Desde aquel 28 de septiembre del año pasado en que me presentaba parece increíble, pero así es: llego con ésta a la entrada número 100. Creo que voy cumpliendo el propósito con el que lo comencé.
Os lo ponía entonces y lo ratifico ahora: el hablar de mí no es por pedantería o afán de protagonismo, sino por hacerme más próximo y, sobre todo, por ayudar, ojalá que así sea, a daros ilusión al ver cómo, con esfuerzo, apoyo y ganas pueden conseguirse muchas cosas.
Recuerdo cómo aquel chaval de veinte años que se tropezaba contra las señales de tráfico, se saltaba los escalones, se daba golpes al modo de Rompetechos y empezaba a dejar de ver a las chicas al conocer que otras personas en su misma situación, incluso con mayores problemas de salud que él, hacían cosas, soñaban con hacerse presentes y encima se divertían, mi mundo cambió. Como a mí me ayudó aquello siempre he querido que mi ejemplo pudiese ayudar a otras personas a que fuesen un poquito más felices.
Bueno, en Así soy os he ido contando mis recuerdos, cómo me las apaño en el día a día y mis gustos. Seguro que os iré contando más cosillas. Espero que algunas de ellas os arranquen una sonrisilla.
Y los cuentos. Cómo no iba a dejarlos aquí. Compartirlos con vosotros que me dedicáis vuestro tiempo. Al menos que a quienes os gusta leer que tuviéseis algo mío. Es además otra forma de expresar mi forma de ser y de pensar.
Y luego, claro: libros, canciones, imágenes bonitas que adornen a Tiflohomero.
Y esa canasta de flores, cómo no. ¿Quién se resiste a sonreír a una chica que me ayuda, me ofrece su brazo, me dedica un pensamiento… Al menos que se alegre la vista. Os la ofrezco con cariño y total gratitud. Yo, cegato ya, viejote y medio calvo; tener la suerte de recibir visitas femeninas… pues había que agradecerlo de alguna forma.
Ya os he comentado, me gustan las cosas pequeñas, los detalles, un gracias, una sonrisa. Es mejor esto que no grandes palabras o alharacas.
Y para terminar, gracias a quienes dejáis comentarios. Es todo un lujo.
Por todo ello, porque me dedicáis vuestro tiempo y estímulo, no puedo defraudaros: seguiré dejándoos lo mejor de mí en este espacio para que os merezca la pena y me ayudéis a darlo a conocer.
Como siempre: muchas gracias, muchos besos.
Os lo ponía entonces y lo ratifico ahora: el hablar de mí no es por pedantería o afán de protagonismo, sino por hacerme más próximo y, sobre todo, por ayudar, ojalá que así sea, a daros ilusión al ver cómo, con esfuerzo, apoyo y ganas pueden conseguirse muchas cosas.
Recuerdo cómo aquel chaval de veinte años que se tropezaba contra las señales de tráfico, se saltaba los escalones, se daba golpes al modo de Rompetechos y empezaba a dejar de ver a las chicas al conocer que otras personas en su misma situación, incluso con mayores problemas de salud que él, hacían cosas, soñaban con hacerse presentes y encima se divertían, mi mundo cambió. Como a mí me ayudó aquello siempre he querido que mi ejemplo pudiese ayudar a otras personas a que fuesen un poquito más felices.
Bueno, en Así soy os he ido contando mis recuerdos, cómo me las apaño en el día a día y mis gustos. Seguro que os iré contando más cosillas. Espero que algunas de ellas os arranquen una sonrisilla.
Y los cuentos. Cómo no iba a dejarlos aquí. Compartirlos con vosotros que me dedicáis vuestro tiempo. Al menos que a quienes os gusta leer que tuviéseis algo mío. Es además otra forma de expresar mi forma de ser y de pensar.
Y luego, claro: libros, canciones, imágenes bonitas que adornen a Tiflohomero.
Y esa canasta de flores, cómo no. ¿Quién se resiste a sonreír a una chica que me ayuda, me ofrece su brazo, me dedica un pensamiento… Al menos que se alegre la vista. Os la ofrezco con cariño y total gratitud. Yo, cegato ya, viejote y medio calvo; tener la suerte de recibir visitas femeninas… pues había que agradecerlo de alguna forma.
Ya os he comentado, me gustan las cosas pequeñas, los detalles, un gracias, una sonrisa. Es mejor esto que no grandes palabras o alharacas.
Y para terminar, gracias a quienes dejáis comentarios. Es todo un lujo.
Por todo ello, porque me dedicáis vuestro tiempo y estímulo, no puedo defraudaros: seguiré dejándoos lo mejor de mí en este espacio para que os merezca la pena y me ayudéis a darlo a conocer.
Como siempre: muchas gracias, muchos besos.
3 comentarios:
Gracias, Alberto por pasarte por mi cocina
y felicidades por tu entrada nº 100
saludos
Tere
Felicidades!! ya la entrada 100...y gracias a esas entradas ..fuimos conociendote..compartiendo la vida!! un fuerte abrazote!!!
¡Hola Alberto! gracias por pasarte por mi blog, ¡y felicidades por las 100 entradas! Voy a echar un vistazo por aquí, a ver que tal. Por cierto, he visto que has leido "La catedral del Mar" es fantastico ese libro! qué nervios pasé con la familia Estanyol...ains que recuerdos!y que bonita me imaginé mi Barcelona medieval!
Bueno, un saludo de Syl y hasta pronto!
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