viernes, 18 de marzo de 2011

Decálogo para ayudar a una persona ciega

Por si en vuestro deambular cotidiano os topáis con un cegato andarín, vayan aquí algunos consejillos para echarle una mano, que el ojo ya os lo echará él _bueno, mejor digamos sonrisa que ojo, faltaría más, claro_.
Ahora bien, no os creáis, de todo hay en la viña del señor y no todos los ciegos somos lo agradecidos y simpáticos que deberíamos ser. En mi opinión, el mero hecho de que alguien te ofrezca su ayuda (aunque a veces sea más un estorbo que un favor), ya es suficiente para ser aceptada y devuelta con un "gracias, guapa; encantado, señor...

1.- Allí no es ningún lugar. No debéis utilizar las locuciones "allí / allá, aquí / acá porque eso no significa nada para quien no ve. Mejor será indicarle con "a la derecha o izquierda, detrás o delante, etc."
2.- Pregunta primero. Antes de ayudarle (tal vez él no lo necesite o no lo desee, pregúntale si quieres que le ofrezcas su ayuda. Normalmente debería decir que sí,pero... nunca se sabe y hacer las cosas sin avisar, por bienintencionadas que sean, no es bueno y puedes ser rechazado de peores o mejores modos.
3.- Déjate coger tu brazo. Aunque lo usual suele ser que, cuando vas a ayudar a una persona ciega, le cojas tú del brazo, eso no es lo correcto. Lo que se ha de hacer es que el privado de la vista vaya un paso por detrás de ti porque, si tú eres el que ve, lo lógico es que tú vayas por delante y además por el movimiento de tu cuerpo sabemos cómo es el terreno que vamos pisando.
4.- El plato se convierte en un reloj. Si vais a comer juntos, puedes explicarle cómo están dispuestos los alimentos en el plato, haciendo uso de la analogía del reloj. A las 12, tal alimento; a las 6, tal otro, etc.
5.- No agarres el bastón. Hay algunos que tienen la mala costumbre de agarrarte el bastón como si de una correa se tratase. Eso da mucha rabia e inseguridad, ya que si así sucede, el invidente pierde la referencia con el suelo a través de la contera o punta. Es como si te tapasen los ojos por un momento.
6.- Los perros guía mucho más que una mascota. Estos animales, tan bien adiestrados y curiosos para muchos, son los ojos de su dueño. Puedes acariciarlos cuando están descansando pero no darles de comer ni distraerlos cuando van trabajando.
7.- Hablar con naturalidad. Nosotros aspiramos a la normalidad y, una forma de ella, es el lenguaje. No tengas prejuicios ni rubor a la hora de utilizar palabras como ver, mirar, etc.
8.- El orden, elemento clave. Para quienes no vemos, necesitamos saber dónde se dejan las cosas y que no nos las cambien de sitio, ya que, lo que con un golpe de vista se localiza de forma inmediata, con las manos cuesta mucho más encontrarlo. No dejes las puertas medioabiertas..
9.- No jugar a las adivinanzas. Molesta mucho eso de que te digan: "a que no sabes quién soy" o "¿me conoces?" Dime quién eres y déjate de jueguecitos.
10.- Salúdame, te lo agradeceré. Puesto que al no verte, si no me dices nada no sabré que has pasado por mi lado. Pero si me saludas, me alegraré sobremanera ya que has querido hacerlo, ha sido un gesto, todo un detalle ya que si no hubieras querido que me enterase de que pasabas a mi lado, no habrías tenido problema en ocultarlo al no verte.

3 comentarios:

amelche dijo...

Muy bueno, supongo que no te importará que me lo lleve a mi blog, para darle más difusión. Un abrazo.

Rosa María dijo...

jajajaj. Amigo mío: Ni todos los ciegos son una joya, ni los que vemos tampoco. Si se es "mala leche" lo será viendo viendo y no viendo.
Un besiño ,
Rosa María

Mercedes Pajarón dijo...

Menos mal que yo me las pinto sola para ayudar a estampar a un ciego contra una puerta o a darle explicaciones imposibles que no hay manera de entender.

Besósculos de parte de una maceta invertida.

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