miércoles, 12 de diciembre de 2012

Feliz Día de la Luz, 2012



Cuando casi toca a su fin este 12 del 12 del 12, con su simbología que recuerda a esos 12 meses del año y tantos otros signos zodiacales, docenas de huevos y deflores, cada cual con su contenido, yo quiero otro año más desearte ¡Feliz Día de la Luz! ¡Feliz Santa Lucía!
Y es que mañana, día 13, se celebra mi patrona. Yo quiero hacerte partícipe de ella con todo lo especial que entraña para mí:
Luz en el corazón que sabe ver lo hermoso que me rodea. Luz en las manos que ansían acariciar tesoros en forma de texturas  evocadoras. Luz en los oídos que recogen mensajes cálidos de voces amigas. Luz en la nariz que huele fragancias que invitan al misterio. Luz en la boca que lanza  sonrisas como pétalos de colores. Luz en la necesidad de superarme y crecer, de avanzar siempre hacia adelante.
Esa es mi luz, la que yo quiero compartir contigo, regalándotela en forma de afecto, entrega y disponibilidad.
   Esa luz que  habla de magia, de ilusión, de arte hecho relato, de buenos deseos, de querer ser para ti.
¿Cómo no? Recuerdos que hoy me visitan, imágenes de eventos que me tocó organizar (qué nervios, qué responsabilidad), amigos que estuvieron conmigo y que siguen estándolo desde su casa del País de los Sueños. Ellos, y yo con ellos, se alegran porque estás a mi lado, porque con tu luz iluminas mi ceguera, una luz que es cariño, apoyo y admiración.
Mañana brindaré por la luz, por la que surge de lo más profundo y auténtico, porque de esa manera yo me sentiré útil y dichoso. Porque ojalá un gesto mío, una sonrisa mía, un escrito mío sirvan de luz para alguien. Sé que para ti lo soy, pero querría serlo también para alguien a quien la negrura de la oscuridad triste le asole. Ojalá, ojalá. Yo qué sé.
Estrellitas de luz, bolitas de tonos brillantes, serpentinas doradas acompañan estas palabras mías que nacen de mi alma y son para ti.
Con todo mi agradecimiento y cariño por dedicarme tu amistad y escucha, por ser mi luz.
Un gran y apretado abrazo de sol luminoso.
¡¡FELIZ SANTA LUCÍA!!


  

5 comentarios:

Rosa Sánchez dijo...

Alberto: tan bello tu mensaje, tan sentido, tan emotivo que yo también deseo que en este día...
La sinceridad sea tu mejor traje,
tu sonrisa el mejor adorno,
tu presencia el mejor regalo,
tu amor el mejor mensaje,
y tu felicidad el mejor deseo…
¡¡Feliz día de la Luz, 2012, Alberto, para ti y para todos aquellos que se atreven a conquistar nuevos logros cada día sirviendo de ejemplo de lucha y superación!!
Para todos: un fuerte abrazo de luz rosada (melenas al viento, incluidas, je, je)

Alberto dijo...

Rosa, gracias por esos buenos deseos que sé, son sinceros. Gracias por dedicarme tu melena al viento, por regalarme tu creatividad y tus palabras inquietas.
Con afecto.

Piedad dijo...

Alberto, gracias por ese rayo de luz que en el día de hoy nos has hecho llegar a nuestros corazones.

Feliz día de nuestra patrona para ti también, Santa Lucía.

Aquí, en Igualada la celebraremos el domingo que viene ya que desde hace dos o tres años dejó de ser festivo para los trabajadores de la Once.

Mi sobrina ha encontrado en Internet esta poesía y le ha gustado tanto que me la ha ofrecido. Yo te la dejo aquí porque creo que también te va a gustar y junto a ella te dejo un abrazo.

SANTA LUCÍA

¡Que ciego es el mundo! Madre,
¡Que ciegos los hombres son!
Piensan, Madre, que no existe
más luz que la luz del sol...

Madre, al cruzar los paseos
cuando por las calles voy,
oigo que hombres, mujeres
de mi tienen compasión.
Que juntándose uno a otro
hablan bajando la voz,
y que dicen: ¡Pobre ciega!,
que no ve la luz del sol.

Mas yo no soy ciega, Madre;
no soy ciega, Madre, No;
Hay en mi UNA LUZ DIVINA
que brilla en mi corazón.
El Sol que a mi me ilumina
es de eterno resplandor;
mis ojos, Madre, son ciegos,
pero mi espíritu, No.

Cristo es mi Luz, es el día
cuyo brillante arrebol
no se apaga en la noche,
en el sombrío crespón.
Tal vez por eso no hiere
el mundo mi corazón
cuando dicen: ¡Pobre ciega!
que no ve la luz del sol.

Hay muchos que ven el cielo
y el transparente color
de las nubes, de los mares
la perpetua agitación.
Mas cuyos ojos no alcanzan
a descubrir al SEÑOR
que tiene a leyes eternas
sujeta la Creación.

No veo lo que ellos ven,
ni ellos lo que veo yo;
ellos ven la luz del mundo,
yo veo, Madre, la LUZ DE DIOS.
Y siempre que ellos murmuran:
¡Pobre ciega!, digo yo:
¡Pobres ciegos!, ¡Que no ven
más luz que la luz del sol!

Autor desconocido

13 de diciembre de 2012.

Rosa Sánchez dijo...

Alberto, mira lo que ha escrito un amigo de Argentina:

"Existen sentidos de los cuales desconocemos su existencia... Cuando miras dentro de ti, en tu interior, ¿con qué ojos miras?.. No hay ojos que miren hacia dentro. Entonces: ¿qué sentido usas para realizar tu mirada interior?

Tu mirada interna puede estar oscurecida o luminosa, puede llenarte de luz u oscuridad, pero sólo tú la puedes practicar"

"Sólo tú eres responsable del color de esa visión", añadiría yo, Alberto.
Espero que te haya gustado. Con cariño.

Alberto dijo...

Piedad, gracias por el poema. Me ha encantado. Que disfrutes tú también de nuestra patrona.
Besitos de luz.

Rosa, sí; bonita reflexión. Gracias por acordarte de mí yh compartirla.
Hay miradas que uno solo puede practicar por sí mismo y luego hay otras miradas que... ¿matan? jejejejjeje. Seguro que en tu mirada se te nota que estás... como decía cierta canción.
Besos agradecidos de bambú y rosa.

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