lunes, 28 de julio de 2008

Los juglares

Los juglares fueron los primeros periodistas de la Historia Pero no tenían micrófonos, grabadoras, cámaras fotográficas o máquinas de escribir. Como mucho, adornaban sus narraciones con los ritmos de algún instrumento musical de la época. Ellos fueron los encargados de, allá por los siglos X, XI y XII, contar las heroicidades de personajes de la talla de Carlomagno o el Cid Campeador. Gracias a los juglares, sus aventuras corrían de boca en boca hasta llegar a los lugares más recónditos.
Esta especie de reporteros medievales se convirtieron en personajes admirados que levantaban pasiones allá donde iban. Cuentan los expertos en el tema, que en Francia -de donde procede el nombre cantilène- ya se dedicaban a loar los éxitos de Carlomagno. Y lo hacían de forma tan asombrosa que algunos lograban dejar al público mudo de emoción.
Gracias a los juglares, el mito de este emperador se extendió como la espuma hasta que se materializó por escrito en ””La Chanson de Roland” (aproximadamente en 1100).
Eso sí, para ser justos, hay que señalar que estos reporteros medievales solían adaptar las versiones de las aventuras de los héroes de turno al gusto del
consumidor y adornarlas para que resultaran más atractivas.
Se encargaban de narrar las andanzas de los héroes del momento. Ellos solitos, por lo tanto, se convirtieron en los únicos difusores de los
llamados cantares de gesta. ¿Qué eran estas composiciones? Poemas que componían artistas populares que se ganaban la vida cantando o escenificando creaciones
propias o ajenas. Y lo hacían para divertir a un público que, al igual que ocurre en el presente, estaba deseando escuchar acciones heroicas que se salieran
de la monotonía cotidiana. Dentro de este género épico trabajaban codo con codo dos profesionales muy demandados en la época: los juglares y los trovadores.
Los primeros recitaban a los cuatro vientos las composiciones que hacían los segundos. O sea, que formaban un equipo perfecto. “El Cantar del Mío Cid” es
el primer cantar de gesta que se conoce en España.
Fueron, en fin, unos artistas del entretenimiento en la Europa medieval, dotados para tocar instrumentos, cantar, contar historias o leyendas, y se diferenciaron de los trovadores por ser de orígenes más humildes y por no ser los autores de los versos que recitaban de memoria.
Hubo tres clases de juglares: libres, de vida bohemia, que frecuentaban las fiestas; cortesanos, que derivarían en los bufones de las comedias del Siglo de Oro; y los que estaban a sueldo de los trovadores principales, haciendo de mensajeros de éstos.
Otra función trascendental que representaron, además de transmisores de hechos históricos y de fuente de entretenimiento para el pueblo, fue que se contstituyeran en el elemento que contribuiría, de forma decisiva, a la consolidación de las lenguas vulgares, frente al latín clerical y erudito, y que se extenderían a partir del siglo XI por toda Europa y que sería el germen de las actuales castellana, catalanay gallega, portuguesa, francesa o italiana.

1 comentario:

brujita dijo...

¡Pena que los reporteros de hoy olviden la cultura!... Hoy son , en su mayoria,creadores de bulos, y alienadores de mentes, por no hablar de que eligen como gratuítos bufones a los personajes de quienes hablan, dirigiéndo la opinión de quién aún hace un santuario de la maldita tv.
un abrazo.Brujita.

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