jueves, 25 de febrero de 2010

¿Vuelve la economía del trueque?

Esta noche de jueves me apetece compartir una reflexión a la que me ha llevado la lectura de un artículo sobre las nuevas fórmulas de intercambio frente a la crisis económica actual, aunque quizá no sólo sea una crisis económica, si no también social.


Resulta que se habla ahora de tendencias tales como el aprovechamiento de sinergias, los bancos de tiempo o el boock crossin. Todo ésto, y otros conceptos similares, aluden a la no utilización del pago mediante la moneda por la prestación o el disfrute de servicios.
Me resulta curioso que se vuelva, bien que disfrazada de tecnicismos anglicistas, a la primera forma de intercambio en las sociedades primitivas: el trueque. Que después de tantos siglos de civilización, en una época de declive se acuda a la esencia primigenia.
Que cada vez proliferen más iniciativas de compartir conocimientos y habilidades sin mediar el pago dinerario o que se deje al albur de quien pueda leerlo, un libro y se confíe en que al cabo del tiempo, éste será devuelto a su dueño original. Que una empresa ofrezca sus servicios a cambio de recibir alojamiento web y otras iniciativas similares que, a partir de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y las redes sociales, vaya calando esta nueva forma de sobrevivir a la actual situación. Se trataría de especializarse en ofrecer lo que mejor se sepa hacer para entregarlo a cambio de necesidades que, aun no pudiendo afrontarlas mediante desenvolso económico, sí pueda llevarse a cabo mediante esa especialización.
Vaya, vaya. Después de haberme tenido que aprender a manejar entre billetes y monedas varias ¿va a resultar ahora que a cambio de tener quien me acompañe a dar paseos o visitar lugares de interés cultural, yo ofrezca mi compañía de cegato chalado. ¿Volveremos a intercambiar trigo por tejidos o calzado? Vaya usted a saber dónde vamos a ir a parar. Qué tiempos éstos, Señor,Señor.

1 comentario:

Mercedes Pajarón dijo...

Desde luego, esto del trueque no es nada nuevo. Ya lo defendía hace muchísimos años el cantante Demis Roussos con su "Truequetruequetrueeeeque", ¿te acuerdas?

Bromas aparte, ¿qué te parece si predicamos con el ejemplo? Tú me ofreces excelsas naranjas madrileñas, y yo a cambio te doy una tarta de queso...¿Hace, o no hace?

Besósculos de plácido y animado fin de semanósculo! Mua!

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