viernes, 5 de octubre de 2007

Homero: una vida errante hacia la fama

Cuenta Herodoto, de forma amena, la vida de Homero. Dice así:

La huérfana Creteidas, oriunda de Cumas, fue seducida y violada. Para huir de la vergüenza de estos actos, su tutor la llevó a Esmirna. Allí, Creteidas, un día que se encontraba dando un paseo por la desembocadura del río Meles, dio a luz a su hijo, a quien llamó, en honor del río, Melesígenes.
El maestro de la población se apiadó de ella y la refugió en su casa durante años.
Con el trasncurso del tiempo, Melesígenes dio muestras de unas increíbles cualidades artísticas que le hicieron gozar de cierta fama entre vecinos y visitantes de Esmirna.
Hasta allí, llegó un día, Mente, el culto patrón de un navío que pronto trabó amistad con el joven. Este marinero recomendó al poeta completar su formación artística viajando con él a bordo de su barco. De esa forma vería y aprendería cosas sobre el mundo que podrían servirle en sus creaciones. El poeta aceptó y se marchó de Esmirna, dispuesto a recorrer mundo de la mano de su nuevo amigo.
Volviendo de Iberia y de Italia, el barco arribó a la isla de Itaca. Melesígenes tuvo que quedarse en la isla, aquejado de una enfermedad de los ojos. Los negocios de Mente debían continuar por lo que la expedición marchó sin el poeta. Pero, antes de partir, el patrón dejó al joven al cargo de un amigo suyo que vivía en la isla. Fue allí donde comenzaría a familiarizarse con las aventuras de Ulises, uno de los grandes héroes de todos los tiempos.
Mente volvió a pasar por Itaca y Melesígenes, recuperado de su dolencia embarcó de nuevo y estuvo viajando con su viejo amigo durante largo tiempo. Hasta que un día, perdió la vista de forma definitiva y tuvo que renunciar a los viajes.
Desde ese momento se convirtió en un personaje errante que, sin éxito, trataba de vivir de su poesía.
Su suerte cambió en Cumas, donde alcanzó gran fama hasta el punto de solicitar que se le alimentara con cargo al herario público, pues su arte era motivo de gloria para toda la ciudad. La cuestión llegó hasta la asamblea, donde el propio poeta defendió su causa. Pero uno de los príncipes se negó a secundarla e hizo ver a los demás, que de hacerlo, la ciudad se llenaría de ciegos y parásitosque tratarían de vivir a expensas de Cumas.
Como este príncipe utilizó la palabra Omhro, para referirse al ciego, comenzó a conocérsele desde entonces con ese nuevo nombre.
De nuevo Homero se convirtió en un vagabundo hasta que Testónides, un maestro de escuela, que moraba en Focia, se brindó a mantenerlo a cambio de una copia de todas las obras que hubiera creado.
El poeta accedió y allí compuso “La Iliada”, pero Testónides le engañó y se marchó a Kíos, donde se hizo famoso gracias a las composiciones de Homero.
Al enterarse de la traición del maestro, decidió, sin perder más tiempo, marchar tras él. El viaje hasta Kíos no fue fácil y después de múltiples adversidades, consiguió llegar a las proximidades de la ciudad.
Allí, el pastor, Glauco, le hospedó y le presentó a su amo, el cual le encargó la educación de sus hijos
Este tipo de encargos era muy frecuente en la antigua Grecia, confiando en un literato para tal menester.
Aquellos fueron años tranquilos para nuestro protagonista, en los que su labor docente no le impidió componer muchas de sus obras.
Paulatinamente, su fama como poeta fue acrecentándosehasta que llegó a desbancar al traidor Testónides como poeta de la ciudad. Fue, sin duda, la mejor de las venganzas, además de todo un símbolo de la propia superación de Homero.
En Kíos, el poeta ciego ganó el dinero suficiente para casarse y tener dos hijas.
Su fama crecía sin cesar y, antes de marchar a Atenas, importunado por la popularidad de la que gozaba entre el pueblo, compuso “La odisea”.
Ese invierno, en la pequeña isla de Íos, enfermó y murió, siendo sepultado en la playa
Suele situarse la existencia de Homero en torno al siglo IX A.C. y parece que fomentó losambientes cortesanos por las detalladas descripciones que hace de estos ambientes en sus obras.
Por último, se viene especulando acerca de la existencia real de Homero, pero, encualquier caso, para mí encarna muchas de las potencialidades de una persona privada de la visión: capacidad narrativa y fantasía creadora, espíritu de superación y el dejar huella para el futuro con sus actuaciones

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