martes, 22 de enero de 2013

¡Emoción!



Porque sé que te alegras con mis experiencias y emociones, te cuento las andanzas de hoy, vividas  por mí.
Conoces bien mi deseo por gozar de oportunidades para llevar a cabo actividades culturales y de enriquecimiento personal, al mismo nivel que quien no padece mi discapacidad. Pues bien, hoy he disfrutado de dos de éstas:
Ayer, en el club de lectura al que asisto, de forma inclusiva, en la sede de Casa del Libro, se acordó que el próximo libro a comentar sería “Testigo invisible” de Carmen Posadas que hoy ha salido a la venta. Yo pensé: “bah, hasta que lo pueda leer de forma accesible… para rato hay. Tendré que asistir de oyente.” Sea como fuere lo haré teniendo en cuenta que se contará con la presencia de la autora que, por cierto, me gusta mucho como escritora y me interesa como personaje. Me dije que, aprovecharía para hacerle entrega de uno de sus libros adaptado en braille. Pues bien, esta tarde, me ha dado por cacharrear en el Iphone por si estaba disponible. Cuál no ha sido mi sorpresa que sí, que por poco más de 10€ podía descargarlo y leerlo con la voz sintética del teléfono pero leerlo, al fin y al cabo. Eso es integración, qué guay. Que vale, que lo suyo sería que saliera también en formato audio, leído con voz humana, pero ya se sabe: “a falta de pan, buenas son tortas”.
Y mi segunda andanza zascandilera ha consistido en asistir a una conferencia en la Fundación Juan March, cuyo tema ha versado sobre los primeros asentamientos urbanos de la humanidad hasta Babilonia. Se enmarca en un ciclo sobre las ciudades del Mediterráneo. ¿Qué quieres? Escuchar al arqueólogo conferenciante me ha trasladado, emocionado, a mis tiempos de 1º de carrera, a mis sueños. Miquel Molist, el ponente, ha estado muy bien, muy divulgativo y ameno. En poco más de una  hora ha trazado una panorámica de 9000 años, ahí es nada. Tanto así que la nutrida concurrencia asistente ha salido muy satisfecha.
Y como siempre, a mi lado, ha estado mi amiga Elena, siempre cómplice de estas aventuras y retos, qué mejor compañía.
En fin, que el frío del clima invernal madrileño se ha tornado en calor de mi alma emocionada.

2 comentarios:

Rosa Sánchez dijo...

Alberto, cuántas sorpresas nos depara a veces el día a día, no dirás que no; claro, no todos los días son fiesta ni días de guardar, pero las sorpresas, como el perfume, a veces nos llegan en concentradas dosis que resultan muy reconfortantes...
Un abrazo siempre sincero y agradecido.

Alberto dijo...

Rosa, ésa es la gracia de la ilusión: no saber qué te vas a encontrar al día siguiente y, por eso, hay que estar alerta y bien dispuesto a disfrutar de esas pequeñas sorpresas que acaban siendo la pimienta que hace sabroso el mejor de los guisos.
Puede parecer que yo diga que me emociono con una conferencia sobre arqueología o con que pueda comprar un libro electrónico, pero... ya ves. Me encantó.
Lo mismo que me encanta e ilusiona cualquier pequeño detalle en forma de sorpresa regalada desde el corazón.
Besitos ilusionados de emoción.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...