domingo, 28 de febrero de 2010

Los amores d Perejil

Espero recordéis a ese lorito tan simpático, que me ha dado por inventar, con el solo objetivo de haceros sonreír.
Acá va un nuevo episodio de sus alanzas, que no andanzas. Que cumpla su fin de alegraros.


-¡Zocorrooooo! ¡Aucilioooo! Záquenme d’aquí.
-¿qué alboroto es éste? Qué escándalo.
-Que quiero volvé con mi ceñó Romuardo.
-Pero bueno, ¿no me enaveaste (que engatusaste no suena bien en un loro) pa que te dejase estar entre mis gallinas? Y ahora me vienes con éstas. Qué antojadizo.
-Ez que, ceñá Roza. Zuz gallina zon mu brávaz.
-Toma, pos claro. ¿Qué te creías, loro del demonio? Que mis ponedoras son como tién que ser. Na de melindres. Anda, anda. Sal del corral. Que veo que pa l’único que sirves es pa aletear con tu dueño. Que mu pinturero y mu galanudo pero un blando pa mis chicas picoteras.
-Oiga, oiga; zin ofendé. Que uno ha tenido amórez con lo ma granao de la loreria. Y zi no que ce lo digan a la guacamaya Jacinta que tenía en la finca de zu palacio er gobernadó der brací.
-Que sí, que sí. Graznarás lo que quieras, pero con mis gallinas no has podido. Jjejejejej. Es que son como su dueña: rumbosas y echás pa lante.
-Uuuuffff. Por fin ar aire libre.
-Pero qué pinta sacas. Jaajajja. Si paice que t’an desplumao. Jajajja
-Calle uzté. Que pa rato vuelvo por aquí. Ezpero ca mi Romuardo no ce l’ocurra llevame de gira. No ce ría ceñá uzté q’uno tié zu orgullo.
-Ala, ala _¿qué si no?, jajajaja?_ . Vete a picotearte tus plumas con el señó Romualdo. Así escarmentarás y dejarás de ir por ahí tan ufano. Que ser el loro guía del señor secretario no te da derecho a creerte el amo de todo. Se t’está pero que mu bien empleao.
El loro se marcha alicaído y picobajo, para la casa de su dueño, que ya se ha arreglado para salir a dar el paseo matinal de cada mañana. Más en unos días en los que la primavera, en Cascajales del Río, ya reina en todo su verdor aromático.
-Hombre, ya de vuelta. Pensé que me habías puesto los espolones con la gallina de la Rosita y que ya no volverías conmigo. Y qué, ¿cómo te fue? ¿Cuándo tenemos boda gallinil?
-Ay ay. No, no. Que me quedo con uzté. Que yo cortejadó zoy un rato largo, pero no quió zabé na d’una zoberbia dezagradecía. ¿Zabe una coza? Quecectá mu bien aquí, a zu lao.
-Bueno, bueno. Y qué, ¿has desayunado por el camino? ¿O te tendré, encima de que te me vas de juerga caponera preparar la colación? Een fin, menos mal que te tengo buena ley. Anda, toma lo tuyo y descansa que se te oye muy poco garboso. Mientras, yo saldré al poyo de la puerta a saludar a la mañana.
-Ci no fua por uzté.
Perejil moquea emocionado y sensiblón por el pico. Esa noche ha aprendido una lección: que las aves-mozas de esos parajes no son para él. Que mucho cascabel y muchas naranjas pero a él le van las melosotas pajareras de su Caribe natal. Que ahora entiende por qué su señor está soltero.
-¿Qué gorgojeas por lo bajini?
-Que no quió zabé na de gallínaz ni de pávaz. Y q’hace uzté mu bien eztando como eztá.
-Ba, que aquí hay zagalas de bien querer, pero yo siempre anduve entre legajos y tintas, sin tiempo para galantear. Que aún tengo la ilusión de que alguna moza fije los ojos en mí, aunque yo ahora no podré fijar los míos en ellas. Pero bueno, ya me harás tú de ojeador.
-Poz como tenga que cer yo… después de lo d’ecta noche…
-Bueno, bueno. Que pájaras no querrás, pero escotes bien que sé que te gusta picotear. Así que nada de mustieces y vamos a que me alegres la vista con tus picoteos.
-Ezpere uzté que ce m’han quedao miz plúmaz mejórez en er gallinero. Deje que me empoztine únaz que tengo de repuezto en er tocadó lorero.
-jajajaja. Qué bicho más presumido. Perejil mío, cuántas alegrías me das. Recuérdame que escribamos al bueno de carlitos para contarle de tus alanzas y decirle lo mucho que has alegrado mis días de tinieblas.
-Poz lo q’uzté mande, que pa ezo eztámoz.
Loro y amo se dirigen a la vereda entre chopos y castaños. ¿Se encontrarán con alguna… ejem, ujum, pajarita?










5 comentarios:

ChusdB dijo...

¡divertido,mu divertido, zi zeñó!

Rosa Sánchez dijo...

Pero qué entretenido y original, Alberto. Me ha encantado esta nueva parte del loro más simpático que he tenido la oportunidad de conocer. No le ha estado mal la experiencia gallinera... por meter el pico donde no le llaman, je,je. Por cierto, habrá salido del gallinero para darse un buen bañito, ¿no? Porque ya sabes el refrán: "más sucio que el palo de un gallinero".
Un cordial y risueño saludo. A ver si sigue la saga.

Mercedes Pajarón dijo...

Pues ujum, ejem, menudo pájaro está hecho este Perejil, ja, ja, ja!!! Fíjate si no me fío de él, que he leído sus nuevas aventuras con jersey de cuello alto, tanto es mi temor hacia ese pícaro pico. Anda, ¿será "pícaro pico" una dupla aliterada? Al menos, acéptala como dupla alada, je, je...

Bueno, pues me pongo la pajarita y me voy...¿o no era precisamente una pajarita, lo que buscaba el simpático lorito?

Besósculos celebrósculos! Mua!

Minoe dijo...

Uy, uy, uy... me parece que el creador de Perejil debe de andar muy liado, porque hace días que no dice ni pío por aquí... (y nunca mejor dicho lo del pío, jeje)

silvia zappia dijo...

vaya pájaro!jaja!
aliterada dupla la del pícaro pico!

mil besos, ALberto!

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