Hace ya días que vengo pensando en las paradojas que nos toca vivir de la mano de nuestros políticos en su afán por “protegernos” (entre comillas).
Y es que me resulta curioso que a la vez que se llena la boca de palabras que hablan de libertad y tolerancia, se promulgan leyes que prohiben.
Se prohiben los espectáculos taurinos, la venta de bollería en los colegios, el fumar en espacios cerrados… y quién sabe qué ocurrencias más.
Y yo no digo que no esté bien o mal el consumo de esas prohibiciones, pero lo que sí digo es que más que prohibir, vetar, debería tratarse de convencer, concienciar.
¿No os parece?
En cualquier caso, siempre que se anuncia una nueva prohibición , so pretexto de velar por la buena salud de los sufridos ciudadanos, algo chirría en mi mente.
3 comentarios:
He oído un chirrido y he venido a ver qué pasaba.
Pero Albertito, has olvidado las facilidades que tenemos ahora las señoras para abortar. Como ves, no todo son prohibiciones. Y creo que es el mayor logro que hemos conseguido, un exitazo, vamos. Como para brindar con champán.
En fin, no sigo, que me pongo de mal humor. Feliz miercósculo, mua!
¡Qué verdad!. El problema está en que para concienciar y convencer, EDUCAR en definitiva, se requiere tácticas, modos de hacer, hay que saber y querer consensuar. Esto no vende pues los resultados vienen a largo plazo, y hoy se quieren de forma inmediata, para ¡¡¡YA!!!
Creo que tienes razón y el anónimo creo que da en el clavo.
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