jueves, 14 de febrero de 2013

El silencio del cobarde o la prudencia del tonto



Esta es la duda que me ha quedado después de haber asistido a la reunión en la que no me ha quedado más remedio que verme con el autor de la dichosa página, en Facebook, que tanta tristeza me generó la pasada semana compensada con la alegre emoción de vuestra entusiasta respuesta.
Sí, él ha llegado más tarde que yo y no me ha dicho ni palabra.
Cuando me ha tocado hablar he dicho simplemente: “espero no hacerme insoportable, como van diciendo por ahí de mí, algunos”, mirándole a la cara, por supuesto.
Ha terminado la reunión y yo me he venido para casa.
En ningún momento él me ha dicho absolutamente nada. Es más, la única referencia que me ha dedicado ha sido para darme las gracias por haber contribuido a que él imparta su taller, una vez al mes, en la biblioteca en vez de hacerlo en la fonoteca como es habitual.
Alguien me ha dicho después que debería haber remachado la frase citada con “¿verdad, Juan Carlos?” Pero no se me ha ocurrido, ¿qué queréis?
Claro, no le he podido ver la cara cuando le he lanzado la ironía. Es más, igual dice que yo me he largado corriendo y sin esperarle.
Pero… ¿no creéis que él debería haberme dicho: “Alberto, tenemos que hablar” o yo qué sé
¿Me equivoco, entonces, al tacharle de cobarde? Me ha parecido increíble que no haya dado la cara como no lo ha hecho en ningún momento desde que creara la página en agosto pasado pese a saber dónde estoy y cómo localizarme.
Por otro lado, ¿creéis que debería haber sido más explícito? ¿Haberle esperado y sacarle el tema ya que él no lo hacía?
No sé, me parece que ha optado por el silencio del cobarde aunque quizá yo haya cometido el error de ser prudente. Pero es que, no sé actuar de otra forma. En mí hay un freno interno / censor que me impide decir lo que más de una vez querría decir. ¿Es eso ser demasiado blando? ¿Tonto?
  Yo creo que eso es ser prudente,. Huyo de las broncas, de las palabras gruesas lanzadas cual piedras. A lo mejor, en realidad, lo que soy es tonto. En fin. Ahí estamos.
Viva el amor.


3 comentarios:

Piedad dijo...

Hola, Alberto.
Yo creo que él se comportó como un cobarde porque tenía que haber dado la cara, y si no, es un tonto de remate por no haber cogido la indirecta...
Yo en tu lugar habría actuado igual que tú... peco de prudente y eso, a veces no nos ayuda en absoluto, pero no me gusta ofender a nadie y por lo tanto, muchas veces me callo y no digo nada... ¡Soy tonta! Pero qué le vamos a hacer, una es como es y nada me va a cambiar.

Te dejo un abrazo con el buen deseo de que tengas un feliz fin de semana.

Rosa Sánchez dijo...

Alberto, me identifico con tu carácter. Eres un hombre de principios, con conciencia, bromista, pacífico... Pero ya ves, en esta vida cada uno queda a la altura de lo que es, precisamente porque cada cual actúa según su nivel de conciencia. Pedirte perdón hubiera sido lo normal, bueno eso y dar de baja esa injusta página que ha abierto en facebook. Pero lo que también es cierto es que necesitamos personas como tú, coherentes, humildes pero grandes, que nos den ejemplo. Y sí, ayer triunfó el amor.
Un abrazo con toda mi admiración y afecto sincero.

Alberto dijo...

Piedad, es verdad: uno no puede dejar de ser como es.
Bueno, ya pasó el tema y a otra cosa, mariposa.
Cuídate y vaya ese mismo deseo también para ti.
Buen fin de semana.
Besos de luz.Rosa, tú tan generosa conmigo como siempre. Muchas gracias y vaya ese brindis por el amor y el perdón.
Un besazo de dulce para solteros. jejejej.

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