Hace más de 15 años, dos amigos míos, hoy fallecidos ambos (y a los que recuerdo con no poca nostalgia), me hablaron de una novela que estaba muy bien. Tenía los mejores ingredientes para ello: aventuras, evocación histórica, más bien prehistórica, romance, magia, viajes…
Yo ice caso de su recomendación, cómo no, y me enganchó, claro que sí. Se trataba de la primera entrega de una serie titulada “Los hijos de la Tierra”, de Jean Auel, “El clan del oso cavernario”.
Hoy he empezado la 6ª y última parte de dicha serie, “La tierra de las cuevas pintadas”, y no he podido evitar acordarme de ellos. ¿Les habría gustado como la primera? ¿Será igual de emocionante?
Yo no lo sé, lo que sí tengo claro es que, a la vez que sigo las aventuras de los protagonistas, pensaré en Juan Rafa y Carlos.
¿Cómo acabará?
Al menos, aun creyendo que podría haber sido menos extensa, lo cierto es que es una buena forma de acercarse a la remota época del Paleolítico, al mundo de nuestros lejanos antepasados.
Ayla y Jondalar me acompañarán estos días ahora, ya, en calidad de sonido digital frente a aquellas cassettes que nos la trajeron hace tanto tiempo.
jueves, 2 de junio de 2011
La tierra de las cuevas pintadas
Publicado por Alberto en 8:59 p. m.
Etiquetas: Mis lecturas
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1 comentario:
mi amiga marcela es fan de esa serie! la tiene grabada en varios devedés-
y sabía que te encontrarías con Bruji! los abrazo a los dos, estaré allí con ustedes, y, si es comiendo, mejor!
besos,Alberto, buen viaje!
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