martes, 8 de marzo de 2011

Evasión de una vida de oscuridad

Si en otras ocasiones, he aprovechado este espacio para denunciar situaciones de falta de accesibilidad para los ciegos,en esta ocasión es para alabar un servicio que la Comunidad de Madrid nos presta.
Quiero compartir aquí este interesante artículo, publicado el pasado viernes en el diario Gente de Madrid. Os aseguro que funciona perfectamente, no en vano me toca coordinarlo.
Yo que conozco a Carmelo os diré que ciertamente es uno de los más asiduos usuarios de este servicio tan interesante para los ciegos madrileños.

Las manos le tiemblan ligeramente, pero avanzan rápidas sobre el papel. Carmelo Garralón dedica cinco o seis horas diarias a la lectura. Es, junto con la radio, su medio preferido para evadirse de una vida entera en la oscuridad. "Soy ciego de nacimiento y desde niño controlo el braille", explica Carmelo con una sonrisa, mientras enseña la calidad y el grosor del papel. Él es uno de los más de cien invidentes de la Comunidad beneficiarios del servicio de telebiblioteca de la Consejería de Cultura.
Un total de 1.543 madrileños reciben de forma gratuita en sus hogares libros procedentes de las bibliotecas autonómicas. De ellos, el 43 por ciento tienen algún tipo de discapacidad y 109 son usuarios de libros en braille. Esste servicio registró durante el pasado año un total de 10.828 préstamos.
La telebiblioteca, creada en 2007, permite solicitar libros en préstamo a través del teléfono 012 o la web www.madrid.org, y la Comunidad los manda gratuitamente en 48 horas a casa. Es un servicio que va dirigido a personas mayores de 70 años o con una minusvalía superior al 33 por ciento. Cada lector solicita una media de 12 préstamos al año de sus fondos, que incluyen audiolibros, libros de letra grande y de lectura fácil, entre otros documentos.
Este servicio dio en septiembre de 2009 un paso importante gracias al convenio que firmaron la Comunidad de Madrid y la ONCE y que ha permitido ofrecer una completa selección de obras a personas con discapacidad visual. Hasta la firma del acuerdo, la ONCE enviaba los libros por correo y el lector debía trasladarse a la oficina a recogerlos. Sin embargo, la voluminosidad de las obras en braille, que alcanzan los veinte tomos en libros como 'Los pilares de la Tierra', dificultaban su recogida a las personas mayores. "Llamo a la ONCE y la Comunidad los recoge, es mucho más cómodo para mí", asegura Carmelo.
Este vecino de Madrid es una de las personas que más utiliza este servicio, ya que su ritmo de 180 páginas diarias requiere una visita semanal de la telebiblioteca. Sin embargo, su afición no es generalizada. Muchos lectores invidentes están sustituyendo el braille por los audiolibros, más cómodos y rápidos. "El braille está en declive. La gente ahora prefiere los libros hablados", afirma Carmelo, que explica que es más difícil adquirir soltura con el braille cuando se pierde la visión durante la vida. "Para mí ese soniquete no es igual que leer", concluye.
El Gobierno regional, dentro de su Plan de Fomento de la Lectura, desarrolla otras acciones especialmente dirigidas a este segmento de la población, como el aumento de recursos específicos en su red de bibliotecas públicas, que cuenta con 16 centros. Estos ofrecen más de 3.500 audiolibros y más de 2.500 libros en letra grande y de lectura adaptada. En este campo destaca la Biblioteca Pública de Carabanchel Luis Rosales, abierta el pasado verano.
El 71 por ciento de los madrileños se consideran lectores, un porcentaje muy superior a la media nacional del 55 por ciento, según el Estudio sobre Hábitos de Lectura en la región, que indica que el índice en la Comunidad creció del 68'8 por ciento de 2004 al 71'2 por ciento en 2010.
Los lectores frecuentes han pasado del 49'6 por ciento en 2004, al 58,3 por ciento de 2010.
El idioma de lectura es el castellano para el 97,7 por ciento de la población, pero un 37,8 por ciento lee en dos o más lenguas.
El 47,1 por ciento se declara lector frecuente en soporte digital, aunque sólo un 3 por ciento tiene libro electrónico.
Los madrileños compran un 50 por ciento más de libros que el conjunto del país y en 2010 leyeron 9,2 libros de media.
Los usuarios de las bibliotecas crecen en un 50 por ciento y valoran el servicio con un notable.

1 comentario:

Mercedes Pajarón dijo...

Además de ser un servicio utilísimo, seguro que funciona a la perfección si detrás están tus manos moviendo los hilos.

Besósculos luminósculos! Mua!

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