Te animo a leer

Cómo no, alguien que es un voraz lector, que vive de los libros y que imparte un taller de animación a la lectura en braille, no podía por menos que animar, a quien visite esta ventana, a leer.
Hace tiempo los libros eran un tesoro reservado a los monasterios y a las casas palaciegas de nobles y patricios. La lectura se hacía en voz alta porque eran muy pocos los que disfrutaban de su conocimiento.
Ahora, en cambio, parece que los libros están al alcance de todo el mundo, bien a través de ediciones de bolsillo, de colecciones, de Internet, del préstamo… y muchos son los que sabemos leer. Y sin embargo… no se lee demasiado y si se hace, es de forma apresurada y en voz baja. Ya sé, ya sé; es una generalización algo gruesa, pero no deja de tener bastante certeza.
Ahora que tanto se habla del beneficio, podemos hablar de éste en la lectura: nos amplía el grado desaber, la ortografía, la expresión, el vocabulario.
Nos entretiene, nos ayuda a viajar cómodamente, soñar, trasladarnos en el tiempo y el espacio.
Tocar un libro con las manos es algo mágico. Sabemos que detrás de él alguien ha dejado un poco de sí mismo en sus páginas. Su tacto, su olor. Es cierto, con la incorporación de la tecnología a la edición ya no es tan romántico como antes eso de tocar el libro, pero aún creo que lo conserva.
Los libros están ahí, los hay de todo tipo de géneros y materias. Y os lo aseguro un buen libro que te engancha, te atrapa hasta su última frase. Es una droga, y además es sana.
El libro es un pájaro con más de cien alas para volar.
Volemos pues, salgamos a su encuentro, respiremos aventuras, amor, acción, ternura…