miércoles, 10 de febrero de 2010

La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces.

Este proverbio de origen persa me parece muy acertado.
Qué no podría yo contaros de la paciencia?



Suele hablarse de tenacidad, tozudez o empeño cuando alguien como yo supera metas, pero sin esa virtud de paciencia, tan difícil de alcanzar, no sería nada fácil lograrlo y, muchas veces, los nervios serían padres de no pocos momentos de zozobra e infelicidad.
Así que… mucha paciencia para saber esperar, aprender a perseverar y creer en que merece la pena hacer mucho acopio de ella.
Y hablando de paciencias, quiero mencionaros unas exquisitas pastas originarias de la localidad Soriana de Almazán que llevan ese nombre. ¿Por qué? Pues porque para comerlas hay que ir poco a poco saboreándolas de lo duras que son. Duras sí, pero muy dulces. Ojalá tengáis la ocasión de probarlas.

1 comentario:

Mercedes Pajarón dijo...

¡No me hables de esas paciencias que se comen! Mi hermano pasó un verano en Soria y me trajo esas galletitas que llegaron a ponerme realmente muy nerviosa!!

Por lo demás, estoy de acuerdo contigo... aunque a veces cueste controlarla.

Un besósculo de feliz juevósculo!!

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