sábado, 5 de julio de 2008

El sobrio y el glotón

Había en un lugarón
Dos hombres de mucha edad,
Uno de gran sobriedad
Y el otro gran comilón.
La mejor salud del mundo
Gozaba siempre el primero,
Estando de enero a enero
Débil y enteco el segundo.
-¿Por qué, el tragón dijo un día,
Tu mucho más fuerte estás?
No lo comprendo, a fe mía.
-Es, le replicó el frugal,
Y muy presente lo ten,
Porque yo digiero bien,
Porque tú digieres mal.
Haga de esto aplicación,
El pedante presumido
Si porque mucho ha leído,
Cree tener instrucción,
Y siempre que a juzgar fuere,
La regla para sí tome:
No nutre lo que se come,
Sino lo que se digiere.

Concepción Arenal (1820-1893)

3 comentarios:

amelche dijo...

¡Qué bueno! Hay una calle en Elche dedicada a Concepción Arenal.

Merche Pallarés dijo...

Muy cierta la parábola... Besotes, M.

brujita dijo...

¡ Abundan las indigestiones, y las diarreas mentales!
Brujita.

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