viernes, 14 de mayo de 2010

El algarrobo


Es un árbol originario de Siria y Palestina, y se ha extendido y asilvestrado por todo el Mediterráneo meridional y occidental, hasta las costas de España e Italia. El árbol puede alcanzar los 10 metros y su fruto es la algarroba.
Vaya aquí una leyenda sobre dicho árbol que se cuenta en Valencia.



El algarrobo

Había una vez un labrador valenciano al que todas las cosas le salían mal; la buena suerte al parecer, no quería aliarse con aquel hombre. Llegó a perder la considerable hacienda que le dejaron sus padres y un día, visiblemente desesperado y viéndose casi en la miseria, exclamó con todas las fuerzas que le quedaban:
¡ Me daría al diablo!
Al momento, como nacido en el mismo aire, apareció ante el un extraño caballero. Iba vestido de negro, con gran cuidado y despedía un ligero olor a azufre.
--¿ Que has dicho?
--¡ Que me daría al diablo!
--¿Por que? _Indagó
El satánico personaje_.
--Porque antes de verme en la total indigencia prefiero pactar con Satanás.
--Pues aquí me tienes.
--¿Tú. ? ¿Tú eres Satanás? ¡No te creo! ¡Me estas engañando?
--¿Es que acaso no has visto que he aparecido de la nada? Pídeme lo que desees y te lo concederé ¿Qué quieres?
--Oro mucho oro... pidió el campesino.
--De acuerdo. Lo tendrás _aseguró el maligno_.
Y se mostró dispuesto a satisfacer el deseo del campesino si, transcurrido cierto tiempo, le entregaba su alma. Le ofreció una bolsa de la cual podría sacar cuanto oro se le antojase.
El labrador aceptó la transacción prometiéndole entregar su alma y su cuerpo cuando no hubiese algarrobas en el algarrobo.
Pasaron el invierno y la primavera.
Nuestro hombre se encontró más rico que jamás pudo soñar; disfrutaba alegremente de su fortuna pero no olvidaba su obligación de socorrer a cuantos acudían a él con demanda de alimentos o de dinero.
Vino agosto y el calor hizo madurar las algarrobas.
Cuando se hubo terminado la recolección, el diablo se presentó de nuevo.
Pero no fue recibido con lamentos, ni gritos ni desesperación, como solía ocurrir en circunstancias semejantes, sino con buen humor cosa que le hizo sentirse algo preocupado ante tal recibimiento.
Como el labriego no diera muestras de que había llegado la hora de cumplir el pacto, Satanás le dijo que no quedaba por recoger ni una algarroba en toda la comarca.
Comenzaron a discutir, uno decía que había cumplido el tiempo convenido, el otro porfiaba que no.
Y como ninguno daba su brazo a torcer, decidieron dar una vuelta por el campo.
---¿Ves como no ha quedado ni una algarroba? _anunciaba el diablo mirando en su entorno_.
Y el campesino, señalando las tiernas algarrobas, las que brotan por San Juan, después de que el árbol florece por la primavera, exclamó:
--¿Y eso que es? Cuando Dios quiera que en un año no nazcan, ven por mí. Pero mientras antes de madurar un fruto, está otro en camino. Así que no se cumplirá el pacto.
El diablo echando, echando fuego por nariz y boca, se marchó furioso, maldiciendo al árbol por culpa del cual había sido engañado por primera vez. Desapareció dejando un fuerte olor a azufre.






4 comentarios:

silvia zappia dijo...

No conocía esta leyenda española del algarrobo.
Te cuento que aquí, en Argentina, los grandes bosques de algarrobo se extienden en las provincias del norte:La Rioja, Chaco y Santiago del Estero.
En las crónicas de guerras de nuestra independencia, se hace mención a esos árboles, de dura madera y buena sombra.
Y, casualmente (o causalmente,vaya uno a saber) es en esas provincias, principalmente en La Rioja, donde llegó la gran inmigración siria en el inicio del siglo XX. Vendrían buscando su árbol,Alberto?

mil besos!

Mercedes Pajarón dijo...

Este diablo tendría que haberse informado mejor antes de proponer un pacto tan importante...

Con tu permiso, me siento bajo la sombra de un algarrobo a ver pasar el domingo. Feliz día! Mua!

brujita dijo...

¡Me encanta el olor de los algarrobos cuando el sol los ha calentado durante todo el día!
Muy buena la leyenda, no la conocía y me alegra que alguien pudiera reírse del diablo en sus propias barbas je,je.

Besitos volados mil.

Minoe dijo...

¡Me han gustado la leyenda y la foto del árbol! creo que ahora cada vez que vea uno me acordaré del diablo engañado... jeje

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