Hoy, cuando se conmemora a san Joaquín y a santa Ana, hace algunos años se instauró el Día de los Abuelos por aquello de que, según la tradición cristiana, Jesús fue su nieto por vía materna.
Aunque creo que no debería ser necesario el hecho de que se fije un día concreto para recordar al padre, a la madre, al seramado… y que este tipo de efemérides tiene un alto componente comercial, bueno es que se haya instaurado un rinconcito para ellos.
Y es que, quienes disfrutamos de su afecto, sabemos de su gran valor, por lo que nos enseñaban, por su cariño, por tantas veces como nos acompañaron y nos ayudaron a soñar.
Hoy en día se habla del Síndrome del Abuelo o de que son la mayor ONG que existe por su labor impagable en la contribución al cuidado de los niños, hijos de esta sociedad postindustrial.
Si esto es cierto, no lo es menos ver en las noticias esos casos sangrantes y de todo punto inimaginables no hace demasiado, según los cuales las personas mayores mueren solas, abandonadas, se les aparca en las urgencias de los hospitales en épocas de puentes, etc. Cuando esto sucede y se consiente es que algo grave está pasando en la sociedad.
Desde siempre los ancianos eran los que atesoraban el conocimiento por la experiencia.
Soy el primero que reconoce que, a veces, no les presto la atención debida, atrapado por la vorágine o el discurrir del día a día.
Por ello pido perdón, pero también reconozco su valía indudable. Son personas dignas de respeto, debemos escucharles y darles un poco de cariño. Ellos nos lo dieron con creces cuando éramos pequeños.
Ojalá que los niños de hoy recuerden en el futuro a sus abuelos como aquellos seres entrañables que les iban a buscar a la salida del cole, les preparaban la merienda y jugaban a juegos de los de verdad, de los que desarrollan la imaginación, a base de cuentos, de fábulas, de trabalenguas…
Y sobre todo por su calor cuando la tristeza hiela el corazón.
Mi recuerdo y gratitud para todos ellos.
Abuelo, abuela; ¡para vosotros!
sábado, 26 de julio de 2008
Felicitemos a nuestros abuelos
Publicado por Alberto en 8:30 p. m.
Etiquetas: Reflexiones
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1 comentario:
Pues sí, un recuerdo para los abuelos. Y para mí, que es mi santo. :-D
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