Como siempre los ciegos buscándonos la vida a través del ingenio. Y si no que se lo digan a los protagonistas de esta anécdota recogida de la revista Historia y Vida, nº 453:
Durante la Guerra de Independencia, allá por 1812, Cádiz sufrió un asedio por parte de los ejércitos napoleónicos. Andaba entonces en pleno proceso de creación la constitución, la famosa Pepa, por parte de las Cortes.
Y si en una ciudad asediada, en época de guerra, ganarse la vida es complicado, esta complejidad se convierte en algo casi imposible para un ciego. Estos, los ciegos, para ganarse la vida, solían recitar por las calles romances, gracias a los cuales, algún generoso transeúnte les daba una limosna con la que iban tirando.
Durante el asedio, comenzaron a contar también, con gran profusión de heroicidad y hechos notables, las victorias españolas en el campo de batalla contra los franceses. Por supuesto, si el objetivo es ganarse una limosna, mucho mejor contar algo bueno y que suba la moral que una batalla perdida.
Así un día, el diputado a las Cortes Juan Nicasio Gallego le preguntó a un ciego si los franceses no ganaban nunca, ya que nunca daba el ciego cuenta de ello. Este respondió que efectivamente los franceses también se hacían con victorias en la lucha, pero que contar aquellas cuestiones era un trabajo de los ciegos de Francia, no de los ciegos españoles.
Ahí queda eso. El caso es dar buenas noticias.
martes, 17 de abril de 2012
Dar buenas noticias
Publicado por Alberto en 6:29 p. m.
Etiquetas: La anécdota
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Exactamente: de eso, que se encarguen los ciegos franceses. Los nuestros sólo cuentan las historias en las que ganan los españoles. Muy bien hecho, que al enemigo, ni agua. ¡Ja, ja!
Publicar un comentario