Los árboles, el bosque, nos hace evocar, a algunos de nosotros, la magia. Todo un mundo de sensaciones atávicas que se remontan al principio de los tiempos, aquellos en que el género humano daba sus primeros pasos.
Pues bien, algo de eso pude sentir ayer, cuando realicé una excursión de senderismo a algunos pueblos de la vertiente segoviana de Somosierra: Sigueruelo, Prádena y Santo Tomé del Puerto.
Un grupo de ciegos y acompañantes, visitamos un sabinar o bosque de enebros, un acebedo y algunos robles.
Pudimos tocar sus cortezas, sus troncos, sus hojas. Sentir su energía centenaria, su calidez y pensar en su inmutabilidad a pesar del paso del tiempo. Pero también de lamentar cómo se destruyen de forma inconsciente e innecesaria.
Vimos un árbol llamado La Enebra, una sabina de 800 años de antigüedad, 8 ms. De perímetro de tronco y 15ms. De altura.
En el acebedo notamos el crujir del suelo, alfombrado de hojarasca, y percibimos su ambiente umbrío y silencioso.
Comimos en un merendero muy tranquilo, de bocadillos, en amena charla y tranquilidad, acompañados de un clima muy agradable.
Las monitoras, pertenecientes al programa denominado “Abraza los árboles”, que pretende recuperar esos ejemplares que aún existen a lo largo de nuestro país, característicos por su longevidad u origen legendario, nos describieron el entorno y nos hicieron sentir la belleza que íbamos recoriendo.
Realmente fue un día muy agradable, ahora que el tiempo otoñal viste de colores ocres, rojizos y verdes azulados, el campo.
Salir al encuentro con la naturaleza, sentir su legado, relajarse con un buen paseo, y mejor compañía, os aseguro que es todo un placer.
domingo, 5 de octubre de 2008
Un día en el campo
Publicado por Alberto en 9:03 p. m.
Etiquetas: दे De viajes
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2 comentarios:
¡Qué bien te lo pasas! Me alegro de que fueras al bosque. El contacto con la naturaleza sana.
Ya me preguntaba yo en que andabas que no se notaba tu presencia por el blog.
maravillosa tu excursión por lo que cuentas, seguro que habrás quedado como nuevo.
Un besote.
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