Os hablaba en mi anterior entrada de la petulancia de ciertos profesores y del ingenio de sus alumnos. Quiero hoy, no obstante, destacar la figura del Maestro con mayúsculas y felicitarle. Que para eso se celebra su día y bien merecido lo tiene.
Recuerdo a doña Rafaela, mi primera maestra cuando aún había escuela en mi pueblo y recuerdo a don Hermilo o don Arsenio. Les recuerdo cuando aún se les llamaba de usted y cuando te enseñaban a su estilo, bien es verdad, algo más que meros conocimientos académicos, valores y cariño.
Considero que es muy difícil enseñar, ser Maestro. Y si siempre lo ha sido, lo es más aún en la actualidad, cuando han perdido buena parte de su autoridad y, en más de una ocasión, se les pretende pasar la función de los padres en materia educativa.
Vaya mi reconocimiento hacia ellos y mi respeto a los que me enseñaron buena parte de lo que sé.
Recuerdo cómo aprendí el alfabeto, a don Arsenio que dibujaba en la pizarra los rostros de personajes célebres, cómo salíamos a buscar hojas para identificarlas o cómo doña Tere se esforzaba por hacerme comprender los misterios de la Física y la matemática, yo que siempre tuve mentalidad de letras. Cómo me recomendaron que comprase la enciclopedia Salvat de Arte para ayudarme a ver lo que no podía a través de las filminas (diapositivas). Ah, lo que daría por ver ahora lo que veía entonces y cómo me esforzaba por escribir con buena caligrafía..
Bueno, lo dicho… un brindis por esas personas abnegadas y vocacionales que se esfuerzan por sembrar semillas de sólidos cimientos a base de tolerancia, interés y espíritu de aprendizaje en sus alumnos/as.
2 comentarios:
Ayyy, qué mal empieza a ir internet por la noche... Bueno, pues que sepas, Albertito, que con tu hermoso homenaje, has hecho que me acordara de algunos profesores que tuve y que desde luego, me marcaron muy positivamente.
Pues muchas felicidades, sí señor. Y para ti, un besósculo, cómo no, maestro! Mua!
Gracias por el homenaje, por la parte que me toca. Un abrazo.
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