No quiero terminar este sábado sin compartir una noticia que me ha emocionado esta mañana. Ya veréis con qué poca cosa se conforma este cegato.
Resulta que me he ido a sacar los billetes de tren, para mi próximo viaje, a la estación de Atocha. Podría haberlo hecho a través de una agencia de viajes cercana a mi casa, pero por aquello de dejar la comodidad de lado y sentirme bien, además de ahorrarme la correspondiente comisión, allá que me he dado el paseíto, no más de 15 minutos.
Como toda estación ferroviaria o de autobuses, ésta es muy complicada para moverse para alguien como yo, como diríamos bastante inaccesible.
Pues bien, bastón en ristre, he llegado a la taquilla, me han atendido y a la vuelta, he decidido volver en Metro, que para ciegadas, ya había valido.
Cuál no habrá sido mi sorpresa que al dirigirme a ese objetivo, he descubierto (como el que descubre un tesoro) que habían puesto un encaminamiento que conducía hacia los torniquetes de entrada al Metro.
¿Qué es eso de un encaminamiento? _os preguntaréis_.
Pues no es ni más ni menos que un pasillo de textura diferente colocado encima del suelo que, al deslizar mi bastón sólo tengo que seguirlo conduciéndome allá donde me costaría mucho más llegar sin esa referencia. No se trata de cambiar el pavimento, si no de instalar un revestimiento de otro material y ya. Algo sencillo, no muy costoso pero, os lo aseguro, muy útil.
El problema, una vez que se ha conseguido que lo pongan, es que la gente se conciencie y no ponga obstáculos sobre esa superficie en relieve.
Ojalá que esa pequeña adaptación prolifere en calles y espacios abiertos, pero, eso sí, que se haga bien, que no se convierta en un laberinto de pasillos que uno no sepa cuál seguir.
Y qué queréis, he venido muy emocionado porque, por primera vez, he transitado sin dar tumbos por la estación.
Espero que desde hoy penséis un poquillo más en algo tan sencillo pero tan necesario para los ciegos y que, en la medida que podáis, reclaméis más caminitos como ése. Ya se sabe…
“Por el camino rugoso que va el ciego…”
sábado, 6 de febrero de 2010
Una buena noticia de accesibilidad
Publicado por Alberto en 10:43 p. m.
Etiquetas: Así soy, http://museo.once.es/
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2 comentarios:
Hola Alberto, me alegra saber que de vez en cuando surgen cosas buenas, aunque sea algo tan simple como echar un revistimiento al suelo que como tu mismo has comprobado sirve para facilitar el tránsito de los viandantes ciegos.
Un abrazo.
A veces parece mentira que alguien piense en hacer algo tan sencillo y al mismo tiempo tan útil. En fin, no le demos más vueltas y celebrémoslo!
Que tengas un feliz domingósculo, Albertito! Mil besósculos!!!!!
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