Uno de los cantos más maravillosos de un ave que se pueden escuchar corresponde a un pequeño pajarito que vive en la selva amazónica y que se llama Uirapurú.
El Uirapurú está revestido de misticismo. Esto se debe a que, además de ser un canto de extrema belleza, tiene el aditivo de ser difícil de escuchar. Primero
porque es un pájaro que vive en plena selva. Segundo porque emite su canto unos pocos minutos a la mañana, y lo hace mientras hace su nido, lo que hace
durante cerca de quince días al año. Nada más.
Las leyendas que circulan en torno a este pájaro son variadas. Se habla de un joven guerrero, un enamorado y hasta de un dios que bajó a la tierra convertido
en ave, lo que explica la calidad, sencillez y belleza de su canto.
También se cuenta que era el joven más hermoso de la tribu, amado y codiciado por las mujeres del lugar, pero que murió tempranamente en una batalla. Los
lamentos de las mujeres de la tribu fueron escuchados por Dios quien transformó el alma del guerrero en un hermoso pájaro, que, como el joven, es difícil
de encontrar, pero que llena con su canto el espíritu de quienes lo escuche.
Pero la versión más conocida en el Brasil dice que el joven se había enamorado de la esposa del cacique, pero como esto era un amor imposible, el joven
rogó a Tupá que hiciera desaparecer ese dolor del amor, por lo que el dios lo transformó en un ave. En un ave con un encanto especial al que llamó Uirapurú,
que, por cierto, significa el pájaro que no es pájaro.
Así, una vez convertido, el joven cantaba todas las noches a su amada para hacerla dormir. Pero el cacique, encantado con su voz, quiso poseer al pájaro
para que cantara para él. Fue entonces cuando el Uirapurú se alejó para siempre de la tribu y de su amada para trinar en la selva, para todos y para nadie.
Se dice que escuchar su canto trae suerte a quienes tienen este privilegio. Algunos buscan sus plumas como fetiche de buenaventura. Se cree que gracias
a ello los hombres tendrán prosperidad y las mujeres encontrarán el amor.
Un aspecto encantador de este pájaro es que cuando canta, esos pocos minutos al año, el resto de la selva amazónica se calla. Todas las aves, animales,
y hasta el río dejan de sonar para poder disfrutar de la magia del canto del Uirapurú.
miércoles, 1 de octubre de 2008
El uirapurú
Publicado por Alberto en 4:48 p. m.
Etiquetas: दे De viajes
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1 comentario:
Encantador el relato del uirapurú...quizás de él venga el dicho "el que canta su mal espanta".
tu historia huele a humus, verde, calor y amaneceres...
Un abrazo.
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