sábado, 5 de octubre de 2013

El Jardín



Buenas noches:
Comparto, con algo de retraso, mi reiterado intento de crear un nuevo poema para ti.
Tras asistir a otro concierto fantástico, esta vez, con la música de Revólver. Impresionante cómo se coreaban sus éxitos de siempre: “El roce de tu piel”, “No va más”, “El Dorado” o “San Pedro”.
Otro logro de normalidad y complicidad, de sentirse bien y ser ayudado.

El jardín

Busco ese árbol de ramas sombreantes y apetecible corteza
Que cobije mi soledad de ciego solitario.
Amada, de tronco grácil y copas frondosas.
Busco esa fuente de néctar milenario
Que sacie la sed de mi certeza.

Deseo el olor de ese único jazmín
Que inunde de gozo mi triste oscuridad.
Querida, de pétalos de seda y corolas olorosas.
Deseo ese banco donde acunar tu necesidad
Y descansar de mi viaje sin fin.

Recorro el laberinto de tu piel queriendo perderme
Entre los parterres de tilos y rosales.
Anhelada, de enredaderas y mimosas.
Recorro tus rincones de orquídeas y claveles
Para contigo, entre el deseo, perderme.

Adoro la verja de piedra, que tus manos tejen
Entre enjambres de abejas que tu néctar libarán.
Soñada, en mis sueños de colores y sombras.
Adoro el frescor de tus húmedos rocíos, que empaparán
Las yemas de mis dedos mientras la pasión y el amor, a mí me dejen.

¿Mi jardín favorito por el que luchar?
Tu cuerpo, de tronco grácil y copas frondosas;  
Tus pechos, de pétalos de seda y corolas olorosas;
Tu melena, de enredaderas y mimosas;
Tus ojos, de mis sueños, de colores y sombras.

¿Sabré cultivarlo?
Pobre jardinero
Que mis ojos quisieran verlo
Siempre siendo chispa de mi lucero.


3 comentarios:

Rosa Sánchez dijo...

Te insinué que a mi lado estarías
como en un pedazo de cielo.

Y te precipité cándidamente
al infierno de mis caricias.

Lejos de Dios y de ser ángel,
sin alas, sin nubes de algodón
de delicado aspecto,
sin paraísos de cielo azul
ni mar en calma…

En medio de una vorágine
de insondables sentimientos
y desveladas ternuras…

Te dije, mas no prometí,
que a mi lado tocarías el cielo
con las yemas radiantes
de tus dedos.

Perdona si parece insidia,
perdona mi atrevimiento,
siempre he deseado conducirte
al mundo
donde subsisto y sueño
a la intemperie.

Rosa Sánchez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Alberto dijo...

Rosa, a veces la intemperie es deseable si se comparte con el ser al que uno quiere. Claro, que lo es más el hogar que te cobija de esa intemperie.
Besitos de flor rosada.

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