miércoles, 17 de septiembre de 2008

Castillos del Loira

Os invito a un paseo por el renacimiento francés, por el lujo y por la intriga en un tiempo de pasiones.

INTRIGA, ADULTERIO, CONSPIRACIÓN, PASIÓN SECRETA Y CASTILLOS REALES. Parece una receta para cocinar una novela épica... o un guión de película. Incluso
podría servir de breve descripción de una película clásica La Reine Margot (dirigida por Patrice Chéreau y protagonizada por Isabelle Adjani), una adaptación
de una novela homónima de Alexandre Dumas (padre), o de muchas más obras literarias de Víctor Hugo o de Honoré de Balzac.
Haciendo caso omiso de los fragmentos ficticios, sin embargo, los componentes históricos prestan un contexto muy verídico para entender mejor la historia
de los suntuosos palacios de una de las regiones más visitadas de Francia: el valle del Loira. El tramo corto del río Loira -(la vía fluvial más larga
de Francia) entre Orléans y Saumur es, tanto en lo literal como en lo figurado, el lazo conectivo en una zona de Patrimonio de la Humanidad con la mayor
concentración de castillos que en cualquier otra parte del mundo (se construyeron 27 entre los siglos XIV y XVIII).
No causa sorpresa que el valle del Loira, que cobró auge cuando la ciudad de Blois era la corte principal de la monarquía del siglo XV, sea uno de los destinos
más visitados en la nación, luego de París, bien sûr (por supuesto). Se conoce esta región como el Valle de los reyes, en obvia alusión a la realeza que
residía en fortalezas majestuosas, lejos de las intrigas y los ojos vigilantes de París.
La Reine Margot es una verdadera presentación en la pantalla grande de las realidades del siglo XVI. Por ejemplo, en el Château de Chenonceau, uno de los
diseños decorativos repetidos es una H al lado de dos C entrelazadas. La H representaba al rey Enrique II, pero ¿acaso las C entrelazadas sugerían el motivo
de la media luna de su amante favorita, Diana de Poitiers, o la primera inicial de su reina, Caterina de Medici? Los famosos monogramas aparecían en oro
sobre el hogar de la habitación favorita de Diana, donde sin duda ella los admiraba; Caterina consideró también guardarlos al mudarse, ya viuda, a Chenonceau.
El edificio, también conocido como Château des Dames, cuenta con jardines, salas y habitaciones impresionantes, el pabellón en la torrecilla (construido
por la aristócrata Catherine Briconnet, entre 1513 y 1521) y el gran legado de Diana... el puente sobre el río Cher. Aun con todo eso, cobró fama por las
intrigas y rivalidades. Luego de la muerte del rey Enrique II, Caterina desalojó a Diana de Chenonceau, estableció allí residencia y techó el puente para
convertirlo en un salón de baile. Madame de Poitiers se vio obligada a mudarse a otro castillo, situado en Chaumont-sur-Loire. Un detalle curioso: justo
al lado del dormitorio que una vez ocupara la amante en Chenonceau, Caterina estableció el Estudio Verde, desde donde gobernó Francia. Dos hermosos jardines
clásicos dominan el terreno del castillo: el mayor era para Diana, la favorita del rey; el más pequeño y más íntimo fue construido para Caterina.
Caterina era una reina poderosa y omnipresente que dejó su huella en otras estructuras imponentes con historias turbulentas. En la actualidad, el Château
de Blois, que fuera la corte principal, consta de cuatro palacios. El ala François I contiene las cámaras secretas de Caterina donde, según dice la leyenda,
preparaba espantosas pócimas venenosas. Si usted tiene por objeto sumergirse en este mundo de pasiones, debería visitar el Château de Beauregard, a unos
kilómetros de Blois. El castillo, originalmente un hotel de caza para François I, ahora es famoso por la gran colección de retratos de reyes, sus amantes
y famosas cortesanas. Las costumbres apasionadas de la realeza del siglo XIV al siglo XVII están ilustradas 19 kilómetros en más de 320 lienzos.
En medio de un bosque se encuentra Chambord, otro castillo importante, de Blois. Este edificio magnífico, que destaca por sus torres y chimeneas múltiples,
es el mayor castillo de la región, aunque se lo usó principalmente de hotel de caza de grandes dimensiones, con 440 dormitorios y 700 salamandras (el emblema
de François I, cuyo reinado se extendió de 1515 a 1547) esculpidas en los cielorrasos, puertas y paredes. Debido a su estilo renacentista, se conoce a
Chambord con afecto con el nombre de Versailles del Loira. Los historiadores creen que su construcción comenzó en octubre de 1519, cuatro meses después
del fallecimiento de Leonardo da Vinci, a quien se le atribuye el diseño original, en particular la gran escalera de doble revolución, por la cual dos
personas ueden ascender sin encontrarse. Otro atractivo es la habitación de Luis XIV, el rey Sol, la más lujosa de todas.

4 comentarios:

brujita dijo...

Gracias a conocer a un erudito en la materia he dado un agradable paseo por los maravillosos castillos del Loira, y un poco también por los secretos de alcoba de un rey... Buenas noches Alberto.

Sonrisa de luna dijo...

pos mira esta noche me voy a la cama sabiendo algo mas, un recorrido por la historia jajajajjaajaj que nunca viene mal

buenas noches cielo y que tengas dulces sueños, muack

Sin Hora De Cierre dijo...

Hola.
Una vez más o por primera vez vengo aquí para “venderte” un concurso de Micro-relatos, jeje.
Hemos vuelto.
Literatura en Murcia, quiere invitarte a que participes en este modesto concurso.
Pues nada, te esperamos.

http://literaturaenmurcia.blogspot.com

Un saludo, Raúl M.

Merche Pallarés dijo...

Querido Alberto para no ver ¡has visto mucho! Muy interesante el periplo por los castillos del Loire. Gracias. Besotes, M.

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