viernes, 15 de octubre de 2010

El nogal

A cuenta de las 4 nueces con que cada día desayuno y de la imagen que me envían del nogal que hay en el huerto de mi abuelo, os cuento algunas curiosidades acerca de este árbol, cuyo fruto es tan suculento.
Este gran árbol, tan preciado en ebanistería, que alcanza unos 15 metros de altura, es un ejemplo de fuerza y de constancia; antes de dar fruto, necesita, al menos, 20 años de preparación. Existen dos tipos, el Jungla regia, de orígen europeo y el Jungla australis también llamado Criollo o Salteño.
Desde la Antigüedad, también se conocían las propiedades curativas de este árbol: el extracto obtenido por el cocimiento de las hojas posee propiedades astringentes. Además actúa contra las escrófulas (paperas), previniendo los efectos contraproducentes de la edad adulta (debilidad general, impotencia, enfermedades infecciosas y en casos graves tuberculosis).
Por otra parte la nuez integra las costumbres del amor y el casamiento: es símbolo del abandono de la casa paterna y de la época de solteros. En países como Italia, aún hoy se arroja junto con arroz a los novios, siguiendo la costumbre de los antiguos romanos que tiraban nueces a la multitud para simbolizar el fin de todas las aventuras amorosas anteriores a la boda.
Pero curiosamente, desde la antigüedad la nuez era símbolo de renovación de la vida y superación de la muerte. Así, podía simbolizar tanto una cosa como la otra. Veamos algunos ejemplos: La medicina ayurvédica atribuye a la nuez un valor nutritivo cuatro veces superior al de la carne y los médicos chinos la emplean para aumentar la potencia sexual del varón. Así su uso se ha difundido como tónico para la potencia y la inteligencia, ya que es símbolo de fertilidad tanto física como mental (históricamente se asociaba la nuez con el cerebro y la cáscara con la cabeza, y al mismo tiempo se la relacionaba con los testículos y con la capacidad de procrear). En cambio en Eslovaquia, la infusión hecha con sus hojas es un excelente anticonceptivo.
Mientras que en el Cercano Oriente se considera aún el árbol de los difuntos y por ello se lo planta en los cementerios, en Europa se lo planta cuando nace un niño. En la zona del Mediterráneo se pensaba que el nogal era un árbol embrujado, pero como contrapartida, se colocan sus ramas en las ventanas para protegerse de los hechizos de las brujas.
Son muy conocidas sus propiedades de antídoto universal contra todo tipo de envenenamientos, gracias al mitridato, uno de sus componentes. Sin embargo Plinio, el estudioso romano autor de la Historia Natural, prevenía que dormirse bajo un nogal podía provocar fuertes dolores de cabeza. Y una leyenda judía cuenta que nueve demonios habitaban bajo cada nogal. Nueve es el número del fin de ciclo, del final, de la perfección y de la transición a un nuevo ciclo. También son nueve los meses del embarazo, al cabo de los cuales surge una nueva vida que reemplaza a la vieja.
Todas las etapas de transformación o transición en la vida están ligadas a la nuez. Para lograr la adaptación de las mismas se deben superar las inseguridades personales que nos producen indecisión y ambigüedad. y , estas contradicciones y similitudes, no hacen más que mostrarnos que las propiedades y leyendas sobre este árbol acercan aún más la vida y la muerte.

De la revista Crecimiento interior, nº 9

3 comentarios:

Amanda T. dijo...

Me ha encantado leerte, gracias por visitar mi blog, siempre serás bienvenido.

amelche dijo...

Caray, sí te pasan cosas relacionadas con el nogal... Habrá que comer más nueces.

Mercedes Pajarón dijo...

Le tengo cariño a este árbol porque hay muchos en cierto pueblo del Pirineo. Pero aun así, y por si las moscas, no me quedaré dormida debajo de su sombra.

Feliz domingósculo, Albertito! Mua!

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