sábado, 26 de enero de 2008

Buen apetito

Dicen que la comida entra por los ojos además de por la boca. No sé yo si estaría muy de acuerdo con esta afirmación porque entonces, ¿cómo es que uno de mis mayores placeres es el disfrutar de una buena comida bien acompañado, naturalmente?
En fin, quiero contaros un poquillo más de mí y de mis gustos.
Me gusta una buena comida, creo que las tradiciones gastronómicas de cada lugar son uno de sus signos de identidad. Dependiendo de los recursos y de la Historia sus platos típicos se orientarán en una dirección u otra. Probarlos es una forma de acercarse más al lugar que se visita o en el que se vive.
Por eso a mí me gusta saborear cosas de cada sitio. Luego me gustarán o no, tendré el estómago más o menos preparado, pero en definitivahabré adquirido un bagaje cultural del que después podré hablar o recordar.
Creo, ya os digo, que la gastronomía es una cuestión cultural y lo que para nosotros puede ser un manjar para otra civilización puede ser motivo de rechazo y hasta de pecado, y viceversa.
Yo disfruto con su olor, su sabor y su textura.
Si bien es cierto que me encantaría ser diestro entre las sartenes y cazuelas y envidio a quien lo es, sí os digo que disfruto con la sorpresa de lo que comeré, de qué me habrán preparado o cuál será el menú del establecimiento al que vayamos.
Una amiga mía dice también que el hacer un guiso es algo casi mágico, un ritual que recuerda a la alquimia medieval. Los productos dispersos e incomestibles cuando están crudos, se transforman en un plato único, sabroso y apetitoso.
Y esta alquimia mágica se eleva aún más cuando detrás lleva aparejado el amor con que es preparado por la madre, un amigo o un anfitrión/a galanteadora.
A mí la verdad es que me gusta casi todo, pero… una buena paella, unas berenjenas rellenas, un rancho de patatas con conejo, un estofado de ciervo, una merluza con almejas y gulas o un buen bacalao se encuentran entre mis favoritos. Y cómo no, un buen postre: una tarta de queso o de yogurt, un sorbete de mango o unas natillas de las de antes, con su galleta.
Seguro que a cada uno de nosotros se nos hace la boca agua pensando en algo de esto.
Ah, y para saber cómo tenemos el plato a las personas ciegas se nos debe indicar refiriéndose a las agujas de un reloj: la carne a las 6, los champiñones a las 2 y las verduras de guarnición a las 11.
Que aproveche.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que si !! que buen apetito! que rico es comer!! y que pecado que existan pesas!! pues despues de disfrutar una rica comida...duele ver la balanza cerca de una...pero bueno la vida se debe vivir sin importar como nos ven fisicamente los demas...y que te falta probar mis canelones..despues que les sabores me contrataras de ama de llave en tu cocina ...jejejejeje..buen apetito !! y pasar a esta hora donde es justo la hora de cenar..eso si es pecado..que tentacion!!! besitos!!

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