martes, 26 de febrero de 2008

Superar los obstáculos

En la entrada que compartí con vosotros el 8 de octubre os hablaba de las barreras que hemos de sortear las personas ciegas.
Eso era y sigue siendo cierto, pero también es indudable que cualquier persona en su quehacer cotidiano se enfrenta también a obstáculos, derivados del trabajo, las circunstancias, etc.
Yo querría aquí hoy, hablar de cómo podemos superarlos. Creo que hay dos formas: el ingenio y la voluntad.
El ingenio en cuanto a buscar alternativas, pensar en qué puede hacerse y saber pedir ayuda.
La voluntad para hacer real lo que el ingenio nos ha dictado.
Si me encuentro con una obra, deberé buscar otra ruta, aprendérmela y decidir a ir por ella aun sabiendo que me va a resultar más engorrosa.
Si quiero poner algo en el blog, deberé pensar en cómo hacerlo, preguntar, discurrir y…. adelante.
No creo que sea bueno, en ningún caso, pretender sortear los obstáculos a lo bruto ni renunciar a la tarea de superarlos, al menos de momento.
Os aseguro que una vez que empleas el ingenio y pones el empeño en juego, el premio que se consigue merece la pena: ¡prueba superada!
Y si no queda más remedio que retroceder, al menos nos quedará la satisfacción de haberlo intentado y de haber pasado el tiempo pensando en cómo hacer. Todo es cuestión de práctica.

5 comentarios:

Maite Albarrán dijo...

Sin duda Alberto tus reflexiones son compartidas, las personas nos volvemos mares llenos de fuerza para derribar y engullir cualquier dificultad.

Me gustó tu escrito. Un saludo y me tendrás presente en tus comentarios.

Maite

Pilar dijo...

Hay tantos obstáculos, Alberto, día a día, unos nos los ponemos nosotros mismos y esos son los peores, casi me atrevería a decir los únicos. Pero hay otros, llamados zancadillas...
Un saludo,
Pilar.-

Alberto dijo...

Ah, las zancadillas... muy cierto. Pero ante ellas también están los reflejos para dar el salto justo a tiempo, antes de tropezar en ellas y caer. Para esto, una buena gimnasia mental de equilibrista profesional puede ser un buen antídoto.
Gracias a vosotras por dejar aquí vuestra huella.

Merche Pallarés dijo...

He entrado a saludarte, Alberto. Admiro mucho tu tesón y fuerza de voluntad. Una vez llevé a un grupo de minusválidos franceses en una excursión por Ibiza y Formentera (soy guía de turismo) y al final de las jornadas con ellos me di cuenta de que eran MAXI-VALIDOS, nada de "minus-válidos". Eran adorables, disfruté y aprendí mucho de ellos. Besotes, M.

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón y encima nos das lecciones. A aplicar el INGENIO y la VOLUNTAD y... siempre adelante, que siempre podremos decir que al menos lo hemos intentado. VAYA LECCION QUE HAS DADO.
Te animo a seguir escribiendo en esta línea.
SEguiré pasando por este maravilloso blog.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...