viernes, 25 de julio de 2014

Visita al Museo Arqueológico Nacional



Como ya dije el miércoles, ayer tarde visité el MAN, interesado en comprobar de primera mano, que no a primera vista, cómo era esa accesibilidad que tanto se había pregonado a partir de la inauguración del Museo el pasado 1 de junio.
Con Paco Alvarez y Diego Cruz me dirigí a él, ilusionado y curioso.
Había descargado previamente una app para Ios y esperaba descargar más puntos informativos a modo de audioguía, locuciones, conforme se dice en ella, a partir de su conexión wi-fi.
El Museo está muy bien y no se recorre en un par de horas, ni mucho menos. Nos faltó tiempo. Consta de 36 salas a lo largo de tres plantas en torno a una especie de patio grande acristalado, por el que penetra la luz. Abarca toda nuestra Historia desde los albores de la humanidad hasta el siglo XIX con infinidad de objetos de la vida cotidiana, adornos y ofrendas, esculturas y demás.
Del Museo, sin duda que conoceréis la Dama de Elche o el Tesoro de Warrazar. Pero hay muchas más piezas, desde los cantos rodados de sílex, hachas y puntas de flecha, momias, esculturas, hasta una amplia colección de monedas y distintos medios de pago. La Dama de Baza, las figuras de Libia y Tiberio, ánforas…
Esto a nivel general. En cuanto a la accesibilidad:
Yo no pagué los 3€ que cuesta la entrada. No me habría importado hacerlo, sabedor de que iba a poder tocar cosas.
Hay lo que llaman estaciones táctiles que son conjuntos temáticos de réplicas con información que se puede tocar. No olvidaré esa crátera griega tan elaborada, ese escudo de legionario o esa hoja de té que se usó como moneda en la antigua China.
Respecto de la app, como he dicho la traía descargada de casa, pero no fui capaz de descargar todo lo que anuncian. Además, luego me dijeron que había otra app relacionada con las estaciones táctiles. ¿No sería más lógico que en una sola se englobara toda la información?
Está muy bien eso de tocar réplicas, pero son muy pocas respecto a todo lo que se expone.
Total que, ratificando que el avance producido en accesibilidad ha sido importante, no me parece que sea  la meta.
Al no poder descargar en el Iphone la información, preguntamos y nos dijeron que es que disponían de muy poca banda de datos y que se saturaba, que solicitáramos la audioguía al precio de 2€. No es por el precio, si no que ya que se hablaba tanto de modernidad, pues quise ponerlo en práctica con mi Iphone. En fin.
Cierto es que lo bueno es enemigo de lo mejor y, entre no poder tocar nada, siempre las maladadas vitrinas se encargan de recordármelo, y unas pocas réplicas, es mejor esto que nada, pero aspiro a cumplir el sueño de acceder a lo original. Si los que ven, ven piezas originales, ¿por qué los que no vemos no podemos tocar las auténticas también? ¿Es que un mosaico de 2 metros cuadrados se va a pulverizar porque los dedos de algún que otro ciego chalado como yo, se posen en él?
Y cómo no, me dio por tocar más cosas aparte de lo que estaba predeterminado y una simpática vigilante me echó el alto. Sólo podíamos tocar lo que había en las estaciones, nada de originales como la leona con cara de mujer, figura antropomórfica o algunas estelas funerarias, una y otras de piedra. No digo nada de la chica, que bien simpática fue y dijo que por esa vez hacía la vista gorda, pero qué queréis… no me gustó.
No nos dio tiempo a pasar por la tienda, no por haber comprado nada, aunque a lo mejor también, si no por ver si disponían de réplicas para vender de la citada Dama de Elche o de un estupendo escriba egipcio, etc.
Menos mal que mi querida amiga Ana, ella de Elche, me la trajo hace un par de años y al preguntarme que si sabía qué era, le señalé con el dedo y afirmé, sin dudarlo, que era ella, jajajajjaja, la dama de Elche, jejejje.
Buenas noches y buen fin de semana.


  

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