Tras una semana en el dique seco vuelvo, por fin, a estar conectado al mundo cibernético.
Que tengas que apagar el ordenador porque se te cuelga y no hay otro modo de continuar, y que luego quieras que arranque de nuevo y ya no haya forma. Eso es lo que me sucedió el pasado martes.
Así que nada, a llamar al técnico y a maldecirme por no haber sido precabido y guardar copia de seguridad de la información.
Total, sin decir que haya sido una tragedia, sí es una pena que el trabajo de años deje de estar a la mano porque, en general, lo que he ido publicando, está en este espacio que es tiflohomero.
Ahora, sí que hay algo que he perdido: las direcciones de contacto de vosotras y vosotros con los que tenía relación a través de ese medio. Por ello, os pediría que me escribáis para volver a agregaros a la libreta de direcciones. No penséis que me he vuelto un maleducado descortés, sino que no tengo medio de llamar a vuestra puerta virtual.
Gracias por ser tan comprensivos y estar, como siempre, a mi lado.
martes, 1 de febrero de 2011
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Publicado por Alberto en 5:29 p. m.
Etiquetas: Así soy
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