Hace hoy 83 años que se estrenó la primera película del cine sonoro. Todo un acontecimiento. Su título “El cantor de jazz”.
Aunque actualmente no sea yo muy practicante del cine, no quiero dejar pasar esta efeméride.
Recuerdo de mis tiempos de cuando veía escenas clásicas como aquella en que buster Queeton escala por una pared hasta que se queda colgado de las agujas del reloj, o esos mares azules en los que desarrollaba sus hazañas Errol Flim o ese rascacielos ardiendo en El coloso en llamas o, cómo no, esa carrera de cuadrigas de Ben hur.
Y aún veo al león de la Metro o el 20 de la Fox dando paso a promesas de emoción y aventuras.
Ahora, la mejor forma que tengo de acceder a las pelis es a través de la audiodescripción y sus narraciones en off para describirnos lo que aparece en pantalla más allá de los diálogos. Aunque también podría aceptar, eso sí, en buena compañía, el ver una comedia o una de intriga inteligente.
En cualquier caso, vaya mi felicitación al cine sonoro.
Si pincháis en el título de esta entrada, podréis recordar un fragmento de aquel Cantor de jazz.
¡Cámaras, acción! ¡Se rueda!
1 comentario:
Cámaras, acción! Cuántos momentos felices me ha dado el cine...! Y es cierto, la buena compañía para compartir una película no es esencial, pero sí muy agradable.
¡Feliz cumpleaños, pues! Y para ti, un besósculo de celuloide! Mua!
Publicar un comentario