Desde su charco una parlera rana oyó cacarear a una gallina.
–Vaya –le dijo–, no creyera, hermana, que fueras tan incómoda vecina. Y con toda esa bulla, ¿qué hay de nuevo?
–Nada, sino anunciar que pongo un huevo.
–¿Un huevo solo? ¡Y alborotas tanto!
–Un huevo solo; sí, señora mía. ¿Te espantas de eso cuando yo no me espanto de oírte como graznas noche y día? Yo, porque sirvo de algo, lo publico; tú,
rana, que de nada sirves, calla el pico.
MORALEJA: Si tienes que alardear por algo, que sea por algo útil.
Tomás de Iriarte
lunes, 10 de noviembre de 2008
La rana y la gallina
Publicado por Alberto en 8:56 p. m.
Etiquetas: Fábulas
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2 comentarios:
¡Cuanta Rana tenemos en el mundo!...por ejemplo en el de la politica.
Besitos.
Hola Alberto!
No conocía esta fábula de Iriarte; es muy graciosa.
Es la primera vez que entro en tu blog. Estuve en tu pueblo hace muchos años.
Un saludo!
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