Finaliza 2011 y yo, hoy como tantas otras personas, me dispongo a pasar unos días en compañía de mi familia, en tierras del Ebro.
Pero dejadme que antes comparta mi balance de lo cumplido en este año, otro año de enriquecimiento personal, de aprendizaje, de plenitud, otro buen año. Y que yo pueda afirmar esto, en momentos de crisis (económica y de valores) hace que me sienta tremendamente privilegiado.
Y es que, así lo creo. He dejado mi huella, mi mayor satisfacción, al haber mostrado que la discapacidad no impide realizarse, caminar hacia delante, soñar. Lo hice ante los niños del colegio conquense de Villamayor de Santiago, ante quienes visitaron el bosque de Valsaín, en la universidad complutense o ante una tía a la que la ceguera de su sobrino de 9 meses, llevaron a pedir ayuda,querer saber.
Me he sentido emocionado al estar allí, en la Jornada Mundial de la Juventud con Benedicto XVI, plantando encinas en la Casa de Campo o en los actos de la Fundación alaine que tanto hace por ayudar a que los niños de Africa puedan tener un futuro y sonrían esperanzados.
Soy más rico porque, además de mantener la amistad de quienes en 2010 ya estaban a mi lado, he tenido el lujo de que más buenas personas depositen su afecto, incluso su admiración, sobre mí, qué gozada. Todos lo sabéis, ya lo dije en mi felicitación navideña: “seguid ahí, sois muy importantes para mí”.
Mi trabajo continúa dándome la oportunidad de que pueda aportar lo mejor de mí para que otros ciegos puedan acercarse al mundo de la lectura y el braille a través de la revista bibliográfica que elaboro mensualmente o del taller de lectura que coordino.
He viajado, cómo no. Y eso que digo que soy “homo viajerus frustratus”. Alguien me dice, “pues si no lo llegas a ser…” Conocer Lisboa, Estambul, Cáceres, Úbeda, Gerona y Córdoba, además de volver a visitar Ciudad Rodrigo, La Rioja y Barcelona. Ahí es nada. Que no se diga que el no ver equivale a quedarse en casa.
He seguido alimentando tiflohomero, haciendo que creciera, tratando de hacer de él una ventana a través de la cual, quienes lo visiten, vean mi cotidianeidad, mis reflexiones o mis deseos de ayudar a que este mundo sea un hogar un poquito más cálido. 142 han sido las entradas / artículos que han hecho que así haya sido.
He sido agasajado con sorpresas que me han hecho feliz, como aquel regalo de cumpleaños en forma de viaje, mi participación en la gala de la ilusión a cuenta de los actos del 11 del 11 del 11 o esas galletas cocinadas para mí, hechas para mí, dulces que son símbolos de entrega y generosidad.
He aprendido a manejar y he renovado aparatos que me ayudan a alcanzar ese afán mío por la normalización, desde un nuevo teléfono móvil con el que además de mensajear y llamar, hago fotos, el frigorífico, una nueva televisión, un nuevo reloj al que tocar sus agujas para saber la hora que marca como lo haríais cualquiera de vosotros. La tecnología es muy importante para los ciegos al darnos la posibilidad de minimizar la discapacidad, qué lástima que no se termine por asumir que la accesibilidad no está reñida con el diseño y que beneficia a todos, no sólo a unos pocos.
¿Y de mis cuentos, no voy a decir nada? Claro que sí. Sin apenas darme cuenta fui creando uno cada domingo, tratando de transmitir luz, optimismo y vivencias. Me parece increíble haber alcanzado este ritmo y que además tenga tantos y tantas fans. Es una pasada. ¿Se convertirán alguna vez en el contenido de un libro?
Pero además de todo esto, que es mucho, me parece mentira tantas andanzas, he visto como mis padres, mi hermano, mi cuñada, mis sobrinas siguen ahí, regalándome su ejemplo, siendo un lujo, el mejor de los premios con que nadie pueda soñar.
Para éstos, para vosotras y vosotros vaya mi más sentido agradecimiento y ojalá que sea digno de tanta confianza y apoyo.
Una persona discapacitada dijo el otro día una frase que yo hago mía: “ante el fragor de la tormenta, uno puede huir o sentir miedo. Yo elijo bailar bajo la lluvia y sentir la intensidad de los fenómenos que desata”.
Una vez más… ¡¡Felices fiestas, disfrutad, lo merecéis!!
3 comentarios:
Ahora te falta hablar de las ilusiones, de los sueños, de los proyectos del año nuevo...¿Lo harás?
Mientras llega ese momento... ¡Feliz Navidad!
Un besósculo!
Al Alberto viajero, al amigo que trasmite luz, paz, alegria, ilusión y pasión por la vida; al primo que aprecio GRACIAS y que hay muchos mas balnces positivos
Alejandro
buena vida, Alberto! un gran abrazo, y que tengas un buen año!
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