Una vez más, él se quedó solo. Fue el único en quedar atrás, en ser olvidado.
Y miren que se había esforzado por ser de los de ellos pese a saber que lo tendría difícil por haber sido el último en llegar. Luchó, resistió y participó mas todo resultó en vano. Al final fue, nuevamente, rechazado.
Entonces, si sabía que no acabarían haciéndole suyo, ¿por qué quiso intentarlo? ¿Qué necesidad había tenido?
La respuesta era sencilla: su alma no le dejaba opción. ¡Tenía que intentarlo!
El aliento de su espíritu inquieto, con hambre de superación, le insuflaba la energía necesaria para seguir siempre hacia delante, mantener la ilusión en esforzarse por estar y aportar.
¿Quedaría algo de todo aquello pasado el tiempo?
Él no podía saberlo pero sí sabía que lo había intentado aunque, poco a poco, fuera dándose cuenta de que no podía, de que no era capaz de hacer otra cosa que ceder, dejarse olvidar.
Ya estaba. Volvería a su mundo de grises y rutinas, esperaría que, el destino volviese a darle otra oportunidad y, mientras tanto, soñaría con héroes y caballeros, con hazañas legendarias y con triunfos con nombre de ofrecerse y regalar felicidad, de ayudar a que el mundo, aunque fuese de forma tenue y sencilla,mantuviese una cara en la que permaneciera siempre viva una sonrisa y una chispa de luz.
jueves, 9 de junio de 2011
Lo intentó
Publicado por Alberto en 8:20 p. m.
Etiquetas: Relatos
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