jueves, 24 de octubre de 2013

Mis manos

Buenas tardes:
En este jueves otoñal de lluvia e intimismo comparto mi nuevo esbozo de poema que os dedico a vosotr@s, que dejaís que mis manos se cojan a vuestros brazos para guiarme sin peligro por mis caminos.
Un cálido abrazo agradecido.

Mis manos

Quisiste, amiga mía, que tocase tu cuerpo mojado;
Con mis manos portadoras de luz anhelada.
Manos que me traen vida.
Dejaste que viera tu rostro de limpia alborada;
Con mis dedos de andante cegado.

Me pediste, querida mía, que enterrara en tu melena
Estas manos mías, buscadoras de tesoros.
Manos que me regalan la palabra escondida.
Dijiste que su tacto no era vulgar sentido en ignoto paradero,
Si no galán conquistador en la bravía arena.

Cuida tus manos de explorador, amor mío;
Me susurras al oído, mientras te descubro.
Manos que me enseñan a ver la belleza dormida.
Las cuidaré porque, con ellas te cubro
De pétalos de rosa y urgente desvarío.

Mis manos, siempre hambrientas de suaves tocares;
Exiliadas de pieles y turgentes curvas.
Manos que me acercan a la pasión debida.
Tristes por sentirse vetadas entre malditas dudas;
De quienes las tachan de pecaminosas alambres.

Yemas de seda las visten,
Dedos de regaliz las nutren.
Manos que aferran tu alma perdida.
Nudillos acróbatas las encogen,
Líneas de augurios las envuelven.

Estas manos mías que son vida,
Que me traen la palabra escondida,
Que me enseñan la belleza dormida,
Que me acercan a la pasión debida
Y que aferran tu alma perdida;

Quieren, con sus poros quererte;
Desean, de deseos encenderte;
Buscan, incansables buscadoras,  el punto donde estremecerte;
Anhelan, sedientas anhelantes, de gozo, saciarte;
Siempre, siempre… ¡Acariciándote!




3 comentarios:

Rosa Sánchez dijo...

Llegaste como tormenta,
como relámpago veloz
que arrasa todo.

Como tempestad
inesperada
en pleno solsticio
de verano.

Saliste de la nada
acercándome las dudas,
tu incertidumbre.

Apareciste
y lo empapaste todo
calando mi ser
de arriba abajo…

Llegaste como tormenta
y, sin embargo,
ahora mi mayor temor
es perderte,
quedarme guarecida,
bajo calma,
lejos de tus tiernos embates.

Con cariño, Alberto, como siempre.

Amig@mi@ dijo...

¡Qué bueno, Alberto!Con tanto tiempo desconectada no conocía tu faceta de romántico poeta. No se te da nada mal.A ver si saco un ratillo y paso por alguno de tus posts de estos meses.
Gracias por tus palabras en mi blog.
Abrazos

Alberto dijo...

Rosa, Figura: tú como siempre dando realce a mis banos intentos de hacer poesía. Ah, las tormentas con su carga de electricidad y humedad...
Besitos de Musa inspiradora.

Montse, me alegro de que mis pinitos de poeta te satisfagan. Sabes que se te echa de menos. Es lo que mereces y seguramente es poco para animarte.
Besos de siempre adelante.

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