Cada vez es más común poder encontrarnos el braille no sólo en el ámbito de libros y escritos, sino en muchos aspectos de la vida diaria que hacen la vida más fácil a las personas que utilizan este sistema de lectoescritura.
Imaginemos por un momento que cuando volvemos de la compra diaria del supermercado o la farmacia las cajas y envases no estuvieran rotuladas sin saber qué contiene cada una, siendo toda una sorpresa cada vez que tuviéramos que abrir una lata o envase: nos tomaríamos unos mejillones en vez de unos guisantes, una aspirina en vez de una vitamina, etc… Para evitar esto, tendríamos que tomarnos nuestro tiempo en rotular y etiquetar cada envase para que esto no ocurriera. Cualquier ciudadano, como consumidor, protestaría ante esta circunstancia.
Sin embargo, para muchos ciudadanos, las personas ciegas, esto forma parte de su rutina diaria a no ser que los productos vengan también etiquetados en braille. El braille en estos casos facilita la vida diaria.
Igualmente lo hace a través de otras muchas formas: afortunadamente cada vez es más común encontrarnos con señales de la vida diaria que incluyen el braille: botones de ascensores, rótulos señalizadores de dirección o de localización.
Muchos usuarios de este sistema lo utilizan también para organizar su vida de forma más eficiente: rotular los cd para escuchar la música preferida; incluir etiquetas en la ropa para saber que se va conjuntado; incluir el braille en juegos de mesa para poder competir en torneos de mus o dominó al igual que sus contrincantes; saber qué botones ha de pulsar en una lavadora o cocina para que funcione correctamente.
El braille también está presente en las actividades profesionales y formativas. Cualquier profesional en su trabajo diario tiene que manejar información escrita, cualquier estudiante precisa leer para retener los temas de los que se ha de examinar. En el caso de las personas ciegas, el braille cubre estas necesidades perfectamente.
Por supuesto, un ámbito muy importante donde el braille también está presente es la cultura y el ocio: poder leer el último best-seller, conocer los contenidos de un museo a través de la señalización de piezas con cartelas, disponer de mapas en relieve con información en braille para hacer una ruta turística.
En suma, el braille es algo más que un sistema de lecto-escritura para las personas ciegas: es una herramienta que les permite vivir con mayor autonomía y normalidad.
jueves, 18 de diciembre de 2008
El braille y mi vida diaria
Publicado por Alberto en 12:55 p. m.
Etiquetas: अ Así soy
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4 comentarios:
Maravilloso el braille...pero tengo muchas dudas:
como podeis acceder a libros ¡serán carísimos¿NO?... y los electrodomésticos,¿existen ya con teclas en braille?
Como veras estoy pez total...
besitos
Bueno, me encanta que podamos hablar de ello.
LOs libros en braille nos los proporciona la ONCE ya adaptados por 3 euros y también revistas propias de temas diversos muy baratas. Es una de las funciones de la ONCE el adaptar los libros para que sean accesibles a los ciegos y a cambio estamos exentos de derechos de autor.
En cuanto a los electrodomésticos no están adaptados casi ninguno y los pocos que hay, además de ser muy caros, su adaptación consiste en ir hablando a través de blutuck lo que es un engorro. Ya cocomentaba otro día cómo se nos va complicando la vida en el hogar, pues cada vez son más los dispositivos con pantallas táctiles que para un ciego es algo inaccesible.
Todo esto es una de las razones por las que decidí crear Tiflohomero, para dar a conocer nuestra problemática, alzar la voz.
Buen día.
Siempre me ha gustado el sistema
braille e incluso desearía aprenderlo, aunque me parece muy difícil.Para el ordenador, ¿utilizas un teclado en braille?
MANRIQUE: No es difícil, lo que pasa es que para escribir te hace falta una máquina especial. Yo hice un cursillo de 20 horas para profesores y nos lo pasamos muy bien y aprendimos un montón.
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