El balneario más conocido y más grande de la República Checa, Karlovy Vary, fue fundado alrededor del año 1350 por el emperador romano germánico y rey checo, Carlos IV. El aspecto actual lo adquirió la ciudad, en su mayor parte, a finales del siglo 19, siendo transformada al dictado de los estilos que copiaban los modelos arquitectónicos del pasado y del naciente modernismo.
La fama de Karlovy Vary se divulgó a todo el mundo gracias a fuentes termales con efectos curativos que brotan de profundidades distintas. De las aproximadamente cien fuentes que hay en Karlovy Vary se usan actualmente para las curas de agua unas doce. Las fuentes son beneficiosas ante todo para el tratamiento de trastornos de metabolismo.
Además de la vida balnearia y un amplio abanico de actividades sociales, con Karlovy Vary está relacionada la tradicional producción de cristal y porcelana, así como los más diversos festivales y conciertos. Karlovy Vary no se ha hecho famoso únicamente como balneario, sino también como la ciudad con la que está vinculada estrechamente desde hace casi dos siglos la producción del famoso licor de hierba Becherovka o de la popular agua mineral Karlovarská kyselka.
Entre los lugares más interesantes de Karlovy Vary figuran la iglesia de San Andrés, la iglesia ortodoxa de San Pedro y Pablo, el Teatro Municipal, el Paseo de Molino y la catedral de Santa María Magdalena.
En 2008, que fue bautizado como año del termalismo checo, Karlovi Vari celebró el 650 aniversario de su fundación. Cuenta la historia que fue el emperador Carlos IV quien descubrió en 1350 un manantial durante una cacería. Aquel capítulo, casi causal, se convertiría en el germen del que en la actualidad es un centro turístico internacional, además de uno de los más afamados balnearios de Europa.
Son muchos los que a lo largo del año viajan hasta esta ciudad balnearia en busca de asistencia médica de calidad y modernos métodos de tratamiento y rehabilitación, basados en el máximo aprovechamiento de los recursos naturales -aguas mineromedicinales, turba y barros, gases naturales-, a cuyas propiedades, tan beneficiosas para la salud, se suma la influencia positiva del clima.
En el centro urbano, cerrado casi por completo al tráfico, se encuentra Trziste, la plaza del mercado, y la Mlýnská Kolonáda o Columna del Molino, una columnata corintia del siglo XIX. Éste es también el centro neurálgico de la vida social, donde los principales establecimientos comerciales se abren al público para ofrecer una mercancía hecha a base de productos típicos mundialmente conocidos. En éstos establecimientos también se pueden degustar dulces tradicionale, así como el Becheróvka de Karlsbad, un licor basado en una combinación secreta que ha ido transmitiéndose de generación en generación.
No menos interés despiertan los castillos, palacios y demás monumentos arquitectónicos construidos en sus proximidades, incluidas curiosidades como la fábrica de cerveza Chodovar. que desde 2006 completa su actividad con una terapia balnearia en su relajante spa de cerveza. Ya que, según explican sus promotores «influye positivamente en el aparato digestivo».
lunes, 12 de enero de 2009
Balneario de Karlovi Vari
Publicado por Alberto en 8:50 p. m.
Etiquetas: दे De viajes
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1 comentario:
hola alberto! que tal estas? soy nahi84 de kroonos, te dejo un comentario para pedirte perdon por no haberme despedido de ti en kroonos cuando me fui pero es que se me olvido despedirme de nadie... lo siento de verdad!
tengo tu direccion de correo asi que ya te escribire, y asi ya lo tienes vale?
mil disculpas!
besitos, cuidate!
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