrir. Además podría evocarse tantas veces como ha estado presente ese invento en conmemoraciones, reuniones, etc. Lo pequeño se hace necesario para facilitar las cosas.
Cuídate y feliz día.
Besos cariñosos.

Alberto dijo...

Es que, La Sosita, me gusta dar vida a esos objetos que, por cotidianos, suelen pasar desapercibidos y, sin embargo, siempre tienen una historia no pocas veces curiosa.
Feliz día de jueves.
Cuídate y sigue escribiendo.

Mercedes Pajarón dijo...

Yo tengo uno a prueba de torpes, que me ha procurado muchas satisfacciones, porque el tapón sale entero, y no a migas, como antes.

Interesante la historia del aparatejo en cuestión, Albertito. Pues nada, que descorchemos muchas botellas a tu salud! Besósculos embriagadósculos, hip!

Alberto dijo...

Pues sí, a tu salud, Merceditas.
Un brindis por....... el sacacorchos de marras.
Besósculos hipósculos.

Anónimo dijo...

Hola tio. me ha gustado mucho tu cuento del sacacorchos.
¡Cuanto sabes!



Adios tio.

Isabel Gil

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